Pareciera que nos convertimos en seres espectrales perdidos y sometidos a los diarios vaivenes de las corrientes de opinión, con un centímetro de profundidad y conciencia, y pasamos, por tanto, a expresar nuestras posiciones de vida en términos movedizos de un día para otro, descuidando lo fundamental de vivir una vida con convicciones y propósito. Avasallados por la metralla de influencers cambiamos de posición sin mediar análisis de rigor. Un ejemplo lo tenemos en la polémica en torno a las sanciones impuestas al ecosistema criminal por haber privado a los venezolanos de alternabilidad democrática. Sostenemos que en estos 24 años de desmantelamiento moral e institucional la sanción es el régimen.
Desde el principio dijimos que Gustavo Petro era una causa perdida y lo comprobamos cuando propone una ley de amnistía total, hacer tabula rasa y empezar de cero, sin que se juzguen los delitos de lesa humanidad con saldo de muertos, prisiones injustas, torturas, miseria y expulsiones. Propone blanquear al sistema delincuencial que por ningún motivo va a separarse del poder. Venezuela es el único país investigado por delitos atroces contra la población civil. La Corte Penal Internacional no aceptaría esa ley que pretende colocar un manto de impunidad a los delitos de su competencia.
Cuidado con dar carácter de futilidad a la “simple” aseveración de que vamos a primarias y a elecciones en 2024. Esta fabula dice que los venezolanos se están arreglando entre ellos- la mayoría no está representada- para salir de la situación por sus propios medios; así el Consejo de Seguridad de la ONU pudiera pedirle a la Corte Penal Internacional que detenga el proceso y se presentaría el peligro de exonerar anticipadamente a los criminales que han venido destruyendo al país.
El mundo parece olvidarse de la defensa de los derechos humanos por la energía. Confrontamos el peligro de la normalización del caos y la reinserción de la usurpación. A veces los malos ganan y la justicia no gana.
Con respecto a las primarias y elecciones de 2024, denunciamos que hasta el momento el régimen forajido ha cerrado 221 emisoras de radio, 7 cadenas de televisión y 60 periódicos. La hegemonía impide que los mensajes alternativos lleguen. Su único objetivo es el de mantenerse en el poder como sea.
Rodeados de muchas limitaciones, lo importante es la dirección hacia la cual nos estamos moviendo. Nos preparamos diariamente y eso nos da mejores condiciones para aprovechar cualquier oportunidad. La estrategia que suscribimos es el rescate de la libertad. Estamos comprometidos con la reconstrucción de Venezuela, como atletas democráticos libramos el mejor combate.
¡Libertad para Javier Tarazona y Emilio Negrín! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!