Con lo que ha venido ocurriendo en el último año, cada vez está más claro que la oposición no es una franquicia ni es exclusiva de particulares.
Lo dicho recientemente por Henrique Capriles, desde Unidad Visión Venezuela llevamos al menos 7 años diciéndolo. Lamentablemente, el G4 ha sido incapaz no solo de reconocer sus errores sino de rectificar.
Basta ya de esta dirigencia que dice solo lo que la gente desea o quiere escuchar. No es responsable, ni realista, ni mucho menos serio. Los que pretendan seguir en la política deben aprender a ejercerla alejados del populismo y la demagogia, pues desde hace tiempo se necesita tanto seriedad como creatividad.
Tiene que haber unidad pero no para consultas inútiles, ni para ilusionar huecamente a la gente, los líderes debemos hablarles claro y por muy impopular que pueda ser la verdad, es necesario hacer entender la realidad y en la actual situación no tenemos otra ruta que no sea la electoral.
Hay que acabar con ese «chantaje unitario», ha llegado la hora de ser realistas y entender que la Asamblea Nacional tiene fecha de caducidad.
La elección por muy desigual que sea, a pesar del ventajismo por parte del gobierno de Nicolás Maduro, es real, termine siendo el 6D u otra fecha, de ser pospuesta, se realizarán. La ficción es pensar que son ficticias.
Porque mientras cada quien continua con su ficción, peleándose por una botella vacía unos, otro reducido grupito en una constante competencia, la sociedad continúa padeciendo la cruda y brutal realidad, producto de la grave crisis económica, política y social, es decir, la enorme mayoría de este país, todos los días sigue buscando bajo su propio esfuerzo, la manera de sobrevivir al desastre y a los «dirigentes» de redes sociales.
Es inverosímil, que después de la autojuramentación, del “sí o sí” del 23F, del 30A y de Gedeón, todavía haya quienes concluyan que al colega Juan Guaidó le ha ido mal porque se dejó «seducir» por el extremismo, sin considerar que la política de oposición ha sido en general extremista e improductiva.
Como decía la Dra. Morán (@NuevaTec47): “Si quieren partir de algún punto para tratar de reconstruir una política de oposición que perdió el rumbo, háganlo mirando la miseria que los rodea y al sufrimiento de millones. Intenten volver a conectarse con los que viven en orfandad. No hay otro camino”. Ese ha sido siempre nuestro planteamiento, esa ha sido siempre nuestra apuesta, poner siempre a la gente primero.
Gracias a Dios, la despolarización y pluralismo cada día ganan más adeptos, única vía para lograr vencer definitivamente ese lenguaje de odio y violencia; y así permitir un encuentro en función de una ruta gradual capaz de llevarnos al cambio que tanto anhelamos, la cual puede ser común sin ser única, rescatando así parte esencial de la democracia misma.
Obviamente que hay quienes disientan, pero es innegable que en política es mejor actuar y tener una propuesta a esperar que las cosas ocurran solas o que alguien las haga por usted.
Como bien lo decía el profesor Ángel Álvarez (@polscitoall): “La operación extranjera, no ocurrirá. El gobierno de emergencia nacional, no gobernará. La «resistencia» no se sabe qué es. Las elecciones irán, en su fecha o luego pero irán. A los políticos (no a los tuiteros) les toca decidir si actúan o siguen esperando por lo que no pasará.
No podemos seguir con ese realismo mágico, como por ejemplo el acuerdo del gobierno interino con la DEA, el cual me pregunto: ¿Cómo se implementará? No podemos permitir continuar ahogándonos en salidas ideales.
Finalizo recordando que el CNE, el TSJ y la Fiscalía tienen su origen en la abstención del año 2005. No podemos dejar de ejercer nuestro derecho ciudadano. El vacío solo les facilita el camino.
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