Tovar se habla a sí mismo
Egocéntrico como es, como siempre ha sido y será, Tovar se habla a sí mismo sin importar las críticas. No reflexiona frente al espejo porque no es Narciso ni busca el reflejo de su belleza (que no la tiene), le habla a sus heridas, a sus dolores, a sus frustraciones, son tantas y tan diversas que aturden, que pronunciadas se agotan en la lengua y en ella deforman el lenguaje. Su lenguaje que es el lenguaje de Venezuela: un país que cuando se pronuncia se deforma.
No se entiende lo que expresa, sólo se reconoce el dolor del pueblo o el cinismo de la dictadura. Los que se acomodan al cinismo se aprecian. Los que sufren se desprecian.
Tovar atónito prefiere hablarse a sí mismo.
¿Qué se dice?
Es difícil interpretar de qué habla Tovar consigo mismo, imagino que como poeta inconcluso de su desgarrador tiempo intenta traducir el daño y la crueldad con que la dictadura chavista se ha afirmado en el poder. También —sólo lo supongo, no lo sé— busca interpretar a la dirigencia política de la oposición en su confusión y relajación moral. Obvio, esa desconcertante incapacidad no hay mente que la descifre ni metáfora que la figure, Tovar se queda mudo.
Me apena verle distante, ensimismado, perdida su mirada en el horizonte. Está en el Pacífico mexicano, en Puerto Escondido.
Está ahí su cuerpo; su espíritu, en Venezuela.
Otras elecciones más
Ojalá el problema venezolano se resolviera con elecciones, no se ha resuelto así ni se resolverá. No se puede pecar de ingenuos, por la silenciosa negación que expresa Tovar en su soledad presumo que él tampoco lo cree posible. Algo debe cambiar en el liderazgo político opositor para que a través de una elección consabidamente amañada algo cambie frente a la tiranía. Capriles, Rosales y otros ya han fallado, claudicado y traicionado la voluntad de pueblo de Venezuela. Sin duda, lo volverán a hacer. Lo han dicho públicamente.
Una mujer es la próxima oportunidad para arrostrar la desafiante maquinaria asesina del chavismo. Una mujer íntegra, lúcida, visionaria.
Tovar sonríe cuando piensa en María Corina.
Tovar empoderado
Sonríe…, creo, Tovar sonríe porque recuerda que en la única derrota que conoció el sátrapa embalsamado, la momia Hugo Chávez, María Corina y él trabajaron juntos. La disposición, gerencia, pero sobre todo la organización en Súmate fueron fundamentales para saber leer el resultado y entender que se había alcanzado la victoria, que, como mayoría, si la nación salía a las calles, defendería esa victoria y acorralaría cualquier eventual treta de los tiranos por desconocer el resultado.
Es decir, María Corina a diferencia de Capriles y Rosales sabe cómo ganarle al chavismo y qué hacer para que la victoria se haga efectiva.
No tiene rabo de paja…, no tiene rabo.
La rochelización electorera
Es obvio que Tovar entiende que la rochelización venezolana de una elección es parte de lo que nos tiene jodidos como estamos. El Consejo Nacional Electoral (CNE) no es garante ni de transparencia ni de justicia. Pese a que Rosales y Capriles aseguren lo contrario, ellos han sido bufones conscientes o inconscientes del circo; bufones al fin. No se les puede creer una palabra. Para que las elecciones no sean otra rochela más, cada venezolano debe exigir el derecho que le corresponde. Votar en el exterior es uno de esos derechos.
Para que las cosas cambien para esa intachable mujer llamada Venezuela, otra mujer, María Corina, necesita tu apoyo decidido y convencido. ¿Se lo daremos? Sí.
Hay que acabar con la rochela.
@tovarr