La “paz total” eje de la acción política del gobierno de Petro, como todo régimen marxista no define claramente su contenido, se trata más bien de un lema que cubre ideales y no políticas públicas concretas. Hay pues que darle una interpretación semántica a partir de las acciones concretas realizadas por el gobierno.
Con solamente 3 semanas en el gobierno, Petro ha definido claramente un gobierno de transformación radical del Estado, según los predicamentos claros del socialismo del siglo XXI. Un gran amigo venezolano publicó en Twitter: “Comienzan con piel de oveja, mientras penetran los poderes, incluyendo las fuerzas armadas,los jubilan y a los nuevos los untan de mermelada, ellos no tienen apuro, aunque los veo actuando muy rápido.” (Pedro Izarra @pedroizarra, 29 ago.).
Lo que está haciendo Petro es una rendición total del Estado ante los grupos armados ilegales de todo pelambre, los supuestamente ideológicos (ELN, “Segunda Marquetalia” “Disidencias” de las FARC), hasta los más vulgares delincuentes (“Clan del Golfo”, “Tren de Aragua”). El diccionario de la RAE define rendición como “Acción y efecto de rendir o rendirse”, y este verbo lo define como “Entregar, hacer pasar algo al cuidado o vigilancia de otra persona”. En efecto, el Estado en este gobierno Petro está entregando la soberanía del Estado colombiano, el cuidado de su territorio y población, función primordial del Estado a los grupos armados, los narcoterroristas como lo hizo Santos con las FARC, pero ahora además a cualquier grupo armado delincuencial.
Es que, en realidad, no hay ninguna diferencia entre unos y otros, todos hacen lo mismo: asesinar, traficar drogas, minería ilegal, extorsión, violación, secuestro, reclutamiento de menores, robos, etcétera. En definitiva, el gobierno Petro tiene razón en acogerlos todo como un solo concepto, pues ambos grupos hacen lo mismo, son bandidos, unos con lemas políticos, de revolución y demás, por lo cual se hacen merecer el apoyo del cura guerrillero De Roux, y todos los “progresistas”, y otros que simplemente delinquen sin una consigna, aunque ahora tratan de disimularse de político llamándose “gaitanistas” (el pobre Gaitán debe estar retumbándose en su tumba con esto).
La rendición comienza con la designación como ministro de Defensa del doctor Iván Velásquez, reconocido enemigo público de la institución militar, los ha declarado asesinos, por ejemplo: “Todavía fresca la sangre derramada por las acciones criminales de la policía nacional, este acto no constituye un respaldo a la institucionalidad sino una afrenta a las víctimas”, “Hay demasiada policía metida en las nóminas de las bandas multicrimen”,“¿Y qué pasó con el Ejército más profesional, capacitado y de los más numerosos de América Latina? ¿Dirán algo el no-censurado ministro Molano y el héroe Zapateiro?”,“Hay muchísimos más que 6.402 para desear que el 29 de mayo sea el día en que empiece el desmonte del régimen uribista y con el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez, la construcción de la democracia, la paz, el progreso, la vida digna para toda la población”. El ministro de la defensa confunde delitos cometidos por algunos miembros de las Fuerzas Militares y de Policía con la institución misma, como cuando se burla del “Ejército más profesional y capacitado”. El gobierno de Petro, pues, comienza la rendición total del Estado, designando como ministro de Defensa a un enemigo de la institución.
Pero eso sería anecdótico si paralelamente no se hace toda una política de rendición del Estado ante los narcoterroristas: no fumigación con glifosato, no sustitución de los cultivos, no extradición de los criminales, pide cambio de la política internacional de drogas, legalizándolas (marihuana, coca); conjuntamente con diálogos con el ELN y demás grupos narcoterroristas, lo cual seguramente terminará en la dictadura de esos grupos, camuflados en un cogobierno como el que se instituyó con Santos, y siguió con Duque, al este seguir la implementación del acuerdo de entrega del país a las FARC y en la práctica cogobernar con ellos, a través de la “Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación del Acuerdo”;que impone veto a cualquier política pública, en poco también cogobernarán el ELN, la “Segunda Marquetalia” “los Gaitanistas” (Clan del Golfo) y cuanto grupo criminal diga (no necesariamente cumpla) que no va a seguir delinquiendo, pues cogobernará con los invasores indígenas, los terroristas de la Primera Línea (con quien ya el comandante de la Policía cogobierna, la reestructuración del ESMAD la dirigen ellos) y hasta con el “Tren de Aragua”, que son los de casas de tortura por drogas en Bogotá, y llega sus tentáculos hasta Chile y que originariamente eran unos colectivos chavistas.
La rendición total llega al extremo de darle impunidad a la delincuencia común, pues el genial ministro de Justicia ya declaró que no habrá cárcel para las bandas de robos de celulares, llamarán a la víctima y devolviéndole el celular y prometiendo (de nuevo ¡que van a cumplir!) que le pagarán 6 meses de plan, pues no tendrán ningún castigo.
Las organizaciones de invasores de tierras lideradas por el “Consejo Regional Indígena del Cauca” (CRIC), dueños de la inmensa cantidad de tierra dedicada al cultivo de la coca en esa región, el cual proclama como su objetivo “Recuperar la tierra de los resguardos y realizar la defensa del territorio ancestral y de los espacios de vida de las comunidades indígenas” por lo tanto reclaman tierras por todo el país las invaden, pero aclaran que “no son invasiones de predios, son procesos de recuperación de tierras.” (https://www.elcolombiano.com/colombia/no-son-invasiones-de-predios-son-recuperacion-de-tierras-el-cric-sobre-ocupacion-de-terrenos-LJ18554186 ) Obviamente estas invasiones las reivindican como el cumplimiento del programa de gobierno de Petro puesto que «durante la campaña política el entonces candidato Petro habló en varias ocasiones sobre unas nuevas propuestas dirigidas a solucionar el problema de la tenencia de tierras en el país, algo que denominó como ‘democratización de la tierra’, que se espera con expectativas desde varios sectores sociales” (ídem).
Para cumplir ambos proyectos, es decir, la invasión (o recuperación de resguardos) de tierras y la “democratización de la tierra” que viene a ser lo mismo invasión de tierras pero por los que no son indígenas, nadie mejor que Rangel Giovani Yule Zape, precisamente consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), Yule fue precisamente “ quien estuvo liderando la minga indígena del Cauca que llegó hasta varias ciudades en medio del Paro Nacional del 2021 que generó bloqueos, violencia e incertidumbre durante varios meses el país. (https://www.infobae.com/america/colombia/2022/07/19/quien-es-el-nuevo-director-de-restitucion-de-tierras-que-la-derecha-acusa-de-haber-participado-en-el-secuestro-de-militares/).
En conclusión la “paz total” es aniquilación de las Fuerzas Militares y de Policía, a cargo de su peor enemigo el ministro Velásquez; la legalización de las drogas y el cogobierno con las bandas de narcoterroristas como el ELN y las “Disidencias” de las FARC; el “perdón social” que no es otro que el Pacto de la Picota, o sea, la impunidad total para los narcotraficantes como los del Clan del Golfo (a quienes se les dará elegibilidad e impunidad por llamarse ahora “gaitanistas”) y finalmente impunidad también para las bandas delincuenciales, como las de robo de celulares, quienes no tendrán castigo, sino “justicia redistributiva” que es la promesa de devolver el celular y pagar 6 meses de plan. Recuérdese que (como pasó con las FARC) no es necesario que cumplan lo prometido, sino eso que simplemente prometan y los criminales no tendrán ningún castigo, incluyendo no extradición para los grandes capos de la coca. Está claro pues “paz total” es rendición total del Estado a manos del crimen. Ese es el objetivo del socialismo del siglo XXI, crear la anarquía para que el cartel mayor “Cartel de los Soles” en Venezuela, “FARC-ELN” en Colombia imperen en un Estado sin ley, ahora con la conchupancia entre Petro y Maduro, tendremos “la Gran Colombia Socialista”, una colonia de ese sí imperio cubano.