Quizás por los momentos más tenebrosos que estamos pasando la musa se ha tornado rebelde, y por ende, la poesía ha pasado a otro plano un poco más sustancioso. La energía empieza a relucir, las lágrimas empiezan a brotar y un millar de emociones a mis sentidos empiezan a difuminar.
Un país plagado de soledad, desidia e ignorancia. La época de las cavernas ha vuelto a ser una realidad luego de años de evolución. Un siglo que nos bendice con tecnología, innovación e información, ha derramado lo peor de sus maleficios sobre toda una especie. «La era de la información» pareciera ser a la inversa ya que no hemos aprendido a usar las virtudes que hoy nos obsequian sino que a su vez, hemos mejorado los vicios y aberraciones del pasado. La peor de las calamidades y las que vendrán si no se corrige a tiempo.
No te dejes ganar por la melancolía del recuerdo ni por las fauces de la tristeza. No dejes que el brillo en tus ojos se empañe por lágrimas de memoria y agonía. No dejes que los sentimientos negativos hagan estragos en tus sentidos. No lo hagas. ¡NO, NO, NO Y NO! Aunque duela cuál dolor avasallante en nuestra alma y en lo más profundo de nuestro espíritu, debemos ocuparnos por honrar a aquellos que no están y motivar a los que siguen. Hasta ver conquistados nuestros sueños, los anhelos más sinceros y sublimes de nuestra esencia, debemos seguir hasta vencer…
Con lealtad y constancia podemos realizar con mucha más facilidad las batallas que se nos presenten. Aunque el cielo se torne negro, y la tierra empiece a temblar, sabes que podrás contar con mi aliento inquebrantable y mi fuerza incansable para seguir hacia adelante… Yo no le temo a las tormentas porque me forje en una guerra y, juntos, libraremos la que se nos presenten…
Podemos ir, con una manta cubierta con convicción, con un sable forjado con gallardía, y un pequeño aliento de fe, hasta las mismísimas brasas del Hades, hasta el corazon del Tártaro, presenciar los colmillos del inmortal Cancerbero, y tener la resiliente fortaleza e indoblegable esperanza de que vamos a volver triunfantes.
Caerse está permitido, llorar no es una condena, pero rendirse no es una opción.
Venezuela, te amo con el alma. Plena y llana. Sencilla y cargada de defectos. Te amo tan intensamente como si el mañana fuese un sueño irrealizable. Te amo con la misma intensidad cinética de Soto, con la misma pasión al estilo Reverol, con todos tus colores avasallantes como Cruz Diez y con el empirismo de tío Simón. Te amo, y te llevo tatuada en mi esencia, con una tinta indeleble, estrellada y tricolor. Venezuela, te amo y te seguiré luchando.
@JorgeFSambrano
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