Los militares venezolanos se han puesto en una posición que muchos de ellos no perciben: contra Estados Unidos, como lo revelan las declaraciones de Padrino López, lo que puede justificar un ataque militar entre ambos países, en cualquier momento.
Ya empieza el típico llamado a la fortaleza de la unión del «pueblo» para luchar por el camino que nos lleva bla, bla, bla y darle respiro al diálogo en un nuevo amanecer, bla, bla, bla, mientras pasa el tiempo y sigue atándose el régimen bla, bla y florece el elogio por el avance en la reconquista bla, bla, bla, de la fuerza que la democracia renaciente, bla, bla, bla, que va a reemplazar al régimen, bla, bla, bla.
Así hablan el lelo y el potro sobre levantamiento de los bloqueos contra el régimen venezolano y mantenimiento de las excelentes relaciones diplomáticas como buenos vecinos, bajo el comando de Maduro, a quien ensalzan como el hombre fuerte que no es, porque es mantenido por los circuitos internos y externos que Estados Unidos no derrumba todavía.
Es inevitable que en momento de crisis un país como Estados Unidos debe darse su tiempo. Habrá que esperar.
En la problemática situación internacional actual no es muy fácil desenredar entuertos como el de Venezuela, porque este país está en el centro del tema petrolero que tiene un tambaleo dependiente de muchos factores de futuro imprevisible.