La posición de la FANB debe revelarse

Deber ser entendido que las armas no son propiedad de los militares. El Estado es propietario de las armas y por tanto no son propiedad de ningún gobierno. Los militares pueden usar esas armas solo para los fines fijados en

la Constitución. El robo electoral es acto criminal punible. Todo militar está obligado a desacatar a quien cometa robo electoral, en cuyo caso se aplican las normas contenidas en la Constitución sobre ejercicio del Poder Ejecutivo.

A los maduristas se les escuchaban expresiones anticapitalistas que pueden ser mortales porque el capitalismo es el alma, vida y corazón de Estados Unidos, que justifican respuestas fratricidas de los gringos y por ello los maduristas ya han adoptado el (inocuo, viejo, fuera de moda) calificativo «imperialista» para tratar de identificar a Estados Unidos, pero no implica necesariamente que la FANB quieren usar ese calificativo por la misma razón de los maduristas.

Que el capitalismo es condición necesaria para lograr mercados y explotar recursos que induce competencia externa, no significa que Estados Unidos busca imponerse mediante guerra imperialista.

La otra cara de la moneda marxista bendice la guerra para ayudar al proletariado en otros países y de esa manera bendice la coerción militar con careta de libertadora sin ventaja económica.

Recuérdese que los países marxistas poderosos no ofrecían arreglos de comercio ni finanzas con países latinoamericanos. China hace pocos años fue ingresada al BID por voto favorable de Estados Unidos y de miembros europeos para que aporte al desarrollo de países latinoamericanos.

Sin embargo, estos países no alcanzan el necesario nivel económico y tecnológico que les permita hacer armas, barcos, aviones, mercancías, compradas -desde hace mucho tiempo atrás desde el inicio de la era democrática- a países poderosos mediante pago extravagante y por ello hoy las fuerzas militares venezolanas se regocijan de su capacidad para cumplir sus funciones.

Todo eso viene a colación porque por primera vez Venezuela está en situación de necesidad nunca sentida antes, cuando las viejas armas se compraban a europeos. Hoy las compramos a empresas de países enemigos entre si, lo que causa enormes implicaciones. Esto hace pensar sobre un grave problemón: «distancia» (costo) cada vez más relevante en tiempo violento y que es vital en toda clase de relaciones de intercambio.

Lo anterior nos retrae al tema más delicado que hace preguntar si la FANB está arrostrando alternativas que sean definitorias de la solución que más conviene a Venezuela para su tránsito hacia un futuro que la mayoría de los venezolanos hemos escogido en el proceso electoral del 28J. ¿Van a batallar para mantener el madurismo? ¿Van a reunirse con la PUD para acordar una transición?

Faltan muy pocos días y es hora de que se sepa la respuesta a esas preguntas.