Abordar los diferentes elementos que enmarcan a la seguridad nacional de los Estados resulta esencial para el estudio de las relaciones internacionales; hoy en día, debido a la complejidad y velocidad del sistema globalizado, emergen además de las constantes geográficas e históricas, infinidades de variables económicas, sociales, militares, culturales y medioambientales que potencialmente pueden ser consideradas como amenazas por parte de los actores (en la estructura del sistema y sus interacciones), atrayendo su total atención y la necesidad de configurar mecanismos, medios y maniobras (el cómo hacerlo) de defensa dirigidos a preservar la integridad del territorio y el Estado, contexto propio de pertenecer a una sociedad mundial de riesgo.
El anterior aspecto notablemente se puede apreciar desde el marco de la teoría neorrealista, que como restructuración y sistematización del realismo tradicional no sólo aporta herramientas conceptuales apropiadas, sino que permite relacionar la influencia del sistema económico internacional con la maximización de la seguridad, abriendo la posibilidad de observar con claridad la relación causa-efecto y analizar los fenómenos internacionales con objetividad.
Israel con su modus operandi en el Oriente Medio junto a su agresiva política de seguridad y de defensa ha despertado la opinión crítica y emotiva de la sociedad mundial centrando un debate en lo ético y lo moral; bajo este escenario, el neorrealismo brinda la posibilidad de realizar una aproximación conceptual que explique lo agresivo de la política exterior israelí con sus vecinos, las implicaciones de su estrecha relación con Estados Unidos y occidente, su papel en la estructura económica mundial, y el manejo político que se presenta dentro de su territorio, separándolo en sí, de cualquier emotividad subjetiva y de la ambigüedad propia de la moral de la sociedad mundial.
Lo anterior se puede examinar bajo instrumentos teóricos tales, como el interés nacional, el estado de guerra, la política de poder y un enfoque geopolítico del caso israelí, bajo las condiciones políticas tanto de la estructura del sistema internacional como del subsistema.
Partiendo de que todo acontecimiento entre un Estado y cualquier otro actor del sistema, debe analizarse bajo el supuesto del interés nacional es de gran relevancia por la ubicación que aporta al análisis de la conducta de cualquier Estado, ya que este provee una explicación razonable de las actuaciones de éstos, que van dirigidas a salvaguardar la integridad del Estado, propulsar el desarrollo socio-económico del país, y garantizar la seguridad nacional, dejando de lado a la ética y la moral en su análisis.
Particularmente, Israel plantea su interés nacional en términos de auto preservación, producto de la desconfianza permanente propia de la región en la cual se encuentra, un Oriente Medio caracterizado por tener los más altos niveles de conflictividad internacional, que como subsistema lo obliga estar siempre en un estado de guerra aun cuando no se presente una agresiva interacción directa con otro Estado, lo que le genera una búsqueda permanente del poder como medio de garantía para la consecución de su interés nacional, porque más poder implica más seguridad.
Con respecto a lo anterior, Israel dirige sus esfuerzos dentro del sistema internacional al fortalecimiento constante de sus elementos de poder nacional, tales como:
Su geografía: específicamente al maximizar las ventajas y minimizar las desventajas de su posición geográfica dentro del sistema internacional, aprovechando su atractiva posición estratégica tanto en el levante del Mediterráneo por su trascendental influencia en las rutas del comercio entre occidente, África y Asia, como su consolidación territorial en Oriente Medio, que más allá de significar un agravio para los antiguos pobladores árabes representa una posición geoestratégicamente invaluable para la vigilancia y control de aquellos Estados que puedan poner en peligro la seguridad del sistema.
Sus recursos naturales: concisamente va dirigido a solucionar los inconvenientes de autoabastecimiento de alimentos y materias primas respecto a su demografía, arraigados por las características geográficas y agrícolas de su territorio, propulsando la puesta en marcha de políticas comerciales dirigidas al establecimiento de tratados comerciales con países inmersos en la dinámica comercial internacional y transformando el territorio con la creación de tierras fértiles donde antes solamente habían áridos e inhóspitos desiertos.
Su capacidad industrial y tecnológica: impulsa la supremacía económica frente a sus vecinos, partiendo de que la seguridad nacional de la mano con el desarrollo económico, el progreso tecnológico y el bienestar social generan nuevos recursos de poder diferentes al tradicional poder militar y acordes a los manejados en el sistema, que le permite alcanzar un mayor estatus en el contexto internacional y al mismo tiempo acrecentar la brecha económica con los países que potencialmente pueden ser percibidos como amenazas.
Capacidad militar: potencializada por la sustancial ayuda norteamericana parte del paquete de beneficio que representa su alianza, su cooperación con la OTAN, sumado a los avances científicos y tecnológicos que audazmente han sido aplicados al fortalecimiento de cada estructura de las FDI; lo anterior ha representado el pilar de soporte para Israel, al representar durante el último tiempo de su historia las bases de su poder disuasivo en la región, que a pesar de contar en sus filas un número menor de soldados, ha logrado por medio del adelanto en armamentos sofisticados, eficaces estrategias de guerra y el desarrollo de complejos nucleares el pragmatismo en sus maniobras y en la credibilidad disuasiva generada frente a sus adversarios que constantemente evalúan los costos que les podría significar una posible confrontación con Israel, ha resultado vital para garantizar su integridad territorial.
Población: considerada como atributo demográfico, cuerpo palpable de la nación que vive y siente la realidad, factor puramente humano que respecto a sus ideas y capacidades influye directamente en la generación, diseño y ejecución de las estrategias planteadas para la consecución del interés nacional, que para Israel suele ser significativamente importante. Una población numerosa es una fuente de debilidad antes que de fortaleza, como lo ha demostrado la India, si no puede equilibrarse adecuadamente con la disponibilidad de otros recursos, Israel con la carencia de algunos recursos naturales y al presentar la población de menor tamaño en comparación de los demás países de la región, el impacto es menor en este aspecto, pero en lo militar se ha visto obligado a igualar las cargas desde la incursión de tecnologías y de eficientes estrategias de guerras en la incursión de hombres y mujeres dentro de la milicia; por otro lado, Israel cuenta con una fuerza intelectual a la altura de los países más desarrollados, gracias a la constante llegada de capital humano altamente calificado, adjetivo que le permite a su gente introducirse en la vanguardia de los campos objeto del estudio de la sociedad mundial, conjuntamente al establecimiento de fluidas interacciones con instituciones académicas y económicas que atraen la atención de los grandes capitales del sistema hacia el aprovechamiento de las capacidades de su pueblo.
Sentimiento nacionalista: vinculado específicamente hacia el sionismo que sigue vigente en la sociedad israelí de ahora de la misma manera que en el pasado. Este determina el grado de cohesión nacional, la identidad y credibilidad del pueblo hacia los objetivos propuestos por las instituciones internas en el ámbito agrícola, industrial, militar, fiscal y diplomático, (la causa) para la consecución del interés nacional, reflejado netamente en el apoyo de las políticas internacionales adoptadas de su gobierno en épocas de paz o de guerra; en el caso de Israel se puede apreciar la disposición de su pueblo en la prestación del servicio militar cuando el escenario en cual se encuentre el país sea de guerra, cuando no sea así, las fuerzas del pueblo se concentraran en funcionamiento y dinamismo de la economía.
Calidad de su diplomacia: capacidad de conseguir de otros actores del sistema objetivos internos, coordinando los elementos del poder nacional hacia una dirección clara y acorde a las propias capacidades, todo orientado al resguardo del interés nacional. Israel claramente usa esta herramienta diplomática para maximizar las ganancias de aquellas interacciones beneficiosas pueda ser de una posición de dependencia militar y económica como su relación con Estados Unidos o de una posición influyente y dominante como el acuerdo de no agresión con Egipto por el retorno del control del Sinaí, o la alianza estratégica que se mantiene con Turquía y Jordania como medida de garantía contra regímenes árabes que puedan alterar la zona. Aunque de igual manera esta herramienta es usada en la conducción de estrategias y tácticas de líderes militares durante tiempos de guerra. Donde la defensa de la propia integridad territorial frente a amenazas adyacentes a las fronteras, suele prevalecer sobre las implicaciones que consigo trae el derecho internacional, ejemplo de lo anterior lo podemos apreciar en el manejo por parte de Israel frente al problema palestino y sus repercusiones en la violación de los derechos humanos, las resoluciones de desaprobación por parte de la ONU en casos sensibles como el de los asentamientos en la franja de gaza o el caso Jerusalén en Cisjordania.
La calidad en su gestión política: la eficacia en el manejo de los recursos hacia la consecución del objetivo nacional depende directamente de la buena gestión de un gobierno que respalde las iniciativas articuladas por las instituciones que persiguen y protegen el interés nacional. Además de su capacidad de implementar políticas que cuyo éxito estará acorde con el poder que se dispone, y a la debida administración de los recursos materiales y humanos engranados implícitamente con la política exterior. Israel en su estructura política ha sufrido transformaciones sustanciales derivadas al aumento de la heterogeneidad cultural y social en los últimos años, no obstante a pesar de que se presentan diferentes posturas políticas, persiste el fundamento nacionalista sionista que canaliza las energías de todas las corrientes políticas hacia la defensa de la integridad social, económica y territorial del Estado frente a las variables endógenas y exógenas en el sistema.
Cuando un gobierno ha conseguido llevar su política exterior a un grado de equilibrio con el poder que dispone, debe aplicarse a equilibrar también los diferentes elementos del poder nacional entre sí para así poder emerger de manera más fuerte frente a los condicionamientos y demandas del sistema. Israel por medio de sus recursos y posibilidades ha logrado establecer un desarrollo continuo, en el que resulta de gran importancia la explotación de las ventajas económicas del sistema, para fortalecer y asegurar el funcionamiento de su estructura de seguridad en miras a la auto preservación. Israel se ha mostrado como ejemplo de que una nación no necesariamente alcanza su máximo de poder nacional porque sea muy rico en recursos naturales, porque cuente con una población muy importante o porque haya edificado una enorme infraestructura industrial o militar. Lo alcanza cuando tiene a su disposición una suficiente cantidad y calidad (en la debida proporción) de aquellos recursos de poder que le permitirán emprender una determinada política exterior con las máximas probabilidades de éxito.
Como se puede ver, Israel ha adoptado una política de poder para asegurar la integridad tanto del individuo y la sociedad como del Estado, por medio del fortalecimiento y ajuste de sus elementos de poder nacional para lograr cada vez más una provechosa inmersión el sistema internacional, para así obtener los mejores dividendos. Notablemente Israel apunta a consolidar su estatus quo en la zona, teniendo muy presente que en palabras de Robert Gilpin, “una potencia económica, quien controla el sistema, estará siempre dispuesta hacer todo lo posible con el fin de mantener y preservar el estatus quo”, para este caso no se haría referencia al sistema de manera global, sino al anteriormente mencionado subsistema de Oriente Medio.
Asumiendo que el sistema político internacional está integrado por unidades territorialmente organizadas que interactúan entre sí para exponer y defender sus intereses en medio de una organización anárquica, aunque prevalezca la anarquía en la estructura, los Estados tienden a cooperar mutuamente con aquellos homólogos con los que comparten similitud de intereses. Y es que existen diferentes intereses que son compatibles dentro del sistema, y suelen ser el pie de arranque para la configuración de una cooperación directa entre dos o más actores, incluso uno más poderoso que otro, pero al mismo tiempo este último presenta en sí, atributos atrayentes para el primero, por lo cual se convierte en pieza importante dentro de la política exterior del otro. Lo anterior se puede ejemplificar en la manera en que Estados Unidos para mantener la estructura del sistema y proteger su estatus quo, le conviene loablemente que Israel asegure el suyo en Oriente Medio, como una extensión de su poder en un territorio al cual le es difícil acceder en gran proporción. Para Israel aprovechar esta compatibilidad de intereses con Estados Unidos, en su direccionamiento de política exterior, es de suprema importancia, ya que los dividendos de tal cooperación en lo económico, político y militar han contribuido sustancialmente en su auto preservación.
Para el actual contexto, cuando la dinámica de los Estados se maximiza por la globalización, no es un secreto, que la mejor manera utilizada por los actores del sistema para asegurar intereses comunes es por medio de tratados políticos y comerciales, de esta manera se fortalece cualquier intención conjunta de asegurar cualquier ámbito de importancia dentro del sistema. La relación Israel y occidente es la prueba reina de aquello, y se puede apreciar con la incursión de Israel como cooperador de la OTAN.
Desde el principio la labor paralela de Israel en su estrategia internacional de seguridad, específicamente con la influencia del lobby israelí en el Congreso estadounidense, le ha permitido conseguir una denominación de aliado importante dentro del concierto de defensa del sistema, adquiriendo aprobación mayoritaria dentro de la sociedad norteamericana, generando un vuelco mediático que ha señalado abiertamente por qué se debía aceptar a Israel lo más pronto posible en la alianza.
El debate está abierto, más aun a sabiendas que Israel no es país europeo ni tiene cercanía con el Atlántico, pero las consecuencias favorables para ambos países, junto a la identificación clara del factor amenaza para el sistema, sirvieron para que la atención del pueblo y del Congreso estadounidense se centrara en acelerar el proceso de promoción de Israel como miembro oficial.
Israel empieza una campaña continua para estimular por su parte el cometido de ser el primer país de Oriente Medio que coopera con la OTAN, con el fin estratégico de fortalecer su poder militar en la región y consagrar como prioridad su seguridad para el concierto internacional, para de esta manera recibir el apoyo político y militar suficiente manteneniendo la supremacía en la región. Lo previamente enunciado lo señaló la ex ministra de Asuntos Exteriores israelí Tzipi Livni, en el marco del seminario sobre la Transformación de la OTAN, el Diálogo Mediterráneo y las Relaciones entre la OTAN e Israel, celebrado en Herzliya el 24 de octubre de 2006: “La alianza entre la OTAN e Israel no sólo es natural… Israel y la OTAN comparten una visión estratégica común… Amenazas, dirigidas contra Israel y contra la comunidad moderada con valores occidentales sitúan a Israel más que nunca antes en el lado euro-atlántico. En muchos sentidos Israel es la primera línea de defensa de nuestro estilo de vida común”.
Para los neorrealistas las alianzas son definidas con base a los intereses geopolíticos, y la posición de Israel en Oriente Medio promueve aquello; por eso la intención estadounidense con esto es conseguir en el orbe internacional una expansión de países identificados con la idea de seguridad occidental proporcionada por ellos mismos.
Israel potencializado por la alianza, sabe que fortifica su poder disuasivo y emprende un camino explorativo en el afianzamiento de armas no convencionales para intimidar cualquier amenaza cercana equipada con las mismas.
Establecido el impacto militar y geoestratégico de la alianza Israel-OTAN con Estados Unidos como promotor, la atención israelí se concentra en fortalecer su estrategia seguridad para su resguardo frente a las amenazas irregulares que se presentan en sus fronteras con Líbano y Siria donde se encuentra el grupo Hezbolá; mantener su dominio en la Franja de Gaza en la cual persiste el grupo político y militar Hamás junto a los partidos políticos palestinos, aumentar su influencia política mayoritaria en Jerusalén, y establecer alianzas de tipo comercial, con el fin de robustecer su condición económica en la región, ofreciendo avance tecnológico, equipamiento militar, servicios de punta en el área de telecomunicaciones, conocimiento, asesorías en técnicas de riego y demás, con el apoyo en la agro-ingeniería, la biomédica y la explotación de las bondades de la zona costera mediterránea añadiendo las facilidades y ventajas comparativas que representa su posición estratégica para el comercio entre Europa-Asia. Todo con el fin de dinamizar el funcionamiento de su economía a escala mundial.
Con respecto a lo anterior, Israel establece tratados comerciales junto a las bases para una cooperación científica y técnica con la Unión Europea en el 1996 (vigencia desde Junio de 2000) presuponiendo un apoyo en temas complementarios como la puesta en marcha del Proyecto Galileo al participar en el sistema de navegación global por satélite y el intercambio de estudiantes entre centros de educación superior; además, el acuerdo Euro-Mediterráneo que establece la libertad de movimientos de productos industriales, y de algunos productos agrícolas, con la disminución progresiva de cualquier barrera arancelaria. El intercambio ha sido fructífero para ambas partes, y más allá de las críticas de algunos países miembros a la violación por parte de Israel de los valores impregnados en el acuerdo como el respeto a los derechos humanos y a la democracia, específicamente por el caso palestino, ha seguido funcionando normalmente e Israel sigue teniendo acceso a un mercado grande e importante como el de la UE.
El acuerdo europeo de libre comercio EFTA donde se encuentran países miembros como Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein. Es otro de los tratados comerciales con el que Israel desde 1993 ha establecido un convenio, concentrándose en el intercambio de productos agrícolas, de los cuales los representantes de cada parte están llamados a reestructurar periódicamente las normas aduaneras y de propiedad intelectual de las mercancías y servicios pactados en el intercambio; este acuerdo con este grupo de países le provee a Israel un mercado particular para sus productos de su tecnificado sector agrícola. También los países del Este de Europa, los que anteriormente conformaban la URSS, sumados a Polonia y Hungría, en los cuales se potencializa la capacidad financiera y empresarial israelí.
Por el lado de Norteamérica el acuerdo Canadá-Israel llamado el CIFTA desde 1997, donde se intercambian productos agrícolas y materias primas de Canadá por diamantes, textiles, ropa y productos alimenticios israelíes, este tratado le permite a los productos Israelíes acceder a un mercado excelente donde el nivel adquisitivo se encuentra en 40.380 dólares estando casi al mismo nivel al de Estados Unidos; con México ha conllevado relaciones desde hace 60 años pero no fue sino hasta marzo de 2000 cuando se establecieron los acuerdos pertinentes para el tratado de libre comercio entre las partes, donde la cooperación industrial, la ejecución de proyectos conjuntos en los campos de las comunicaciones, la agricultura, la infraestructura, los servicios de planificación y más, han sido la estrategia para que los productos israelíes puedan competir con los productos estadounidenses, mencionando que Estados Unidos es el principal socio comercial israelí y también mantiene relaciones con sus vecinos Canadá y México vía NAFTA.
En 2010 entró en vigor el acuerdo de libre comercio Mercosur-Israel que convirtió a Israel en la primera nación fuera de Sudamérica en tener un Tratado de Libre Comercio con el Mercado Común del Sur donde se encuentran Brasil, Uruguay, Argentina y el Paraguay, ampliando su panorama comercial y junto a ello las posibilidades de las empresas israelíes a introducir y poner a competir su productos y servicios a estos países del sur de Latinoamérica, exceptuando a Venezuela donde por asuntos eminentemente de nuevas alineaciones políticas no tradicionales, el gobierno de Caracas decidió romper las amistosas y estrechas relaciones bilaterales que mantenía con Israel desde los tiempos de la fundación y reconocimiento internacional del Estado.
La cooperación económica con su principal socio Estados Unidos, ya anteriormente mencionada, se caracterizó más allá del apoyo militar, por la constante ayuda financiera desde los primeros años del Estado de Israel, lo cual representó una importante parte dentro del paquete de ayuda destinado para ellos, algunos aluden lo anterior a la consolidada influencia del lobby israelí en el Congreso estadounidense, notoriamente con en la incursión de la ayuda integral hacia Israel en el manejo de su política exterior en Oriente Medio. Aunque esta ya tradicional y cercana relación entre ambos estaba cohesionada, debía establecerse bajo las tendencias internacionales del comercio, derivando como resultado en el primer tratado comercial establecido por Estados Unidos en abril de 1985, en el cual Israel con una menor independencia económica con respecto a las décadas anteriores, comienza a introducirse en un intercambio que incluye productos originarios de los dos países sin arancel, intensificado en sectores sensibles como el industrial, turismo, salud, comunicaciones, bancario, seguros, consultoría en administración, contabilidad, derecho, servicios informáticos (particularmente en el desarrollo de software), publicidad y agrícola, además de la ejecución conjunta de proyectos de construcción, fijando el compromiso de ampliar el comercio y la inversión entre ambos, rediseñando asiduamente las medidas necesarias para superar las restricciones para el libre movimiento de bienes, servicios y capital.
Israel también ha gozado de las presiones impuestas por Estados Unidos a los países que acuden a él en busca de reconocimiento y apoyo bajo cualquier circunstancia, algunos de estos países guiados por el pragmatismo de su interés acceden al requisito establecer cualquier tipo de relaciones con Israel.
Gracias a la dinámica comercial y de cooperación permanente con algunos actores del sistema económico internacional, ya sea de manera bilateral o multilateral, Israel consigue las condiciones económicas suficientes para mostrarse frente a sus vecinos como una potencia regional, casi infranqueable desde esta perspectiva comercial, manejando índices económicos muy por encima a los de sus vecinos, aun teniendo en cuenta su baja proporción demográfica con respecto a la región tiene un capital de trabajo considerable, la calidad de vida de sus habitantes está al nivel de los países europeos, en donde el ingreso per cápita llega hasta los 32.200 dólares, manteniendo un desarrollo permanente de su economía.
La influencia del sistema en lo comercial para Israel ha sido totalmente absorbida, y se pudo apreciar en el posicionamiento que ha obtenido en su subsistema, resultado de la constante interacción con el sistema occidental.
Pero no cabe duda de que las posturas opuestas por parte de algunos socios comerciales en temas de violación del derecho internacional, poco han influido para el cambio de la fuerte política de seguridad israelí en la zona, la razón suele ser su ya consolidada política de defensa, caracterizada por el manejo de la fuerza como instrumento disuasivo frente a la amenaza irregular de grupos como Hamás y Hezbolá y del cerco económico y territorial impuesto a los habitantes de Gaza, todo con la finalidad de evitar cualquier contacto del sector oprimido del pueblo palestino que pueda poner en tela de juicio el accionar israelí con la comunidad mundial.
Pues a Israel no le es rentable que dentro del conflicto converja una intervención más determinante de la comunidad internacional, que solo crítica y emite declaraciones de protesta, por eso ha empleado una estrategia conciliadora en la cual su diplomacia emerge con el fin reducir el costo político del conflicto al mantener controlada cualquier intervención externa y entablar cualquier posibilidad de acuerdo de paz con la autoridad palestina (para evitar una posible denuncia en la ONU), pero paralelamente emplea acciones de defensas en la frontera contra las células terroristas de Hamás que tradicionalmente están en desacuerdo de cualquier tipo de pacto con el Estado israelí.
Geopolítica
La nación es el resultado de los elementos que conjuntamente generan cohesión en una sociedad, esto simplemente instaura la estructura de nacionalidad que pretende proyectar un Estado y a su vez conlleva a una batalla competitiva por el prestigio internacional. Entender el contexto de dimensión geopolítica que presenta el Estado de Israel es necesario al momento de abordar su comportamiento desde la arista de la teoría neorrealista de las relaciones internacionales, cuya concepción, considera al conflicto como inherente al individuo, y como elemento que se deriva de la naturaleza humana en ansias de obtener poder, en el cual los Estados establecen mecanismos para proteger sus intereses. Israel es un Estado implantando en un territorio generalmente ocupado por población árabe, la idea de que fuera reubicado sobre este espacio ha despertado el sentimiento nacionalista de habitantes palestinos de origen árabe que aunque no constituían una entidad territorialmente organizada, ocuparon por muchos años este territorio. En cuanto a ubicación territorial Israel está situado en la costa oriental del mar mediterráneo, es decir en el espacio conocido como el levante, lo que le estima a ser una potencia dominante en esta zona, desde los perímetros marítimos al norte y hacia el sur de manera terrestre.
La zona del Levante y la posición estratégica de Israel han sido siempre un punto de atención para las grandes potencias, pues ningún poder hegemónico cercano al mediterráneo puede gozar de seguridad absoluta a menos que controle el levante, también esta zona le brinda independencia y acceso a cualquier Estado que lo domine en las vías marítimas. El territorio que ocupa Israel puede considerarse como una zona de convergencia del hemisferio oriental. Geográficamente las tres regiones que le integran territorialmente hacen parte de su fortaleza económica, su llanura costera le facilita el comercio, recurriendo como puente entre las rutas del este y el mar, hacia el noreste predomina la región montañosa caracterizada por la agricultura, en la zona sur sobresale la región desértica. Los intereses de los pobladores se basan en las relaciones comerciales en el mediterráneo y el resto del mundo.
En medio de una zona en la que reina la conflictividad, Israel comparte fronteras con vecinos que representan una amenaza para su seguridad, debido a tipos de antecedentes de carácter bélico que ha presentado, entre ellos Egipto con quien hasta antes de la caída del líder político Hosni Mubarak mantenía relaciones estables, sin embargo históricamente las disputas han sido territoriales con consecuencia de perdida para Egipto. Por otro lado se encuentra Siria con quien disputa los altos del Golán, con el Líbano que representa una de los sectores más marcados por el conflicto de manera constante y como resultado a este prevalece la manifestación de enfrentamientos.
Otro escenario geopolítico que puede ser abordado es el conflicto permanente del bloqueo a la Franja de Gaza; Israel reclama soberanía sobre este territorio fundamentándose en la conquista de este espacio en la primera guerra árabe-israelí de 1948, siendo esta un ruta clave para el comercio entre el cercano oriente y Europa, otro de los argumento del Estado de Israel para hacer presencia en este territorio es el arraigo de que estas tierras pertenecen a la connotación bíblica de la tierra prometida para los judíos, por lo que la religión juega un rol relevante en este conflicto. Actualmente este territorio es ocupado por palestinos, pero históricamente comunidades judías han ejercido soberanía sobre él; la amenaza más contundente es la operación bélica que desarrollan las guerrillas como Hamás y Hezbolá en esta zona, las acciones terroristas y las reacciones militares del Estado de Israel cuando ve amenazada su integridad, utilizando la disuasión y las guerras preventivas tratando de proteger sus intereses haciendo uso de todos los medios políticos, económicos, y militares a su disposición. El método empleado por Palestina ha sido el terrorismo pues ante la estructura armamentistas del Estado de Israel no cuenta con la dotación de mismo nivel para contrarrestarlo, imponer la propia voluntad mediante el uso de la violencia es la forma como Israel se impone sobre esta zona. La Franja de Gaza es un estratégico territorio y centra hoy por hoy la atención de los derechos humanos sobre el sinnúmero de guerras y las acciones de lesa humanidad que se comente contra la población civil tanto palestina como judía. La política, la geografía y la cultura parecen ser los elementos que han ocasionado el conflicto y desencadenado guerras sin poder poner fin a la situación. Dos Estados que han luchado por un espacio propio.
Otra proximidad geográfica que ocasiona un ambiente de tensión está representada por Turquía e Irán que en repetidas ocasiones ha amenazado con la destrucción total del Estado de Israel mediante la utilización de armamento nuclear. La dimensión geopolítica de Israel lo ubica en un espacio geográfico en el cual la proximidad con sus vecinos es un contexto rigurosamente hostil y ambivalente al riesgo, debido a esto Israel tiene que reforzar sus fronteras a través del poderío militar implementando sistemas de inteligencias internos como el Shabak y externos como el Mossad. La seguridad desde todas las esferas es el principal objetivo para poder preservar la integridad de la nación, la expansión territorial es otro ahínco para seguridad nacional, bajo el planteamiento que toda nación para poder asegurar su supervivencia debe poseer un espacio territorial que le permita desarrollarse como Estado autónomo.
La posesión de los Altos del Golán es un ejemplo claro de expansión territorial dominionista, pues esta se ejerce con miras geoestratégicas, para lograr mantener el estatus quo en la región y salvaguardar la seguridad de sus ciudadanos; la política exterior empleada es la de poder, defendiendo a toda costa su territorio en función de su interés nacional.
El ambiente conflictivo al que se enfrenta Israel en todo tiempo además de las corrientes culturales y religiosas entre judíos y árabes, se ocasiona desde la dimensión geopolítica en una resumida batalla por el control de las salidas al mar y el agua en la región e incluso por la lucha de ciertos recursos predominante de la región, la situación de ocupación en Gaza tiene un enfoque geopolítico gracias a la favorecida salida al mar mediterráneo y las futuras explotaciones mineras del desierto del Neguev. Al noreste de su localización el Estado tiene proximidad con un vecino que representa una amenaza para su integridad debido al interés que este tiene en una más amplia salida al mar, por esto la ubicación de Israel quien tiene el control del levante es realmente interesante para Siria, que al lograr ocupar de alguna manera la ubicación de Israel podría tener mayor acceso a la costa y de esta manera no solo comerciar en el norte sino también hacia el suroeste.
El peligro de Israel será latente en el momento que una gran potencia pretenda dominar la cuenca del mediterráneo o se posesione en la región que comprende entre Afganistán y el Mediterráneo. Desde la desintegración de la Unión Soviética no ha existido otro Estado con características hegemónicas y ansias que pretendan tal interés.
El neorrealismo aplicado a la política exterior del Estado de Israel, busca el equilibrio en el sistema internacional, y en el caso de la región del Oriente Medio, lo establece sobre esta estructura regional. La situación geopolítica actual de Israel se puede definir de la siguiente manera: es un Estado pequeño que debe manejar amenazas de una magnitud que supera lo que su espacio territorial representa, sin embargo este se antepone sobre cualquier circunstancia de amenaza impermeabilizando sus fronteras, manteniendo una política de seguridad agresiva, su ubicación geoestratégica determina la manera como se comporta en el sistema Internacional, y además de esto le beneficia el interactuar y mantener relaciones con potencias que controlan recursos enormemente mayores, como es la alianza con Estados Unidos.
@J__Benavides
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