OPINIÓN

La pensión del “Ramo del Cacao”: siglo XIX

por Carlos Cruz Carlos Cruz

El cacao es un árbol autóctono de América el cual ofrece un fruto cuyas semillas fueron procesadas por los aztecas, mayas e incas para producir un magnífico alimento llamado “chocolate” y que gracias al encuentro entre Europa y el Nuevo Mundo fue conocido en todo el orbe.

El chocolate era llamado chocolatl por los aztecas y Ka’kaw por los mayas y se convirtió en un producto que verdaderamente revolucionó a Europa, no sólo por sus propiedades comestibles, sino porque también llegó a generar un debate dentro de la Iglesia Católica, al punto de que en el año de 1636 el licenciado Antonio León Pinel (Relator del Consejo de Indias) publicó un libro titulado Qvestion de moral si la bebida del chocolate quebranta el ayuno eclesiástico. (1)

Este libro pone en evidencia que la apetencia del Viejo Mundo por el chocolate llegó a tal nivel, que a un funcionario de la Corona de Castilla se le ocurrió hacerse el planteamiento sobre la posibilidad de un “conflicto” entre el ejercicio de la fe católica y el consumo de esta bebida.

En el caso venezolano, los reportes sobre el cacao nos transportan al año de 1611 cuando Juan de Benjumea Escalante señala la existencia de 100.000 árboles de cacao al sur del lago de Maracaibo (2) y  debemos agregar que en los primeros 300 años de hispanidad, el cacao se convirtió en un beneficio fundamental de la economía, llegando así a ser el producto estrella de la Capitanía General de Venezuela. (3)

Pero las bondades del cacao no sólo alcanzaron las ventajas alimenticias de este y la gran aceptación de la gente por su sabor y variedades de presentación; sino que también sirvió de ayuda para la resolución de situaciones políticas en tiempos de guerra, que requirieron de lo que hoy en día llamaríamos “ayuda humanitaria”

En ese sentido debemos recordar, que el proceso de independencia de Venezuela a principios del siglo XIX        fue sumamente cruento y que durante ese tiempo, muchos habitantes de la Capitanía General de Venezuela que no estaban de acuerdo con lo decidido por una parte de la población, manifestaron seguir siendo leales al rey Fernando VII, por lo que tuvieron que tomar la decisión de emigrar y una buena parte de ellos llegó a la isla de Puerto Rico.

Dado lo precipitado de esas emigraciones, todos ellos llegaron en una situación económica muy deplorable que a su vez generó un gran problema operativo para las autoridades españolas de la isla.

Por esta razón, la corona española como una manera de premiar a quienes por su lealtad al rey fueron perseguidos y para dar solución a las deudas de la Casa Real; se dio a la tarea de crear lo que se llamó “Ramo del Cacao o Fondo del Cacao”, que vino a ser una herramienta tributaria que logró atender la gran cantidad de migrantes que salieron de Venezuela hacia Puerto Rico.

Esta fondo que se creó para compensar la lealtad de los súbditos ante la tragedia del destierro cuyo presupuesto provenía del pago obligatorio de 1 peso por cada fanega de cacao que entre a Puerto Rico proveniente de Venezuela. (4)

Para optar a esa pensión (que en algunos momentos también se le llamó “Socorros” o “Pensión de Gracia”) se elaboraba un expediente en el que se tenía que demostrar que el solicitante estaba en una verdadera crisis económica y por supuesto expresar su lealtad al rey.

El derecho a la pensión del “Ramo del Cacao” cesó por Real Orden el 3 de julio de 1835. Sin embargo, este beneficio se extendió hasta finales de la década de los años 60 y principios de los setenta del siglo XIX y realmente fue un problema bastante serio para la economía de Puerto Rico dada la gran cantidad de personas que emigraron de Venezuela en esos años. (4).

Un aspecto interesante de la documentación revisada es que el conflicto entre quienes decidieron seguir leales a la corona española y los que optaron por apoyar el proceso de independencia se extendió también al seno de muchas familias.

De esta situación podríamos mencionar el caso emblemático de doña María Antonia Bolívar, hermana del Libertador Simón Bolívar, quien salió de Venezuela en 1814 y estando en la Habana Cuba solicitó el beneficio de la pensión del “Fondo del Cacao” la cual le fue concedida por un valor de 1.000 pesos anuales. (4).

Y también tenemos el caso de Bárbara, Manuela y Soledad Rojas Queipo, quienes solicitaron ese beneficio y eran hermanas de Juan Antonio Rojas Queipo, rector del Real Seminario Tridentino de Caracas.. (5,6).

Conclusiones

Del material revisado podemos observar que el tema del cacao en Venezuela nos ofrece una gran cantidad de información que no sólo se limita a los aspectos económicos en cuanto a su producción durante la época de la hispanidad, sino que también nos ofrece todo un panorama que abarcan varios aspectos muy interesantes que nos llevan a pensar en que definitivamente este gran producto trascendió en la estructura de la sociedad europea y del nuevo mundo.

Bibliografía

1-León Pinelo, Antonio, Relator del Consejo Real de Indias “Questión Moral si la bebida del chocolate quebranta el ayuno eclesiástico”, 1636

2-Descubrimiento de árboles de cacao en Maracaibo, San Lorenzo, 1612-08-05. ES.41091.AGI/24//Santo Domingo, 869, LG, F.15212-152V.

3-Depons, F. (1930), Viaje a la parte oriental de tierra firme,   Tipografía   Americana,   Caracas,   Venezuela,   p. (8)

4-Cardozo Uzcátegui, Alejandro, “El ramo del cacao, exilio, pobreza y lealtad de los emigrantes venezolanos en Puerto Rico, 1813-1873, Revista de indias, LXXXI/282 (Madrid, 2021 473-501. http://doi.org/10.3989/revindias.2021.014

5-Cuder Domínguez, Pilar, “Exilios Femeninos”,  Universidad de Huelva, publicaciones, España, p.17-23.

6-Solicitud de pensión y honores por adhesión al trono, 1814-1819, ES.28079.AHN/16//Ultramar,2009,Exp.1. Archivo Histórico Nacional.

7-Solicitud de Juan Antonio Rojas Queipo, Canónigo de Caracas preso en la cárcel de la Chancillería de Valladolid por conspiración.1823-01-08, ES.47186.ARCHV//gobierno de la sala de crimen, Caja 40.1, Archivo de la Real Cancillería de Valladolid.