La oración científica: una guía práctica (II)

En la primera parte de este artículo titulado “La oración científica” (El Nacional, 2024), exploramos la oración científica como una herramienta poderosa para conectar con nuestra verdadera naturaleza espiritual y amorosa, superando el ego materialista que nos separa de nuestra naturaleza divina. En esta segunda parte, profundizaremos en la explicación e ilustración práctica de la oración científica, enfocándonos en los tres niveles de conciencia: intención y sincronización, y relacionándolos con algunos fundamentos de la teología mariana, o mariología, tales como la Reina, la Gracia de Dios, la importancia de la Gracia, la castidad y la pureza, así como la maternidad virginal.

Además, a medida que nos adentramos en esta práctica, descubriremos cómo la oración científica no solo facilita una conexión más profunda con lo divino, sino que también nos ofrece herramientas concretas para transformar nuestra vida cotidiana. La integración de estos conceptos con la espiritualidad mariana enriquecerá nuestra comprensión y nos permitirá experimentar el poder de la Gracia en nuestras vidas, guiándonos hacia un estado de plenitud y propósito. A través de ejercicios prácticos y testimonios inspiradores, este artículo busca motivar a cada lector a emprender su propio viaje hacia la supraconciencia y la realización personal.

Conciencia: la primera meta hacia la oración científica

La conciencia es el primer paso hacia la oración científica. Es el proceso de ser conscientes de nuestros pensamientos, emociones y creencias, y observarlos sin juzgarlos ni identificarnos con ellos. En este nivel, nos damos cuenta de nuestros patrones de pensamiento y emocionales que nos impiden conectar con nuestra verdadera naturaleza.

Ejercicio práctico

Toma un momento para reflexionar sobre tus pensamientos y emociones actuales. ¿Qué te preocupa o te hace sentir incómodo? ¿Cuáles son tus creencias y patrones de pensamiento que te impiden conectar con tu verdadera naturaleza?
Escribe tus pensamientos y emociones en un papel y observa cómo te sientes al leerlos. ¿Te sientes identificado con ellos o puedes verlos como patrones que te impiden avanzar?
Ahora, imagina que estás observando tus pensamientos y emociones desde afuera, como si fueran una película. ¿Cómo te sientes al verlos de esta manera?

Intención: conectar con nuestra verdadera naturaleza

La intención es el segundo nivel de la oración científica. Es el proceso de conectar con nuestra verdadera naturaleza y establecer una intención clara y específica para alcanzar lo que deseamos. En este nivel, nos conectamos con nuestra esencia espiritual y amorosa, y establecemos una intención que nos guíe hacia la realización de nuestros objetivos.

Ejercicio práctico

Toma un momento para reflexionar sobre lo que deseas lograr en tu vida. ¿Qué es lo que te gustaría alcanzar o mejorar?
Establece una intención clara y específica para alcanzar lo que deseas. Por ejemplo, «Mi intención es sentirme seguro y confiado al hablar en público».
Imagina que ya has alcanzado lo que deseas. ¿Cómo te sientes? ¿Qué emociones y pensamientos experimentas?

Sincronización: alinear nuestros pensamientos, emociones y acciones con nuestra intención

La sincronización es el tercer nivel de la oración científica. Es el proceso de alinear nuestros pensamientos, emociones y acciones con nuestra intención, para crear una resonancia que atraiga lo que deseamos lograr. En este nivel, nos aseguramos de que nuestros pensamientos, emociones y acciones estén en sintonía con nuestra intención, y nos permitimos recibir lo que deseamos.

Ejercicio práctico

Toma un momento para reflexionar sobre tus pensamientos, emociones y acciones actuales. ¿Están en sintonía con tu intención?
Identifica cualquier pensamiento, emoción o acción que no esté en sintonía con tu intención. ¿Cómo puedes cambiarlos para que estén en línea con tu intención?
Imagina que tus pensamientos, emociones y acciones están en perfecta sintonía con tu intención. ¿Cómo te sientes? ¿Qué emociones y pensamientos experimentas?

La Gracia de Dios

La Gracia de Dios es la vida de Dios en nuestra alma. Es el mayor tesoro que debemos cuidar. La gracia es indispensable para conquistar la virtud de la castidad y aprender a amar adecuadamente. En la oración científica, la gracia de Dios nos guía y nos permite conectar con nuestra verdadera naturaleza.

Ejercicio práctico

Toma un momento para reflexionar sobre la gracia de Dios en tu vida. ¿Cómo has experimentado la gracia de Dios en tu vida?
Establece una intención para cuidar y cultivar la gracia de Dios en tu vida. ¿Cómo puedes hacerlo?
Imagina que estás lleno de la gracia de Dios. ¿Cómo te sientes? ¿Qué emociones y pensamientos experimentas?

La maternidad virginal y la consagración

María es la madre de Dios y la madre de la Iglesia, que es el cuerpo místico de Cristo. La consagración a la Inmaculada Concepción es una forma de conectar con la gracia de Dios y la maternidad virginal de María.

Ejercicio práctico:

Toma un instante para reflexionar sobre la maternidad virginal de María. ¿Cómo te sientes al pensar en la virginidad de María?
Establece una intención para consagrar tu corazón a la Inmaculada Concepción. ¿Cómo puedes hacerlo?
Imagina que estás consagrado a la Inmaculada Concepción. ¿Cómo te sientes? ¿Qué emociones y pensamientos experimentas?

Fundamentos marianos de la oración científica

Los siguientes fundamentos nos invitan a profundizar en la espiritualidad mariana y su influencia en nuestra vida de oración.

Inmaculada Concepción: La creencia de que la Virgen María fue concebida sin pecado original, lo que la hace inmaculada y llena de gracia desde su concepción.
Gracia: La vida de Dios en el alma, que se recibe a través del bautismo y se puede perder por el pecado mortal, pero se puede recuperar a través del Sacramento de la Reconciliación.
Virginidad: La condición de María como virgen antes del parto, en el parto y después del parto, lo que la hace madre de Dios y modelo de castidad.
Castidad: La virtud de la pureza y la limpieza interior, que es indispensable para amar adecuadamente y que se puede lograr con la ayuda de la Gracia.
Maternidad divina: La creencia de que María es madre de Dios, lo que la hace madre de la persona divina de Cristo.
Consagración: La acción de entregarnos a la protección y guía de la Virgen María, lo que se puede hacer a través de la consagración al Corazón Inmaculado de María.
Reino de Dios: La creencia de que Jesús es rey y María es reina, lo que la hace madre del cuerpo místico de la Iglesia.
Salvación preventiva: La creencia de que María fue salvada del pecado original de manera preventiva, lo que la hace inmaculada y llena de gracia.
Voto de virginidad: La creencia de que María hizo un voto de virginidad, lo que la hace modelo de castidad y pureza.
Intercesión: La creencia de que María puede interceder ante su hijo Jesús en favor de los creyentes, lo que la hace modelo de oración y devoción.

Testimonio de Sofía: de la oscuridad del ego materialista a la luz de la supraconciencia

Sofía siempre había sido una persona apegada al ego materialista. Su vida giraba en torno a la acumulación de bienes materiales y el reconocimiento social. Era una ejecutiva exitosa en una gran empresa, con un salario alto y un estilo de vida lujoso. Sin embargo, su vida comenzó a derrumbarse cuando la empresa que trabajaba quebró y perdió su trabajo.

La crisis económica la afectó duramente, y su desempeño microeconómico se vio mermado. Su calidad de vida material comenzó a declinar, y se sintió perdida y sin rumbo. Su ego materialista la hacía creer que debía competir con los demás para sobrevivir y ser feliz, pero esto solo la llevó a sentirse más aislada y desconectada de los demás.

Un día, Sofía se dio cuenta de que algo estaba mal. Se sintió vacía y sin propósito, a pesar de tener todos los bienes materiales que siempre había deseado. Comenzó a cuestionar su forma de vivir y se dio cuenta de que debía cambiar. Decidió buscar una forma de salir de la oscuridad del ego materialista y conectar con su verdadera naturaleza espiritual y amorosa.

Sofía comenzó a leer sobre la supraconciencia y descubrió que debía seguir tres pasos para alcanzarla: conciencia, intención y sincronización. Comenzó a ser consciente de sus pensamientos y emociones, y se dio cuenta de que muchos de ellos eran negativos y limitantes. Identificó patrones de pensamiento que la mantenían atrapada en la oscuridad del ego materialista y comenzó a cambiarlos por patrones positivos.

Luego, estableció una intención clara y específica: quería encontrar una nueva forma de vivir que fuera más plena y significativa. Visualizó una vida en la que se sentía conectada con los demás y con el universo, y comenzó a atraer lo que quería lograr.

Finalmente, sincronizó sus pensamientos, emociones y acciones con su intención. Comenzó a alinear sus pensamientos, emociones y acciones con su verdadera naturaleza espiritual y amorosa, y se sintió más conectada con el universo.

Sofía también comenzó a dejar ir el ego materialista y a encontrar una nueva forma de competir. Dejó de creer que debía competir con los demás para sobrevivir y ser feliz, y comenzó a competir con ella misma para mejorar y crecer como persona.

Conectó con la naturaleza y accedió a una fuente de energía y sabiduría ilimitada. Comenzó a sentir gratitud por lo que tenía y atraer más abundancia y felicidad en su vida. Tuvo fe y confianza en el universo y en sí misma, y comenzó a manifestar sus deseos.

Finalmente, Sofía alcanzó la supraconciencia y vivió una vida más plena y significativa. Se sintió conectada con los demás y con el universo, y encontró un propósito y un sentido en su vida. Dejó atrás la oscuridad del ego materialista y encontró la luz de la supraconciencia.

Conclusión

En conclusión, la oración científica emerge como una poderosa vía para la transformación personal, permitiéndonos superar las limitaciones del ego materialista y reconectar con nuestra verdadera naturaleza espiritual. Al aplicar los niveles de conciencia, intención y sincronización, no solo transformamos nuestra vida, sino que también nos alineamos con la Gracia de Dios y la espiritualidad mariana, que nos ofrecen un camino hacia la virtud y el amor auténtico.

El testimonio de Sofía resalta la efectividad de esta práctica, mostrando que el cambio es posible y que la supraconciencia es un estado alcanzable. Al llevar a cabo estos pasos, podemos experimentar una conexión más profunda con nosotros mismos y con el universo, lo que nos permite vivir de manera más plena y significativa. Este viaje hacia la luz de la supraconciencia es, en última instancia, un llamado a todos nosotros para que busquemos y cultivemos nuestra espiritualidad en un mundo que a menudo nos distrae de nuestro verdadero propósito.

“¡Al final el Inmaculado Corazón de la Virgen María triunfará!”