OPINIÓN

La Operación Veleta

por Antonio Guevara Antonio Guevara

Toque de atención

Cuando hay crisis política en Venezuela se ponen a circular en la opinión pública tres expresiones relacionadas con el sector militar que se alientan sin ningún soporte desde analistas, periodistas, e influencers y los seguidores. Esas son “hay ruido de sables en los cuarteles”, “se siente malestar en las Fuerzas Armadas” y “hay una grave división entre los militares”.

En la institución militar se están haciendo permanentemente apreciaciones de la situación. Diariamente al presidente de la república se le entrega desde los militares unas conclusiones al día, sobre la situación política, económica, social y militar en resumen de las conclusiones de todos los organismos de seguridad del Estado. Si algo funciona perfecto en el régimen es su pulida, aceitada y eficiente maquinaria de inteligencia y contrainteligencia. Salvo complicidad o incompetencia como el 4F, eso funciona así. No hay sorpresas.

Toque de señal de unidad

El ruido de sables es asociado siempre a conspiración, a golpe, y a conjura y se puede calcular las decenas de eventos de este tipo que han sido denunciadas –reales y falsas– que demeritan a cualquiera que diga que los sables tienen un griterío en los patios de formación. Es falso. Después está el famoso malestar de la FAN. Siempre lo ha habido y ahora más. Los beneficios socioeconómicos son nulos, el hospital militar no funciona como antes, el Ipsfa funciona a media máquina, las medicinas escasean y los sueldos son pichirres. En época de ascensos ni hablar. De manera que en eso de las dolencias corporativas sí hay una coincidencia parcial como si se le metiera el estetoscopio al cuerpo militar enfermo, pero no de muerte. Y por último, el tema de la división en los cuarteles. Esa siempre la ha habido y debe ser así para siempre. Es necesaria. Hay división entre el grupo de generales y almirantes, y los oficiales superiores y subalternos. La hay también entre quienes son operativos que comandan las unidades y representan un porcentaje de 20% de los profesionales, y los administrativos o burócratas que cumplen su trabajo en las dependencias donde no tienen alcance con unidades ni con armas. Son el restante 80%. Aquellos son el músculo organizacional y ayudan en el movimiento de las articulaciones del poder militar contrayéndose y relajándose en sus concentraciones, sus despliegues y sus maniobras. Han pasado la prueba de la lealtad revolucionaria y le proporcionan al régimen energía cinética. En cambio estos otros son la grasa corporativa que le agrega energía potencial al cuerpo rojo rojito y permite mantener saludable el metabolismo del estatus militar. Entre aquellos y estos hay una brecha. Después están quienes son fieles a la revolución y al chavismo, y al frente están los que aún creen en el juramento a la bandera y el cumplimiento de sus deberes establecidos en el artículo 328 de la Constitución Nacional. Estos son minoría, pero allí hay otra división. Los troperos y los técnicos fueron otra línea divisoria muy significativa a partir del 18 de octubre de 1945. Luego están las fronteras institucionales trazadas por las visiones estratégicas de los componentes. Entre el Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional existen delimitaciones claras que marcan un comportamiento diferenciador. La última segmentación en revolución está entre los uniformados que están enchufados y quienes no. De manera que quienes manifiestan que hay una división en los cuarteles probablemente lo hacen sin el soporte argumental, pero es cierto, siempre ha habido una división.

Toque de asalto

Lo que no existe es una crisis. Esta se presenta en coyunturas como la del 4F, como el 11A y probablemente el 28J. Esas encrucijadas donde se le exige una respuesta a la institución militar y sus integrantes pasan a enfrentarse a un dilema con el verdadero juez: la conciencia. En esas etapas de cambiar el menudo por la morocota las aguas del mar Rojo de los cuarteles se abren y de un lado quedan quienes se mantienen apoyando al régimen, los indecisos que empiezan a cruzar cómodamente por el centro abierto de las aguas encrespadas, y quienes decididamente le quitan el respaldo definitivo. El detonador de la crisis del 28J será la denuncia del fraude, que puede surgir de ambos lados. Las crisis político militares son las que empujan a los enfrentamientos internos de los cuarteles. El Barcelonazo, el Carupanazo y el Porteñazo son ejemplos. Cruentos o no. Veamos los contextos de las crisis recientes.

Toque de llamada de oficiales

El 4F, a las 2:30 am, la mayoría de las Fuerzas Armadas Nacionales era respetuosa de su juramento y del cumplimiento de la Constitución Nacional. Inmediatamente después de que el presidente Pérez habló en Venevisión se activaron tres toletes entre los profesionales militares: quienes estaban a favor del golpe, quienes se mantenían en un limbo y quienes lo condenaron desde un primer momento. En ese ínterin el general Santeliz triangulaba y dragoneaba por el poder con el plan 3M (Miraflores – Ministerio – Museo). A las 11:30 am, cuando Chávez habló desde el 5to piso del Ministerio de la Defensa y expresó su famoso “Por ahora”, los toletes se redujeron a dos: quienes apoyaron a Chávez y el movimiento golpista, y quienes lo condenaron, y se ubicaron definitivamente contra el golpe. Este último grupo fue minoritario y se fue reduciendo en el tiempo hasta 1998 cuando se anotaron a ganador. Si el golpe hubiera sido exitoso el 4F, ¿diga usted quiénes son los generales y almirantes que hubieran dicho presente en el salón Ayacucho para juramentarse?

-¡Mi general! Sí, usted mismo que me lee. ¿En qué grupo estaba usted en ese momento cuando Chávez se rindió? ¿Al lado de la carta magna o en el grupo de los que se desilusionaron con la derrota golpista? Por su actitud creo que usted estaba esperando para ver hacia dónde soplaba el viento para aplicar la Operación Veleta.

Eso mismo ocurrió el 11A. A las 3:00 de la tarde todo el Alto Mando Militar era chavista de patria, socialismo o muerte. Después de los muertos de esa tarde, y luego de los pronunciamientos de los 14 generales y almirantes y el de los componentes militares, el viento empezó a soplar distinto. Hasta que se anunció la renuncia de Chávez y a partir de allí fue otro panorama. Se activaron los tres toletes históricos. Los que estaban a favor de materializar en poder la renuncia, los que estaban en contra y los eternos indecisos. El grupo mayoritario en esta ocasión lo fue este, que después del regreso de Chávez con el crucifijo el 13, desapareció por razones obvias y se agregó a la revolución por aquello del cambio en la dirección del viento. Allí estaba incluido todo el Alto Mando Militar.

-¡Mi almirante! Usted sabe que la siguiente pregunta viene para usted. ¡No se haga el loco! ¿Cuál fue su grupo esos días del 11A? ¿Se fue a buscar a Chávez a La Orchila? ¿Se lamentó de que todo se cayera tan rápidamente? ¿O estaba cazando güire?

Toque de ataque

Los escenarios potenciales frente a las elecciones del 28J son amplios en el abanico que puede abrir el régimen. En orden de las fases del Plan República y de actuación de la FAN son: la suspensión de las elecciones por un evento sobrevenido; por ejemplo, el tema de Guyana que ya lo hemos explicado; la inhabilitación judicial de la candidatura de Edmundo Gonzalez Urrutia y el fraude la noche del 28J. En términos de posibilidades como si se hiciera dentro de una apreciación de inteligencia, lo del Esequibo es remoto en implementación, la inhabilitación de González Urrutia es probable en cercanía y el fraude es el que tiene más inminencia. De hecho va en curso.

¿Qué puede ocurrir el 28J? Desde esta tribuna decretamos desde ya que hay un fraude que se inició el día del referéndum consultivo el 3 de diciembre de 2023 sobre el territorio del Esequibo que le acreditó al régimen 10 millones de votantes, y continuó entre el 16 de marzo de 2024 e hizo un alto el 18 de abril con el tema del registro de los nuevos votantes y los cambios de residencia que dejó por fuera 2,5 millones de electores que están formando parte de los casi 8 millones de venezolanos de la diáspora. Ese fraude se anunciará la madrugada del 29 de julio de 2024. Eso lo sabe el Estado Mayor Superior de la FAN encabezado por el ministro Padrino. Si la oposición reclama y presiona en la calle en legítima defensa del voto con 100% de las actas totalizadas de las 28.180 mesas electorales en la mano y con los resultados exactos difundidos desde su sala de totalización en Guinea Ecuatorial ¿Qué va a hacer la FAN?

-¡General, almirante! Usted que vivió de cerca el 4F y el 11A, ¿defiende la Constitución? ¿Defiende la revolución? O se monta en la veleta como el gallo que apunta hacia el norte y asume el rol de las hojas que se caen del árbol mientras sopla el viento.Ya ustedes saben lo que ocurre con las hojas del árbol caídas, del poema de José de Espronceda… pues hojas del árbol caídas, juguetes del viento son.

Toque de atención