OPINIÓN

La OEA en peligro

por William Santana William Santana
OEA CPI
La Organización de los Estados Americanos (OEA) celebrará el 10 de marzo de 2025 una sesión extraordinaria de su Asamblea General para elegir al nuevo secretario general del organismo en sustitución de Luis Almagro quien concluirá su mandato. Los Estados miembros interesados deberán postular a sus candidatos a secretario general el 3 de febrero y esos aspirantes deberán detallar sus propuestas durante una sesión del Consejo Permanente que se celebrará el 10 de febrero.
Por ahora, Surinam y Paraguay han expresado su intención de postular para secretario general a sus ministros de Exteriores, Albert Ramdin y Rubén Ramírez Lezcano, respectivamente.
A continuación, les presento una breve reseña de ambos candidatos:
Albert Ramchand Ramdin (Distrito de Surinam, el 27 de febrero de 1958) es un diplomático surinamés que se desempeña como Ministro de Relaciones Exteriores en el gabinete Santokhi desde el 16 de julio de 2020. Es miembro del Partido de la Reforma Progresista (VHP). Fue diplomático hasta 2015 y fue, entre otras funciones, Subsecretario General de la Organización de los Estados Americanos. Su militancia política en el VHP, que ocupa una posición política en el centro, aboga por una combinación de políticas socialdemócratas y socio-liberales bajo la filosofía de la tercera vía. Caricom le ha endosado su apoyo. Igualmente, China le ha manifestado su respaldo, que intentaría utilizarlo para controlar un organismo clave de la región. Expertos sostienen que, a través de la OEA, el régimen chino podrá ampliar su poder y acompañar las iniciativas comerciales de las compañías chinas, consolidando su presencia e incidencia en la economía del continente. Y, lo más grave aún, logrará instalarse en un área de influencia de los Estados Unidos y controlar un organismo clave.
Por su parte, Rubén Darío Ramírez Lezcano (Asunción, 11 de enero de 1966) es un economista y diplomático paraguayo. Actualmente es el ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Santiago Peña, cargo que ya había ejercido de 2006 a 2008 bajo la presidencia de Nicanor Duarte. Su trayectoria incluye la ocupación de diversos cargos diplomáticos, así como la representación de la Corporación Andina de Fomento (CAF) en Argentina y Panamá, donde desempeñó un papel crucial en la promoción de proyectos de infraestructura, energía, comunicaciones, educación y desarrollo social. ​ Sus logros incluyen la estructuración del financiamiento para la ampliación del canal de Panamá.
Aún hay tiempo para presentar otros candidatos. Los Estados miembros interesados deberán postular a sus candidatos a secretario general el 3 de febrero y esos aspirantes deberán detallar sus propuestas durante una sesión del Consejo Permanente que se celebrará el 10 de febrero.
En este contexto debemos considerar el peligro que representa la candidatura de Surinam para el sistema interamericano y sus valores fundamentales. Como país caribeño es parte de una cultura diferente a la continental y por consiguiente al representar a esos pequeños estados, que, a pesar de ser contribuyentes prácticamente insignificantes en el organismo, bloquean u obstaculizan decisiones jurídicas y políticas en detrimento de los objetivos fundamentales de la OEA que son la protección y promoción de la democracia en la región.
Hay quienes van más allá de las críticas en relación a la actitud poco constructiva del Caribe en el organismo. Cito un reciente escrito de la Embajadora María del Valle Vásquez sobre el tema: “Esos países no necesitan estar en la OEA. Tienen sus propios mecanismos de defensa e integración política y económica. ¿Qué hacen en la OEA que es un organismo genuinamente americanista, unidos por los 21 países que pertenecen desde las épocas de las independencias contra los invasores europeos? Y más siendo la OEA fundada el 30 de abril de 1948 en Bogotá bajo los principios panamericanos y libertarios de Simón Bolívar”.
Dentro del ya manido cambio de paradigma en las relaciones internacionales, en la tradicional gobernanza global y regional que se aproxima a un siglo de existencia, no luce la OEA como candidata a la sobrevivencia a largo plazo de ganar el señor Ramdin. Probablemente habrá coexistencia de mecanismos paralelos, como sucede hoy. Sin embargo, hasta que no haya sustitutos mejores a los avances que ha alcanzado el mundo en dos asuntos fundamentales que son la democracia y los derechos humanos, no deberíamos como humanidad optar por aquellos que producen miseria, sufrimiento y degradación. Mientras haya esta esperanza organismos como la OEA deben ser referente fundamental. Está entonces en manos de sociedad civil y partidos políticos darle su apoyo, además de los Estados comprometidos con la democracia.
Finalmente, un reconocimiento inmenso a la labor de Almagro al frente del organismo. Su compromiso inquebrantable con los valores de la democracia y los derechos humanos le ha ganado un sitial en la historia continental de este siglo.