La nacionalización petrolera, que se hace efectiva el 1° de enero de 1976 mediante el traspaso a la nación de los activos de las empresas transnacionales, es la culminación de una política, por parte de Acción Democrática, que se inició con el Plan de Barranquilla, en cuyo programa mínimo de acción política y social se plantea la “revisión de los contratos y concesiones celebrados por la nación con el capitalismo nacional y extranjero”. Es largo el recorrido desde la entrega de la principal riqueza nacional a las compañías transnacionales hasta su rescate por el histórico y trascendental acto que se celebró hace casi medio siglo. Carlos Andrés Pérez ocupaba la silla presidencial de Miraflores.
En su libro El Pentágono Petrolero, Juan Pablo Pérez Alfonzo se refiere a los hechos relacionados con “el recurso natural más importante del país”, de los cuales uno, el constituido por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), extiende sus líneas fuera del ámbito de la jurisdicción nacional. Los otros cuatro ángulos del “Pentágono de la Acción” quedan bajo la soberanía de Venezuela, y los enumera así: 1-Participación razonable; 2-Comisión Coordinadora de la Conservación y el Comercio de los Hidrocarburos; 3-Corporación Venezolana del Petróleo; y 4-No más concesiones. Analicémoslos.
Participación razonable. Dice Pérez Alfonzo que “para Venezuela obtener una participación razonable de su petróleo, codiciado por poderosos y hábiles intereses extranjeros, ha sido todo un proceso de lucha”, para el momento de la publicación de su libro, “aún no terminado”. En el primer gobierno democrático ―18 de octubre de 1945 al 24 de noviembre de 1948― se comenzó a definir una participación razonable y formular sus principios básicos. Recuerda Pérez Alfonzo que la Junta Revolucionaria de Gobierno, que presidía Rómulo Betancourt, dictó el Decreto N° 112 del 31 de diciembre de 1945 que elevaba la participación de la nación hasta un nivel por lo menos igual a la utilidad neta de las empresas, fue el denominado fifty-fifty o participación de 50-50, que no sería estático o permanente, sino que debía revisarse periódicamente. El 12 de noviembre de 1948, pocos días antes de la caída del presidente Gallegos, el Congreso Nacional sanciona la nueva Ley del Impuesto sobre la Renta, con la cual se consolida el principio del llamado “50-50”.
En 1949, al ser derrocado el año anterior el gobierno constitucional de Rómulo Gallegos, el país quedó de nuevo indefenso bajo la dictadura usurpadora. Pero “en los siete años de democracia transcurridos desde 1958 hasta 1964 ―señala Pérez Alfonzo― nuevamente el Estado volvió a asumir la responsabilidad de cuidar de los intereses colectivos de la riqueza petrolera de los venezolanos”. El 19 de diciembre de 1958, el presidente provisional Edgar Sanabria dicta el Decreto N° 476 mediante el cual aumenta la proporción de la participación del Estado en las utilidades de la industria petrolera al menos a 66%. Bajo el gobierno del presidente Leoni, a propósito de una proposición en la Cámara del diputado Arturo Hernández Grisanti, que luego fue aprobada también en el Senado, se sancionó una modificación de la Ley de Impuesto sobre la Renta, en cuyo artículo 41 se estableció: “…El Ejecutivo Nacional fijará por períodos sucesivos cada uno, los valores de los artículos o mercancías exportadas en el puerto venezolano de embarque. Cuando el monto resultante de la aplicación de los valores fijados por el Ejecutivo Nacional exceda los ingresos por ventas de exportación declarados por el contribuyente, se efectuará un pago complementario de impuesto sobre la diferencia”. Esa Ley de Reforma Parcial del Impuesto sobre la Renta fue publicada en la Gaceta Oficial del 18 de diciembre de 1970, N° 1448 extraordinario.
Comisión Coordinadora de la Conservación y el Comercio de los Hidrocarburos. Es el segundo de loa ángulos del Pentágono de Acción de la política petrolera, que Pérez Alfonzo, quien la define como “el instrumento de defensa de los precios para evitar el despilfarro económico del petróleo, que se agota sin posibilidad de renovarse… Fue Estados Unidos, el mayor productor de petróleo del mundo, el primero en apreciar la necesidad de crear estas agencias de coordinación de los potenciales disponibles de producción, para ajustarlos a los rígidos límites de la demanda y evitar el inútil despilfarro económico de tan valiosos recursos naturales no renovables”.
Corporación Venezolana de Petróleo (CVP). Se creó el 19 de abril de 1960 y al siguiente año ya estaba funcionando. Pérez Alfonzo señala que “su primer pozo fue localizado en pleno corazón del lago y el 3 de julio de ese año lo completó con una prueba de producción de 3.800 barriles”, en tanto que Rómulo Betancourt en su último Mensaje de Presidente Constitucional al Congreso Nacional ―9 de abril de 1964― apuntó que “la actividad que continuará desarrollando la CVP, a través de su gestión directa y de los contratos de operaciones y de servicios, permitirá que su potencial actual se incremente gracias a las asignaciones hechas por el Estado de cerca de 300.000 hectáreas de reservas nacionales”.
No más concesiones. En su libro citado, Pérez Alfonzo asienta que “el principio de no más concesiones, al igual que el de la participación razonable, se formuló desde 1946”, y en 1947 en la Memoria del Ministerio de Fomento (que entonces tenía a su cargo la cuestión petrolera) al Congreso Nacional, el titular de esa cartera ―el propio Pérez Alfonzo― afirmaba que “la época de las concesiones para la explotación de petróleo, como se habían venido otorgando, ha pasado en Venezuela”. Rómulo Betancourt precisa en Venezuela, política y petróleo que en el Congreso Nacional la política de no más concesiones fue votada y aprobada por una abrumadora mayoría parlamentaria, afirmando así una tesis de sólidos fundamentos socioeconómicos: “Venezuela está definitivamente resuelta a ser ella misma, a través de sus órganos estatales, la que determine la forma más beneficiosa para el pueblo de explotar sus reservas petrolíferas, pero en ningún caso debe hacerlo ya más mediante el sistema colonial de otorgarlas en concesiones a inversionistas particulares”.
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El 14 de septiembre de 1960 se creó la OPEP. Antes de 1950, las grandes compañías norteamericanas que explotaban el petróleo del Medio Oriente no pagaban ningún impuesto sobre sus ganancias (solo pagaban, a cada país, 4 chelines por tonelada de petróleo extraído) y, gracias a ese privilegio, inundaban con su producción la costa atlántica de Estados Unidos y competían a más bajo precio con el petróleo venezolano, que sí estaba sujeto a tributos fiscales. A partir de 1950, siguiendo el ejemplo venezolano, los países del Medio Oriente comenzaron a decretar impuestos sobre las utilidades petroleras. En el mes de agosto de 1960 hubo una drástica reducción de los precios, anunciada unilateralmente por las compañías petroleras. Ante esa stuación, el 10 de septiembre de ese año, se reúnen en Bagdad, los representantes de Venezuela, Irak, Irán, Arabia Saudita y Kuwait para establecer una política común sobre producción y precios. Cuatro días después, nacía la OPEP para defender los precios manejando la producción. Años después, el 25 de septiembre de 2000, Teodoro Petkoff escribiría que “fue por la visión y energía de Rómulo Betancourt y Pérez Alfonzo, en un segundo gobierno adeco, que fue creada la OPEP”.
Este 1° de enero de 2023 se cumplieron 47 años de aquel 1° de enero de 1976, cuando Venezuela, siendo Carlos Andrés Pérez el presidente de la República, asumió la histórica decisión de la nacionalización petrolera.