Alejandro Hernández ha escrito en La Gran Aldea y las redes un conjunto de notas sobre el proceso de inscripción de las candidaturas la noche del 25 de marzo y antes, donde argumenta que hubo una conspiración para llevar a cabo la postulación de Manuel Rosales y me menciona como parte de la misma.
Eso es falso.
Desde el día uno no estuve de acuerdo con varios de los planteamientos que hizo María Corina Machado y debatí cordialmente pero con intensidad sobre el tema con uno de mis mejores amigos, Gustavo García, en transmisión por redes sociales.
Pero cuando ella ganó las primarias el 22 de octubre, ese día pasé la página y me incorporé activamente a su campaña. Es más, ese 22 de octubre en las mesas de votación, el partido que más miembros aportó y por largo fue Primero Justicia y cuando iniciaron las giras por el país, el acompañamiento a la candidata fue visible y notorio.
Alejandro, no sé cómo, ha obtenido información interna de las discusiones de la Dirección Nacional de PJ. Pero quién o quiénes se la han suministrado lo hicieron de manera parcial y maliciosa.
Primero Justicia desde inicios de 2023 asumió una política, la participación en las elecciones presidenciales de 2024 y en eso ha sido coherente y lo seguirá siendo.
Como estamos en dictadura, me imaginé que María Corina Machado no sería candidata, por el miedo que el régimen le tiene.
Así las cosas, en la medida que se acercaba el 21 de marzo, día para comenzar las inscripciones de los candidatos, se supo que había un bloqueo de los códigos para acceder al sistema de postulaciones, dado que el gobierno había eliminado varias tarjetas y quedaban vivas las de UNT, FV y la MUD, esta última con un recurso en su contra ante el TSJ.
Al postular a la doctora Corina Yoris con acuerdo unánime, el 22 de marzo, a los minutos el régimen envió este mensaje: esa no pasa y los códigos seguían bloqueados. Viendo ese cuadro, le escribí a Gerardo Blyde instándolo a que se postulara y me dijo que no lo haría e igual hice con Omar Barboza, quien me enfatizó que su trabajo era unir y que no tenía aspiraciones presidenciales. Le volví a insistir el 25 presintiendo lo peor, quedarnos sin candidatos y rumbo a la abstención.
En la mañana de ese 25 de marzo muy temprano se reunió la Dirección Nacional de PJ y su presidenta fue a la reunión definitiva con la tesis unánime de mantenernos en la línea electoral con un candidato unitario con el apoyo de María Corina Machado y así se hizo.
De esta manera, surge el nombre de Omar Barboza como a las 8:00 pm y el reloj no paraba de avanzar hacia las 12:00, previo al rechazo del régimen a otros nombres que se fueron explorando.
La información que tengo, aunque puedo admitir prueba en contrario, es que Barboza fue vetado por el gobierno, porque para aceptar ser candidato, pienso yo, lo ha debido consultar previamente con Rosales, como se hace en las organizaciones partidistas.
Por su parte, FV, cuya tarjeta estaba viva pero con el código de postulación cerrado, hacía esfuerzos para no perder esa tarjeta.
De boca de uno de los altos funcionarios presente en la carpa en el CNE a las 11:30 pm del 25 de marzo, Rosales no se había inscrito y FV postuló a Rosales a las 11:57 pm y tengo la prueba de ello.
Este partido pensaba postular una tapa para no perder la tarjeta ante la indefinición existente.
Una de las mentiras de Alejandro, “el alto mando de Primero Justicia (PJ), a través de Tomás Guanipa, también hacían lo suyo y operaron durante meses a lo interno de su partido y de la PU, para que la balanza se inclinara hacia el gobernador del Zulia cuando llegara el momento decisivo al final del lapso de postulaciones“. Esto es una contradictio in terminis porque muchos afirmaban que Tomas Guanipa había vetado a Rosales en PJ, aunque en ese partido no existe el veto sino discusión y deliberación. Esto de que “las principales cabezas de PJ a se decantaban por el plan de Rosales“, es absolutamente falso.
Lo que todos en PJ queremos es un candidato unitario. Más falso todavía que “El plan era lograr que PJ empujara a la PU a adherirse a la candidatura del gobernador del Zulia, es decir, amarrar las dos tarjetas a Rosales; situación que habría quebrado la unidad abiertamente».
Sabíamos que no había los votos para ello en la PU y ese paso no se podía dar y se corría el grave riesgo de que se anulara la tarjeta, en cuyo caso todos quedaríamos sujetos a Rosales.
Lo que Alejandro no dice es que cerca de las 3:00 de la madrugada del 26 se plantea cómo salvar la tarjeta de la MUD y para ello se hicieron todas las diligencias para contar con la tarjeta que más votos puede atraer, dada la política del régimen.
Y en ese esfuerzo participaron varios de quienes Alejandro acusa de estar en la conspiración de Rosales.
Toda la campaña de desprestigio y acusaciones que se ha desatado pareciera obedecer a un plan, tal vez inconscientemente, para servirle la mesa a Maduro por seis años más, al promoverse tácitamente la abstención con las tesis de la ilegitimidad de las elecciones. Maduro tiene amigos visibles y amigos invisibles.
María Corina Machado, quien es la líder de este proceso, ha dicho algo fundamental: Hay que mantenerse en la ruta electoral.
La jugada del régimen es harto conocida, amenazar, reprimir, dividir y promover la abstención.
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