Como usted sabe, soy fanática de Camilo Egaña en CNN en Español. Hace unas semanas vi un programa sobre la relación entre las enfermedades psicosomáticas. O lo que es lo mismo, cómo influye la mente en el cuerpo.
Esto nos ayudaría a entenderlo: oír es la habilidad de oír, pero escuchar es oír con atención. Ver es la habilidad de poder ver algo, pero mirar es ver con atención. En el plano psicológico, lo que vemos y oímos es real, pero lo que escuchamos y miramos tiene un componente de interpretación, según vemos la realidad. Tiene un filtro personal, se ve afectado por la cosmovisión de cada ser humano, y esto distorsiona la realidad.
Ya lo dicen los psicoanalistas: cada percepción es una proyección. Lo que percibimos no es real, todos les ponemos algo de nosotros. De ahí que al darle un matiz diferente, de acuerdo con nuestras creencias, valores, conocimientos, estamos proyectándonos, diciendo algo de lo que somos y de cómo pensamos y sentimos.
Esto se complica más si le agregamos el estrés, el miedo, la ansiedad, la depresión, etcétera. Sobre todo, el miedo nos afecta mucho, porque los seres humanos no podemos vivir atrapados ahí. Se origina lo que llamamos psicosomatización, que es lo que sucede al cuerpo como resultado de algo psicológico, mental o emocional.
Existen enemigos invisibles que nos matan. Se rompió ya el paradigma cartesiano, que decía que los procesos mentales no estaban conectados a los físicos. Hoy sabemos que eso es un error. La mente manda, y afecta el cuerpo.
Por ejemplo, si tenemos depresión, preocupación o ansiedad, se produce una inflamación en el cerebro. El ejercicio físico (¿es físico o no?) reduce esa inflamación, lo cual nos ayuda.
Por eso es fundamental estar atentos a la mente, pensamientos, miedos y emociones. De lo contrario, usted está «durmiendo con el enemigo». De ahí la importancia de modular la mente, para vencer la posibilidad de «crearnos» enfermedades tan serias como la ansiedad y la depresión, entre muchas otras. Y ojo, dije modular, no controlar ni anular, ya que la mente bien utilizada previene enfermedades y ayuda a lograr lo que ansiamos. Por ejemplo, bajo hipnosis, autohipnosis, meditación y visualizaciones.
Los seres humanos tenemos una dimensión física. Los antidepresivos, por ejemplo, ayudan, pero olvidamos la dimensión mental. Y ahí la terapia psicológica es fundamental, si no queremos vivir el resto de nuestra vida medicados. Hay que ir a los «por qué» de la depresión.
Trabajar otras dimensiones del ser humano, entre ellas la espiritual, debe tenerse en cuenta. Meditar, yoga, dieta equilibrada, tiempo de ocio, descansar, reconocer nuestras emociones y enfrentarlas, disfrutar y tener relaciones significativas, donde apoyarnos emocionalmente hablando. Nada vivo, vive solo.
www.NancyAlvarez.com
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