Los venezolanos vivimos, especialmente desde 1998 para los que amamos la democracia y desde 2013 para los que no estamos “enchufados”, en un estado de profundo estrés. Estamos al borde de la locura en la lucha permanente por sobrevivir. De allí la necesidad de un medio barato para relajarnos, para lograr distraernos por un rato en una “burbuja” de relativa paz. En este sentido, las series de TV pueden resultar muy gratificantes y más si logran hacernos reír. Es por ello que he comenzado a ver, pero ahora de manera ordenada desde la primera hasta la última, la que considero la mejor serie de comedia de todos los tiempos: The Big Bang Theory (Chuck Lorre y Bill Prady, 2007-2019). En este momento vamos por la segunda temporada e iremos poco a poco comentando cada una de ellas, aunque queremos con esta primera crítica especificar la esencia de la misma y las razones por las cuales la considero la mejor.
La serie la descubrí podríamos decir que tarde. Creo que le puse realmente atención entre los años 2011 y 2012. Sus diálogos son muy inteligentes, hay una gran verosimilitud en cada uno de ellos al estar apegados a los postulados de la ciencia, y esto la hace sumamente ilustrativa. No es solo mostrar a unos nerds y geeks que luchan contra su timidez para lograr conquistar chicas en medio de sus típicas pasiones: mentalidad científica, fascinación por las historias de fantasía y ciencia ficción, y la tecnología en general (primer argumento de la trama); sino también el desarrollo de la amistad con todo lo que implica el compartir, la aceptación de las diferencias y el apoyo en las debilidades y necesidades del otro. Es por este elemento tan humano que la serie se ha convertido en un verdadero clásico, por lo que ahora me propuse verlas de manera ordenada descubriendo para gran disfrute los capítulos que se me pasaron la primera vez que la descubrí.
Estos nerds (cuatro amigos) que son verdaderos “cerebros”: todos salvo Howard Wolowitz (Simon Helberg) poseen un doctorado (Howard posee una maestría) y trabajan en investigación, por lo general en física en el Instituto Tecnológico de California (Caltech) que queda en Pasadena. Sheldon Cooper (Jim Parsons) es el personaje central: un genio precoz que al igual que el Dr. Spock (Leonard Nimoy) de la serie Star Trek (Gene Roddenberry, 1966-hoy) va descubriendo poco a poco algo para lo cual su gran inteligencia nunca lo había preparado: el sentido común y el aprendizaje de las relaciones sociales. Acá está la causa de los enredos que nos hacen reír: las situaciones absurdas que generan la personalidad metódica, disciplinada y extremadamente lógica de Sheldon. El colega y amigo que vive con Sheldon es Leonard Hofstadter (Johnny Galecki), y de los cuatro se puede decir que es el más normal. Leonard se enamorará de la nueva vecina que llega al apartamento que tienen en frente: una hermosa chica llamada Penny (Kaley Cuoco). Penny perturbará todas las “rutinas nerds” de los cuatro amigos, de los cuales nos faltó hablar de Raj Koothrapali (Kunal Nayyar), un astrofísico de la India que inicialmente no puede hablar con las mujeres a menos que tome algo de alcohol.
La primera temporada se centra no solo en presentarnos los personajes, sino en la evolución de Leonard hasta lograr la primera cita (date) con Penny. De esta forma se nos muestra el segundo gran argumento de la trama de la serie: la transformación de las personalidades de Penny y Leonard hasta lograr enamorarse profundamente complementándose en medio de sus diferencias. Esta es la parte romántica, del típico “chica conoce chica, chico y chica se separan, para finalmente terminar juntos”. Sabemos que esto ocurrirá, pero después de hacernos sufrir por muchas temporadas. Penny, la cual descubre el valor de los nerds y con su trato ella se va haciendo más perspicaz y anhelante de conocimiento sin tener para ello que salir a obtener un posgrado. Se puede decir que la serie en este sentido se hace quijotesca. Penny poco a poco va fastidiándose de las parejas con las que acostumbraba salir (atractivos, fuertes, pero vacíos) encontrando en Leonard mayores virtudes, aunque en esta primera temporada no termina de aceptarlo.
¿Por qué la considero la mejor comedia de la TV? Porque es humana, porque sus personajes no son seres extremadamente egoístas como los de la cínica Seinfeld (Larry David y Jerry Seinfeld, 1989-1998) ni posee actitudes acartonadas que forzan la realidad como todas las que vi de niño y adolescente (las que pasaban a finales de los setenta y los ochenta) siendo un buen heredero de ella los extremadamente tontos de Friends (David Crane y Marta Kauffman, 1994-2004). Y no lo voy a negar, me ha encantado porque yo soy un nerd aunque de las ciencias sociales: humilde y suertudo como Leonard.
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