OPINIÓN

La mavita revolucionaria

por Rafael Rodríguez Mudarra Rafael Rodríguez Mudarra

En conversación con Douglas Bravo, a la vez en versión recogida por Ana Teresa Torres en su libro La herencia de La Tribu, quien en la clandestinidad fue fundador del Partido de la Revolución de Venezuela (PRV). Hubo de darme a conocer que Chávez, sin agregar de mi parte ningún otro detalle, se incorporó en 1982 a los militares rebeldes que estaban actuando en la Fuerza Armada junto con los oficiales que se levantaron en armas contra el gobierno legítimo de CAP. Con respecto a la autoría de Bolivariano, también me refirió que eso fue la causa de su expulsión del PCV, por cuanto él junto con otros camaradas de su grupo promovió reivindicar para la plataforma comunista, lo que chocaba con la ortodoxia de esa organización; a la vez  publicado en documento intitulado “Marxismo-leninismo bolivariano”. En 1982 surge a sugestión de Chávez el nombre de MBR-200.

Al parecer la denominación MBR-200, resuelta en 198,2 se llevó a cabo con base en que habiendo sido ampliado con civiles el grupo militar, no era conveniente identificar el movimiento como de exclusividad militar. Se  elimina lo de militar sustituyéndole con el número 200 en homenaje al bicentenario del nacimiento de Bolívar. No quedando dudas de que fue Douglas  Bravo quien ideó el camino bolivariano sumando los nombres de Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. La incorporación de Bolívar para algunos que militaron en la izquierda era carente de sustento y considerado argumento de acomodo a una agenda en particular, por cuanto lograda la independencia Bolívar no tuvo otro objetivo que el de restablecer en el poder a la clase dominante, debilitada a consecuencia de la guerra.

El golpe frustrado contra el presidente legítimo CAP, intento capitaneado por Hugo Chávez, no obstante que se pretendió llevar a cabo en forma ilegítimo por cuanto falsamente se alzaron en nombre de la Constitución, contó con las bondades de Caldera -quien tuvo beneficio de un electorado adverso a los partidos tradicionales- para obtener la reelección presidencial. Caldera reelecto presidente sobresee la causa que se le sigue a los alzados. También complementa su burocracia de mando con participación de los conspiradores.

Chávez en libertad: auspicia  su candidatura presidencial. Se lleva en los cachos la promovida por Irene Sáez, quien en 1998 creció de manera exponencial. Chávez identificado radical abstencionista, en obediencia a su posterior adversario Luis Miquilena, convertido en mito militar salvador de la patria pasó a ser el más virtuoso  propiciador electoral. Triunfa en unas elecciones en las que el camino le es expedito. No se dirimen las fuerzas del bipartidismo. Alfaro Ucero tenido como caudillo venerado con respeto sumiso de seguidores y candidato presidencial, ahora lo agravian con el “fo”. Lo expulsan del partido AD. Sus copartidarios acogen otra candidatura. Chávez alzado contra el sistema gana el solio presidencial. Recibe cuantioso respaldo popular. Se le suma la estirpe de los notables. Señores durante mucho tiempo imprescindibles gozosos de ministerios y diputaciones, y cargos públicos, invierten dinero en la lucha contra los partidos. Pregonan el antipartidismo, lo cual convierten en credo. Se le suman sectores del capital con suficiente dinero para hacer culto del salvador, del militar. Los editores de la comunicación: no pelan el boche. Se hacen alabarderos de la candidatura golpista.

Chávez endiosado, adulado por una burocracia castrense, incurre en pegarle “al loco”. Le importa un “carajo la sociedad civil. A todo lo que le pega la mano lo convierte en castrense. Pondera encontrarse en el Chimborazo. Ya es eterno. Enmienda la Constitución. Alarga el periodo  presidencial y como perla a objeto de su perpetuación en el poder le incorpora a este instrumento la reelección continua. Chávez enferma.la medicina cubana no logra salvarlo. Se encuentra en estado terminal. Como complemento de sus errores por morte, por disposición testamentaria le da permanencia al régimen militar cuya instauración juró bajo el samán de güere. Disimula su intención castrense, afincado en el consentimiento notorio de los militares decisorios, sus camaradas golpistas, dispone el nombramiento de Nicolás Maduro para optar a la Presidencia: Mejor jugada imposible. Muere en paz.

Llevada a cabo la elección de Maduro como presidente de la República. Si bien llenó las condiciones para serlo, ha demostrado incapacidad para ejercerla con apego a la Constitución. Con desprecio visceral por las instituciones civiles ha convertido la administración pública en refugio obligado para una minoría de militares activos, que ocupan la mayoría en esa  burocracia, colocados en cargos para los cuales en muchos casos carecen de idoneidad, trayendo como consecuencia su ignorancia la merma acelerada de la productividad, haciéndose dependiente nuestro país de la economía asiática. Nunca ha rendido cuesta de gestión. Conoce de los negocios ilícitos cometidos por los que fueron pioneros del golpe de Estado frustrado, del MBR-200 y de los que se han suscitados  en su gobierno, sin castigarlos. Hace caso omiso a la Constitución. Irrespeta la AN. Manipula el TSJ, a la FGN: concentra en el Poder Ejecutivo todos los demás poderes. Interfiere el nombramiento de la directiva de la AN fraguando el asesinato frustrado de la AN a la manera de José Tadeo Monagas.

Lo que es más, Nicolás Maduro no tiene actualmente otra cualidad jurídica que la de usurpador. Así fue resuelto por la AN, órgano del poder público, en consulta abierto de Cabildo. Todo conocemos tal disposición. Estamos en el deber de cumplirla.

Todos propiciamos una salida constitucional  para el cese de la dictadura. Para la restauración del Estado de Derecho. Las condiciones constitucionales las ha determinado la AN. El diputado Guaidó ha sido el encargado de llevarla a cabo: cese de la usurpación, gobierno de transición, elecciones libres; supervisión por organismo internacionales. La garantía de que así sea debe venir de la Fuerza Armada, teniendo esta por norte demostrar que para salir de esta mavita de facto que nos crispa; y abolir la situación de miseria que afronta nuestra población: que es una “institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la nación”. La participación de esta institución es primordial para la restauración de la civilidad. El 23 enero de 1958: Dio fe de este precepto constitucional. Contribuyó al derrumbamiento de la dictadura criminal del general Marcos Pérez Jiménez. Usurpador de las elecciones para la constituyente que se realizó el 30 de noviembre de 1952, ganada por el pueblo capitaneado por Jóvito Villalba.