OPINIÓN

La magistral carta de Pastrana

por Alberto López Núñez Alberto López Núñez

Timochenko y Andrés Pastrana

Tengo hace ya un tiempo reiterando la necesidad de declarar nulo el acuerdo de entrega del país a las FARC por parte del Estado colombiano, a través de la instauración de la dictadura del farcsantismo. La razón obvia para ello es que el acuerdo es ilegitimo e ilegal, pues no se acató la orden del constituyente primario, el pueblo, de no aprobar tal insania.

En efecto, el pueblo colombiano dos veces ha repudiado la entrega del país al narcoterrorismo farcsantista, en el plebiscito y eligiendo a Duque, quien prometió hacer modificaciones al acuerdo, de forma tal que se acabase la impunidad de las FARC. Dos veces el pueblo fue engañado, la primera cuando se negoció el acuerdo con el sátrapa Santos, y la segunda cuando Duque decidió acatar el acuerdo de entrega del país al narcoterrorismo comunista, cogobernando así con el farcsantismo, pues así lo impone el bloque constitucional, que ilegal e ilegítimamente somete el país a la dictadura farcsantista. Ante esa impotencia, solamente quedaba recurrir al pueblo nuevamente mediante referéndum o constituyente, para rectificar tan alevoso acuerdo. Pero esos procesos son largos y complicados.

Pero he aquí que el presidente Pastrana ha dado un giro radical al asunto en una breve, concisa, pero muy clara y firme carta a la JEP. Comienza la carta con una constatación evidente: “Los mecanismos de justicia transicional de la Justicia Especial para la Paz (JEP) surgieron por encima de la voluntad mayoritaria de los colombianos expresada en su contra en las urnas”, una verdad tan elemental y sin embargo despreciada por la mayoría del “establishment” colombiano, quien se ha arrodillado ante la voluntad totalitaria del farcsantismo. Prosigue Pastrana: Los privilegios concedidos a la subversión en este pacto fueron todos y cada uno de los exigidos por ella, siempre y cuando los colombianos recibieran  a cambio “verdad, justicia, reparación y no repetición”, cuatro condiciones que las FARC han burlado plena y descaradamente amparadas en el tribunal que a su medida diseñaron el hoy secretario general del Partido Comunista Español y el presidente Santos Calderón”. Otra verdad evidente: la JEP fue creada por el comunismo internacional, para asegurarle impunidad al narcoterrorismo colombiano.

Luego de estas consideraciones teóricas preliminares, entra Pastrana al meollo del asunto: “Lo firmado por las FARC y el presidente Santos es claro en cuanto a que quienes no aporten la verdad plena no pueden beneficiarse del trato privilegiado en la JEP. Por lo tanto, quienes, habiendo rendido su versión, no aportaron toda la verdad han perdido la oportunidad de los beneficios transicionales con los que evitaban la justicia ordinaria… El falso testimonio en el que los antiguos jefes de la FARC niegan muchos de sus crímenes en abierto desafío al país y a la justicia está (en) plena contradicción con lo que la Sala de “reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de determinación de hechos y conductas” de la JEP reconoce en su auto de 1 de marzo de 2019 en el caso 007”. Más claro no canta un gallo.

Ante tan tremenda evidencia de desacato por parte de los criminales de lesa humanidad de las FARC, entramos en lo bueno y sustancioso de la carta de Pastrana:

“La JEP no puede dejar de aplicar el estándar internacional de responsabilidad consagrado en el Tratado de la Corte Penal Internacional según el cual los máximos responsables militares de las Farc son individualmente responsables por los actos cometidos por las fuerzas bajo su mando. De no hacerlo la Corte Penal Internacional adquiere plena competencia para juzgarlos (subrayado mío).

Queda clarísimo, pues que no queda de otra, ante la reiterada sumisión de la JEP a la subversión narcoterrorista y comunista, como lo demuestra, por ejemplo, su actuación con Santrich, pues para eso fue creada por el comunismo internacional, para darle impunidad a las FARC, que la CPI intervenga y le de el castigo ejemplar a esos criminales de lesa humanidad que el Estado colombiano no les quiere dar.

Basado en todas estas consideraciones, Pastrana concluye haciendo las siguientes solicitudes a la JEP:

“1. Que se inicie el proceso de exclusión de la JEP a todos los máximos responsables de las FARC que ya han declarado ante la JEP y no han aportado toda la verdad plena en los términos establecidos para tal efecto.

2. Que se aplique efectivamente el principio de responsabilidad de los jefes y otros superiores a todos los máximos responsables de las FARC por los delitos de secuestro, reclutamiento de menores, violencia sexual contra menores, entre otros delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra cometido por cualquier integrante de las FARC.

3. Que se me informe, y se informe a todos los colombianos, por razón de esta petición, cuáles serán las sanciones propias que se impondrán a los máximos responsables y a los responsables individuales de el sinnúmero crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad que como miembros de la FARC cometieron.

4. Que se me informe, por medio de esta petición, y se diga a los colombianos cuando se expedirá la primera “resolución de conclusiones” sobre algunos de los casos que hoy tramita la JEP”.

Elocuente y definitiva carta de Pastrana, en la cual, mediante sus cuatro peticiones, sencillamente proclama el fin del acuerdo, pues al excluirse a los máximos responsables de las FARC y aplicar el principio de responsabilidad de estos, pues se acaba los privilegios concedidos por el sátrapa Santos a los criminales de lesa humanidad y narcoterroristas de lesa humanidad y ello obviamente significa el fin de acuerdo de entrega del país a las FARC.

Ahora bien, el presidente Pastrana bien sabe que ni por asomo la JEP va a acordar las solicitudes que él le hace en tan magistral carta. La JEP fue creada por el comunismo internacional justamente para impedir que esas solicitudes, que significan simplemente que se haga justicia, se realicen. La JEP fue creada para darle impunidad a los criminales de lesa humanidad. Entonces cual creo yo que es el objetivo de la carta de Pastrana, no puede ser otro que acorralar a la JEP y al no hacer esta caso a estas solicitudes, ponerse claramente en flagrancia de colaboración  con el narcoterrorismo comunista y por lo tanto poner en evidencia la incapacidad del Estado colombiano de hacer justicia, pues el gobierno acata las órdenes del comunismo internacional vía la JEP. Con ello se da pie para una resistencia popular frente a la dictadura farcsantista o la toma del caso colombiano por parte de la CPI.

Pastrana está obligado a no quedarse en esta carta, como hasta ahora lo han hecho los lideres de la oposición de conformarse con retórica, sin hacer acciones efectivas contra el narcoterrorismo comunista. Él tiene que buscar el apoyo de líderes como Uribe y tantos más que se opones a la dictadura farcsantista y liderar la resistencia popular contra la dictadura antes que esta se consolide y de su puntillada final contra la democracia en el 2022. Confiamos en usted presidente Pastrana.