No hay nada mejor que conocer a Venezuela, y cuando lo hacemos en compañía de la familia, se convierte en parte fundamental de la educación de nuestros hijos, creando cercanía, conocimiento y recuerdos imborrables.
En estos días de esparcimiento navideño, cuando la fe católica nos congrega, se hace tradición recorrer nuestros pueblos. Cada año, esta experiencia enseña algo a nuestros hijos, y también a nosotros, los adultos, dejándonos aprendizajes y recuerdos entrañables. Para la familia, se convierte en un momento de unión, un gran recuerdo que atesoramos por siempre. Si viajamos al occidente del país, podemos mostrar sus paisajes y costumbres; lo mismo ocurre en el oriente, el centro y otras regiones. Venezuela es una «casita» repleta de su gente, tradiciones, vivencias y sabores que nos enseñan y unen como venezolanos.
Para aquellos que viajan a Margarita, después de visitar a la Virgen del Valle, es imprescindible conocer la laguna más hermosa y la playa más extensa de Venezuela, ubicada en la zona central de la isla, específicamente en Macanao. Se trata de la famosa Laguna de La Restinga, un lugar lleno de encantos, emociones y secretos por descubrir. Esta joya natural se alcanza saliendo de cualquier pueblo de la isla hacia la autopista Juan Bautista Arismendi, que conduce a Punta de Piedras. Al pasar por la población de Las Hernández, se toma la vía a la derecha hacia Boca del Río. Antes de cruzar el puente, se desvía nuevamente a la derecha, pasando por la pintoresca población de Laguna de Raya, conocida por sus famosos erizos de mar. Desde allí, comienzan a divisarse las conocidas Tetas de María Guevara. En la misma ruta, también se puede tomar un desvío a la izquierda hacia Chacachacare, donde se encuentra el puerto pesquero más hermoso de la isla, orgullo de nuestros pescadores de altura. Este puerto provee servicios básicos y complejos a más de 800 embarcaciones, cada una con capacidad aproximada de 50 toneladas de pargo y mero.
Al llegar a La Restinga, se encuentra el embarcadero con lancheros atentos y simpáticos que conducen a los visitantes por la laguna a través de sus túneles naturales. El primer túnel es «El Beso», rodeado de exuberantes manglares que crean un paisaje acogedor. A continuación, se pueden admirar alcatraces y gaviotas que atraviesan el camino. Luego está el túnel de «María Guevara», que nos recuerda a la famosa doña cuyo nombre evocan las prominentes montañas cercanas. Continúa el túnel del «Orgullo», un homenaje constante a la belleza de la laguna. Siguen el túnel de la «S», por la silueta que forman los manglares, y el túnel de “Los Enamorados», escenario de encuentros que terminan en el altar. Otro paso es el túnel «Mi Dulce Amor», un paraíso donde los visitantes se enamoran nuevamente de sus parejas. Finalmente, el túnel del «Reencuentro de los Infieles», envuelto en espinas y misterios, donde incluso aparecen especies curiosas que invitan al arrepentimiento.
La Laguna de La Restinga es uno de los paisajes más hermosos de nuestra naturaleza, tiene entre 2 y 4 metros de profundidad y está habitada por flamencos, alcatraces, gaviotas, tijeretas de mar, pelícanos y garzas azules. Su flora, con manglares de colores como el rojo, negro, blanco y botoncillo, embellece el entorno con un reflejo vibrante de nuestra naturaleza. La fauna de la laguna es rica en especies marinas: corocoro, pargo, mero, sardina, cazón, carite, lisa, lebranche, róbalo y mojarra, además de moluscos como las ostras, chipichipi, guacucos, mejillones y pepitonas. También es común ver tortugas en las playas cercanas.
Margarita es una isla premiada por la naturaleza, con mares y paisajes de ensueño. Sin embargo, es importante destacar que las algas marinas y especies como los caballitos de mar están siendo diezmadas por la exportación indiscriminada, lo que genera constantes denuncias por parte de los lancheros de La Restinga.
Entre los excelentes compañeros de viaje que son los lancheros, destacan nombres como Ramón, José Luis, Alberto y Andresito Vázquez, todos de absoluta confianza. Andresito es hijo de Marunga, conocida por sus ostras frescas y deliciosas. Su padre, un gran amigo y luchador incansable, contribuyó significativamente al mantenimiento y preservación de La Restinga, luchando contra la contaminación desde la zona de La Guardia hasta Las Arenitas.
La playa de La Restinga, con sus 25 kilómetros de longitud, es la más extensa y extraordinaria de Venezuela. Incluye sectores como El Maguey y Punta del Tigre, donde hace unos años, las olas derribaron el famoso puente natural, una hermosa formación que siempre visité junto a mi familia. Aunque el puente ya no existe, la belleza y los recuerdos permanecen intactos.
Desde este espacio, deseo una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo para todos mis paisanos, tanto los nacidos en nuestra tierra como aquellos que, estando en otras latitudes, son tan venezolanos como nosotros. Desde esta hermosa región, donde el mar y el cielo se confunden en un azul infinito, envió mis mejores deseos de salud, bienestar y esperanza en nuestro porvenir.