Una de las mafias que secuestraron las instituciones en Venezuela hundió a otra en la guerra por el poder echándole toda la culpa por la corrupción en la estatal petrolera, pero la mayor paradoja es que su testaferro también la delata con una huella indeleble en el mismo escenario.
Alex Saab, el llamado testaferro de Maduro, participó en la trama del robo permanente en Pdvsa por medio de los barcos fantasma hasta que se le acabó la fiesta cuando lo apresaron en Cabo Verde en junio de 2020. Pero a cargo del “negocio” quedó su socio colombiano Álvaro Pulido, un antiguo narcotraficante que también se hizo multimillonario a la sombra del régimen de Caracas.
En 2015, Saab demostró la condición de sus lazos con el gobierno de Maduro al ganar la licitación que Petróleos de Venezuela, S.A. hizo pública en agosto de ese año para desarrollar un proyecto en la faja del Orinoco.
“De la nada, una pequeña empresa de transporte y comercio de petróleo de Colombia, sin experiencia relevante, venció a líderes de la industria para quedarse con el contrato de unos 4.500 millones de dólares”, dijo la agencia Reuters en un reporte especial en julio de 2016, en el que cita un documento de la compañía estatal.
Trenaco, registrada en Suiza pero manejada desde el país vecino por Saab y su socio Álvaro Pulido, curiosamente estaba tan segura de que obtendría el contrato para perforar 600 pozos petroleros que 6 meses antes de ganar la licitación comenzó a contratar personal y a comprar equipos.
Esa empresa “no estaba calificada, ni técnica ni económicamente” y fueron vanos los esfuerzos de Pdvsa por convencer a sus socios extranjeros de aceptar el contrato. El acuerdo colapsó entre diciembre de 2015 y enero de 2016, y Trenaco entró en proceso de liquidación en marzo de este último año.
No obstante, el empresario barranquillero, que en 2011 había hecho negocios con Chávez, podía estar seguro de que sus nexos con el gobierno de Maduro -y por supuesto con Pdvsa- permanecían intactos.
En los tiempos de Trenaco, la DEA ya investigaba empresas de Saab y Pulido bajo sospecha de lavado de dinero proveniente del narcotráfico. Y probablemente los socios de Maduro se internaron en el negocio de las mafias que secuestraron las instituciones en Venezuela para traficar con drogas y robar, campo en el que la especialización del régimen deja suponerlo y se revela como la mafia de Alex Saab.
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