Con seguridad en algunas novelas nada convencionales de la actual Europa. Mientras sus organismos oficiales se dedican a política, diplomacia, economía y en especial negociados, por desgracia en ligazón casi equivalente, magníficos escritores, algunos primerizos, se concentran a fondo en las consecuencias de sus dos guerras mundiales, proyectadas en los nocivos efectos que aquellas conductas serias o politiqueras marcan sus vidas hoy, injustamente, y sin que se reconozca ese daño ,con la mayor indiferencia sobre todo a nivel político .Reclaman duramente a través de claves literarias a quienes hoy aseguran representar a toda la sociedad olvidando la consulta de los derechos individuales y colectivos básicos en toda verdadera democracia constitucional.
Y lo hacen por un sentimiento de inocente o buscada culpa, de necesidad catártica, explicando cómo heredaron marcas de Caín, una maldad constitucional en sus momentos, leyes consagradas que sustentaron crímenes de guerra contra civiles desarmados y luego durante la paz inmediata derivaron en un delictivo proceso de particulares venganzas, resentimientos activados con mitos, largos silencios, mentiras orales y documentales, asesinatos y otros delitos personalistas, retardos investigativos y procesales cuando se vislumbra que el fenómeno regresa. Literatura valiente de altísimo calibre que utiliza el género de la llamada autoficción, entrelazados la propia biografía, la historia académica, descubrimiento de omisiones en papeles clasificados o no que desentrañan, siempre con el empeño de alcanzar dolorosas verdades.
Es el rol que corresponde al periodismo y al arte cuando pueden expresarse libremente. Todavía. Porque gran parte de Europa muestra claros indicios de vuelta al fascismo y por paradoja comprensible, hasta el momento son jóvenes autores de Alemania –huevo de aquellas serpientes–y de contados vecinos geográficos, los empeñados en hacer de su escritura el bisturí principal de esta necesaria cirugía nacional y continental.
Para nombrar solo tres recientes: La matanza de Rechnitz (La historia de mi familia) editado por Seix Barral, 2019, del periodista alemán Sacha Batthyany; En busca de tu nombre de la holandesa Marjolijn van Heemstra (Seix Barral,2019) y Charlotte (Alfaguara 2015) del muy premiado francés David Foenkinos (autor entre otros y en la misma onda de La delicadeza). Partiendo de un hecho en apariencia trivial rasgan poco a poco suturas engañosas hasta llegar al órgano dañado, como si esta nueva literatura de mezclas fuera la fusión exitosa de antiguos difusos rayos X con modernos instrumentos para captar nítidas imágenes y juntos derivan en el mágico láser que busca sanar mostrando tanto inmerecido sufrir. Evitar que la maldad individual y social siga oculta y retorne como si nada sucede.
Leerlos conduce a la pregunta obligatoria: ¿Acaso también podrán testimoniar su inocencia y secuelas psicosociales estos descendientes directos y casuales, víctimas por igual del delictivo hamponato totalitario, poderoso aún en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y satélites comprados? Al llevar sobre sus hombros semejante peso histórico ¿pueden retar y retirar lazos de sangre, despojarse del trágico destino que les han legado y los ha vuelto cómplices automáticos de un mal total?
Claro que sí. A través del arte auténtico, en todas sus áreas, se muestra sin trabas lo investigado sobre dueños y esclavos, ángeles y diablos, héroes y villanos, ellos y ustedes: tú, yo, todos nosotros, la gente llamada pueblo, cada día más ignorado.
A tiempo, la creatividad abre y reconoce, drena y limpia. Puede salvar.
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