Venezuela ha padecido, durante un cuarto de siglo, un régimen forajido que la ha hundido en miseria, postración y muerte. En contraste con la vida regalada y ostentosa, derivada de la grosera corrupción, de la claque gobernante.
Son muchos testimonios de dignidad y valentía, en esta larga lucha libertaria contra la ignominia, que quedarán registrados en los anales de la historia.
Lamentablemente tocó, en estos oscuros años, como contrapartida, partidos y dirigentes mediocres que no supieron aprovechar, por falta de grandeza y equipamiento moral, oportunidades de oro que se presentaron con amplio apoyo popular, para librarnos de este horror.
Hoy la situación es diferente. Contamos con una líder de la nación, surgida de las primarias incuestionables de la gente.
María Corina Machado ha trabajado duro y consistentemente durante muchos años, sorteando toda clase de obstáculos, y ha sabido sobreponerse con coraje a incomprensiones, discriminaciones, trapisondas y mentiras. Despliega su trabajo tesonero a lo largo y ancho del país, enfrentando al narcorrégimen y haciendo de la política un magisterio de la verdad.
Ella encarna los valores y principios que practica, y muestra consecuencia y coherencia en la difusión de sus ideas liberales, en torno al país y su futuro, y a la vida digna de ser vivida que merecemos todos.
Se fue dando en ese largo período un proceso autentico de cercanía con la gente y la empatía brotó como de una fuente. Logró despertar a un pueblo decepcionado y descreído de chácharas demagógicas y frustrantes, comunicando la verdad a los ciudadanos: el cambio será un parto con dolor, que lograremos unidos y con coraje cívico.
Sirvan estos prolegómenos, para ir concluyendo en torno a la situación difícil que nos concierne, donde observamos a la corporación criminal enloquecida y pateando los acuerdos de Barbados y cerrando por las malas el compromiso suscrito y la palabra empeñada de realizar las elecciones libres presidenciales, con garantías, que corresponden en 2024. No hay ruta electoral. El régimen cruzó líneas y encarcela al equipo de campaña de María Corina Machado. Enfrentamos a un terrorismo de Estado que secuestra a las personas que son las manos de la líder que cuenta con el respaldo popular. Compensa su debilidad en el fervor popular con represión, que hasta el momento le ha resultado un costo bajo.
La conclusión es que debemos confiar en la decisión que tome la líder de la nación, creo que es nuestro deber acompañarla, se lo merece. La confianza puesta en ella no ha sido defraudada. Ha demostrado no doblegarse ante las presiones de un régimen que realiza cosas atroces.
El deseo de Venezuela es buscar la libertad. Hasta el final es rescatar y liberar al país. Hasta el final es la salida del régimen criminal.
Libertad para Javier Tarazona, los policías metropolitanos, los tres comandos de Vente, Rocío San Miguel, Dignora Hernández, Henry Alviarez y los hermanos Guevara! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!
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