Foto El Mundo
Cambiar de sexo en España nunca fue tan fácil. Los registros civiles de toda España están registrando sin parar solicitudes para ello, sobre todo, de hombres, que en muchos casos sólo quieren disfrutar de los beneficios de ser mujer, no porque realmente se sientan mujeres. Ese hecho se está produciendo porque, al igual que otras demenciales leyes del desgobierno autoritario de Pedro Sánchez, esta ley es un auténtico fracaso y despropósito, plagado de fallos que en ninguno de los casos beneficiará al colectivo «trans», es más, lo va a perjudicar, con creces.
Los cambios de sexo se disparan 400% por la «Ley trans»: de 1.309 en 2022 a 5.139 en 2023. La friolera de 5.139 personas acudieron en 2023 al Registro Civil para cambiarse de sexo. Más de 14 por día. 4 veces más que el año anterior, 2022, cuando acudieron 1.309.
Se observa cómo en sectores donde existe cierta discriminación se están realizando más cambios de sexo, como es el caso del ejército español, donde hay militares que lo están reclamando o ya han saltado a la palestra mediática incluso por haberse cambiado de sexo. La repercusión internacional de toda esta nueva locura española no se ha hecho esperar. Se habla de ello en muchos medios internacionales y no es para menos.
Cualquier persona en su sano juicio y con sentido común debería criticar con ferocidad una «ley trans» como esta, que además trastorna a la sociedad española y provoca grandes descalabros políticos y sociales, pero da la sensación de que gran parte de la clase política española busca en parte ese objetivo disparatado ante la aprobación de semejantes barbaridades.
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