Hablar de la jungla es hablar de salvajes batallas entre animales. De sobrevivir a costa de todo. No hay compasión, no hay humor, no hay piedad ni mucho menos amistad. Pero esta jungla de la que vengo a hablar hoy es muy diferente: esta jungla de la que vengo a hablar se refiere a venezolanos que hoy, en el 2024, están haciendo ruido en cualquier parte del mundo. Esta jungla está integrada por: Roy Díaz, David Comedia, Alejandro Anaya, Rhumer Mora e Igor Romero. No los presento porque es imposible que un venezolano no sepa quiénes son ellos.
Nietzsche dijo que la vida sin música y sin humor hubiese sido un error. Música y humor es lo que ofrece esta jungla. La Jungla se graba en Estados Unidos, pero tiene un sabor venezolano que hará que hasta los espíritus menos sensibles sientan que están en su casa, es decir, en Venezuela. He decidido meterme en dicha jungla con tales personajes, a quienes he tenido la suerte de conocer; y debo decir, como dijo Humboldt cuando entró a la Cueva del Guácharo: “Qué maravillosa es esta jungla”
La Jungla es la muestra irrefutable de que los venezolanos florecemos en el abismo. Que somos personas de bien y todo lo que nos proponemos lo hacemos, y lo hacemos bien. Gracias al avance tecnológico podemos ver todas las semanas a Roy, con su increíble originalidad, interpretando las tonadas de Simón Díaz. Tenemos a David, con el don divino que le dio el arquitecto de este mundo. Vemos a Alejandro Anaya, demostrando que es un músico tan grande como los de la Fania All-Stars; vemos a Rhumer Mora ¡Maestro! Maestro de los timbales, de la conga y el bongó. enseñando que dentro de sus venas hay Caribe y talento. Y tenemos a Igor Romero, con su cabeza muy amueblada y su planificación, que es la ley de su vida.
Yo, con toda mi libertad, me atreví a hacerles algunas preguntas en voz alta:
—David Comedia, ¿qué es lo más te gusta de La Jungla?
—Que no es el típico podcast de entrevistas. Nosotros, a diferencia de muchos, contamos con músicos y así podemos marcar la diferencia en ese sentido. Y es también un momento donde cada uno de los integrantes demuestran cualidades, que no siempre se ven en las redes sociales.
—¿Te molesta que Roy Díaz cante las tonadas?
—Es una pregunta que siempre me hacen, por el hecho de que le pido que se calle. Pero es que Roy pareciera que nació con un PlayStation con un switch integrado, donde no para de soltar frases con juegos de palabras, al punto de que interrumpe la jodedera de los demás. Pero no me molesta. He llegado al punto de llorar por la manera tan emotiva de encarnar las tonadas de nuestro tan recordado Tío Simón.
—Rhumer Mora, si el fin del mundo se aproximara y pudieras salvar una canción de salsa y un instrumento, ¿cuáles serían?
—»Amor y control» de Rubén Blades y sobre el instrumento, serían las congas.
—¿Tú crees que Maite vuelva?
—No vuelve.
—Igor Romero, ¿qué te asusta de la tecnología?
—Lo que me asusta de la tecnología es que a través de ella se pueda crear contenidos que pierdan la esencia del ser humano. Por ejemplo, por lo que está sucediendo con la inteligencia artificial, puede que en años venideros se aparte al ser humano del proceso creativo. Eso me asusta de la tecnología.
—¿Tenemos Jungla para un buen tiempo?
—Definitivamente sí. Y más si contamos con equipo de trabajo que comparte historias, ideas y además tenemos el cariño y la magia en ese momento en que se encienden las cámaras y somos los cinco amigos que estamos conversando de nuestras vivencias y de nuestro día a día. Mientras eso exista habrá Jungla para rato.
—Alejandro Anaya , ¿qué significa en tu vida la guitarra?
—Una extensión de mi cuerpo.
—¿Para cuándo tu tema inédito?
—Luego de mucha espera, 2024 es el año de mi proyecto como solista.
—Roy Díaz, ¿para ti qué significa ser venezolano?
—Es la máxima gloria que puedo tener como ser humano y sobre todo por el linaje de la sangre de mi tío Simón Díaz, que hoy en día es una referencia mundial de la venezolanidad. Ahora que estoy fuera de mi país no hay día que no piense en Venezuela; pero pienso en esa Venezuela que viví plenamente durante mi juventud; una Venezuela democrática y con oportunidades. Una Venezuela que, pese a sus fallas, era mucho mejor que la Venezuela secuestrada que tenemos en estos momentos.
—¿Por qué estudiaste Agronomía?
—Mi familia siempre tuvo una casa en el sur de Aragua, específicamente en Camatagua; y parte de mi infancia la viví entre Caracas y ese lugar; cuando iba a Camatagua compartía mucho con animales y muchas cosas más, y luego de salir del colegio yo pensé que esa era mi carrera. Mi tío Simón, cuando se enteró de que yo quería estudiar Agronomía, ipso facto me dijo sin titubear: “Yo te pago los estudios”. Y me empezó a pagar los estudios y luego de un tiempo descubrí que no era mi carrera. De inmediato partí a Caracas y conseguí un cupo en Universidad Católica Andrés Bello y me gradué como periodista.
La Jungla es la muestra de que los venezolanos no se rinden, que aún están a tiempo para todo. De alcanzar y comenzar de nuevo. De aceptar las sombras de un país ajeno, enterrar los miedos y liberar el vuelo. David, Roy, Alejandro, Rhumer e Igor enseñan que la vida es continuar el viaje y perseguir sueños. No ceder, aunque el miedo muerda. Existe el humor, la música, vivir la vida y celebrarla y aceptar el reto. La Jungla enseña que cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento.