Evidenciando la actual irrelevancia estratégica en Europa podemos mencionar que la guerra europea prácticamente desde su inicio formal, y en los hechos desde décadas antes de eso, gira alrededor del impulso político que desde Washington se hace (para mis “nuevos lectores”: bien lejos estoy del discurso de las izquierdas con relación a Estados Unidos). Directamente Europa como tal es absolutamente incapaz, totalmente incapaz, de llevar adelante en territorio europeo una guerra de la magnitud (en intensidad y duración) de la que desde 2022 se lleva adelante.
Lo anterior no es en razón que Europa carezca del potencial de hacerlo, sino porque desde hace décadas se ha desatendido completamente de su propia defensa y ello es sólo una consecuencia de políticos que abandonaron completamente la idea de una Europa que tuviera peso político en la agenda de seguridad internacional. En los hechos y a sabiendas que resulta exagerado, la Europa de la Unión Europea es tan “relevante” en su capacidad de influir en la agenda de seguridad internacional como lo puede ser el MERCOSUR. Es cero su capacidad de influencia.
Es tan evidente lo que comentamos que puede evidenciarse en hechos como los que siguen: No tiene capacidad militar alguna de influir en la guerra en desarrollo por su propia voluntad; Todo su instrumento militar le es “ajeno” en términos estratégicos: el mismo sólo puede operar si la intención de hacerlo coincide con los intereses de Estados Unidos. Europa cuenta con una única potencia media con capacidad nuclear y convencional relevante: Francia, la que viene atravesando problemas políticos de enorme magnitud y que carece por esas razones de impulsar un camino junto a Italia (que es la potencia naval europea al ya no contar dentro de esa “banda” con Reino Unido después del Brexit) y Hungría (por su peso en el Grupo de Visegrado) que conduzca a una Europa con autonomía en su defensa; Europa tiene una industria de Defensa de enorme calidad, sin embargo la misma dista mucho de poder satisfacer las necesidades de una guerra como la europea actual (recordemos: alta intensidad y larga duración) y alcanzar esos niveles de demanda puede llevar años.
Todo lo que haga a la continuidad de la guerra europea está supeditado al resultado electoral que se de en noviembre próximo en los Estados Unidos: La guerra continuará y escalará sin límites si la administración demócrata es reelecta (algo que aún puede suceder); O como otros señalan, la guerra puede finalizar “rápidamente” si Trump gana. Una situación como la descrita en el punto anterior, delirante a nuestro juicio, era la que Hitler pensaba como “posible” con el fallecimiento de Franklin Delano Roosevelt!!!!: Era “delirante” en 1945 porque claramente los intereses vitales de Estados Unidos estaban en Europa, y Truman sin dudas continuaría la guerra hasta aplastar a los nazis. Es “delirante” lo que hoy ocurre porque como les venimos diciendo desde hace más de dos años, los intereses vitales de EE.UU. no están en Europa sino en Asia, y en punto a ello es absolutamente necesario que Rusia no este aliada a China!!!!!.
Cerramos esta parte. Europa eligió la irrelevancia en algún momento a mediados de los años 70´s. No es imposible que busque retomarla pero luce ello muy difícil cuando la voluntad política es nula o tiene el liderazgo de elites más preocupadas en agendas moralmente suicidas y proteccionistas en lo económico.
Como prometí, cierro con otra entrega de recomendados de mi “inútil biblioteca”: 1) Patton: A Genius for War por Carlo D’Este. Una biografía monumental sobre el único general de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial que comprendió totalmente el empleo de tanques en masa. Si hay en la historia un personaje absolutamente “políticamente incorrecto” ese es George Patton; 2) The Thirty Years War por Cicely Wedgwood. La guerra que entre 1618 y 1648 se llevó adelante en Europa fue el hecho más devastador de su historia. No se puede comprender la “construcción” de la Europa de nuestros días sin esa experiencia brutal. La autora escribe en 1938 y ella ve venir el azote que el nazismo significaría. 3) Achtung Panzer por Heinz Guderian. Este libro lo escribe el “padre de los blindados” alemanes antes de la Segunda Guerra Mundial. No dudo ha sido leído por miles de soldados de todos los países preocupados por entender el negocio de combatir con batallones blindados. Es un excelente libro para comprender la manera en que veían los alemanes este tema en sus días. Cuidado: cuando él escribe el libro la mayoría de los generales despreciaban a los tanques; 4) Panzer Operations por Herman Hoth. Otro libro imprescindible para aprender mucho sobre el empleo de blindados. Muy focalizado en el frente ruso. 5) Infantería al ataque por Erwin Rommel. En este libro Rommel nos relata sus experiencias de combate como oficial subalterno de infantería en la Primera Guerra Mundial. El libro está desarrollado tomando una situación táctica y desarrollando la misma. Fue tan importante que el Ejército de Estados Unidos lo adoptó como un libro de lectura obligatoria para los oficiales que hacían cursos en la escuela de infantería; 6) Manual de la guerra de maniobras por William Lind. Este libro fue un verdadero best seller a mediados de los ochenta y principios de los noventa del siglo XX. El autor era un asesor del Cuerpo de Marines y en el mismo hay un fortísimo esfuerzo por abandonar la dependencia del apoyo de fuego abrumador y priorizar la maniobra; 7) The River War por Winston Churchill. He leído casi todo lo escrito por Sir Winston y este es uno de los que más me gustó. Relata su experiencia como oficial subalterno en la campaña de Sudán dirigida por Lord Kitchener. El libro está repleto de experiencias militares, geográficas, antropológicas y hasta del retrato de los hombres que allí pelearon.
@J__Benavides
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