OPINIÓN

La Internet y la situación de la crisis mundial

por Albert Geovo Albert Geovo

Al margen de las diferentes escenas extravagantes de información, transmitidas en los diferentes medios alternativos de comunicación, donde circulan decenas, al momento, unas para desinformar, disuadir y otras para revelar verdades ocultas, hay que recordar que existe una intención premeditada para cada una de las difusiones que se proyectan.

El fin del mundo se está agotando, a pesar de la resiliencia de los espectadores, la humanidad ya está lo suficientemente condicionada para el desarrollo de los múltiples acontecimientos que se suscitan de manera precipitada. Contrario a lo que se predicaba en el siglo XX, que con la entrada de la llamada por diferentes sectas ocultistas la era de acuario iba a darse cuenta de una gran revolución, resulta que dicha revolución ha permitido apresar cada vez más y mejor al ser humano, como un rebaño; esto se estuvo alertando en todo el siglo XX e incluso antes, por distintos vigilantes , a través de las grandes obras de artesanos de la escritura, las bellas artes, novelas, poemas, pinturas e incluso del género de grandes producciones teatrales, operísticas, musicales y cinematográficas como un adelantamiento de la programación predictiva que se vino para los próximos tiempos; al fin se dio lo profético, de forma abrupta en este principio de siglo, a los ojos de los observadores, solo que los últimos acontecimientos han generado cambios acelerados que han podido ser percibidos por las masas sociales, incluso por los más tardos en descubrir lo atávico que impide la libertad del ser humano.

En ese sentido, es urgente y necesario saber que la presente generación tiene el reto de superar todos los obstáculos en el camino, con la dificultad que deben sortear las tropelías del sistema que quedó atrás con todas las imperfecciones, intencionadas, para suprimir las garantías, derechos y libertades naturales junto a los desafíos del presente y futuro que se les muestra.

Adicional a todo aquello, en la actualidad la sociedad se encuentra interconectada por medio de Internet, esta vez más allá del símbolo y de los arquetipos. Ahora es mucho más efectivo la incidencia de la fuente de Internet en la programación de un sistema totalitario y tiránico, de la mano del condicionamiento social, que abraza los pueblos más recónditos del planeta. Salvando que la Internet resulte ventajosa, esta se convierte, también, en un instrumento de control social, junto con la inteligencia artificial y el desarrollo del algoritmo digital, que va transgrediendo todas las garantías e incluso leyes de protección sobre la vida privada de las personas, enmarcado dentro de los principios de habeas data y habeas corpus, al nivel que se puede decir que no hay nadie que no esté vigilado o no se pueda influenciar de manera colectiva o específica, vulnerando incluso la novedosa ley de protección de datos, sin exclusión de status quo o ilustración, ya que los hechos demuestran que la erudición no es barrera para erigir los regímenes más cruentos, tiránicos y totalitarios.