Entre la diversidad de profesiones que académicamente se ofertan como instrucción en las universidades, se distinguen desde siglos dos vertientes, las ciencias, y las humanidades. La diferencia entre ambas es qué las Humanidades dependen de la variable “sociedad”, mientras que las ciencias son modelos matemáticos abstractos que deben ser objeto de demostración y experimentación para su aceptación sin que en ello influya la variable “sociedad”. Aunque ambas estudian el comportamiento y las ideas del ser humano utilizan metodologías distintas. Las ciencias utilizan metodología científica, las humanidades son interpretativas. Las Ciencias Sociales son más novedosas. Digamos que son ensayos científico-sociales cuya pretensión es cualificar y cuantificar el comportamiento humano para establecer patrones y acciones comunes. ¡Bueno, eso ya todos ustedes lo sabían! Lo que les voy a informar… quizás no. Esta afirmación la hago sin certeza, más como un axioma. Lo que escribiré es solo una conjetura sobre un modelo estadístico-social sin ningún tipo de soporte científico. Es puro romanticismo filosófico de un profesional de la ingeniería.
En Venezuela con la instauración de los gobiernos democráticos civiles, se abrieron las oportunidades para que hijos de obreros, campesinos, maestros y muchos compatriotas en minusvalía económica, tuviesen la opción por su propio sacrificio y esfuerzo de obtener un título universitario. La mayoría estudiamos para ser: Médicos, abogados, ingenieros, administradores, contadores, licenciados, arquitectos y pedagogos. Fueron muy pocos quienes eligieron la antropología, la geografía, las matemáticas o la física por ejemplo. Mucho más pequeño fue el círculo de los que se dedicaron a la comunicación social, a la literatura, al arte o a la historia.
No podría decirles lo que los académicos de las profesiones más comunes aparte de la ingeniería, les enseñaron a sus alumnos. Si les puedo decir que en la ingeniería era obligatoria la cátedra de ética e ingeniería legal. Pero independientemente de esa materia con diversos nombres, fue una constante durante todos nuestros semestres de pregrado, el aprendizaje de la variable, seguridad y economía. Nuestra misión es la de planificar y diseñar cualquier desarrollo de la manera más segura y económica, con una condición adicional: los profesionales de la ingeniería siempre prestan un servicio a la sociedad cuando los ciudadanos están en sus mejores condiciones para invertir.
Es decir, cuando desean edificar, remodelar o invertir en inmuebles, ni tienen una demanda en los tribunales o disputas legales, ni están enfermos o están comprometida su salud, ni tienen la necesidad de ocultar sus ingresos intentando nivelar su liquidez personal o empresarial, para contribuir menos al fisco nacional. Los profesionales de la ingeniería, arquitectura y profesiones afines, apoyamos a todos para vivir en un mundo mejor del que encontramos. Son solo conjeturas.
María Corina definitivamente es toda una profesional de la ingeniería. Lo expreso con vehemencia al ver un video en el que nuestra candidata por la oposición publica uno en el que se informa a todos los venezolanos la entrega de un Proyecto de Ley de Defensa Territorial de nuestra fachada Atlántica. Hacerlo sin haber transcurrido ni al menos un mes desde que más del 90% de los ciudadanos la haya puesto al frente para rescatar la democracias y nuestros valores institucionales, demuestra su gran interés de trabajar en equipo, así como devolverle las oportunidades a más de 30 millones de venezolanos.
Los profesionales de la ingeniería estamos formados para trabajar en equipo. Construir una obra única y grandiosa como lo sería por ejemplo la reconstrucción de Venezuela, se logra solo coordinando distintas disciplinas profesionales con suficiente asesoría legal y con la contención de daños sociales.
Ese equipo de ciudadanos comprometidos tendría una misión en común: plantearse una meta en el menor tiempo posible, con el menor costo y minimizando los daños en el entorno socio-ambiental. Coordinar el aspecto legal, factibilidades, proyectos, financiamiento, planificación, créditos, normativa, permisologías, personal, ejecución hasta llegar a la culminación de las metas establecidas, solo se lograría con un buen equipo y con una excelente dirección.
Un buen capitán siempre lleva el barco a puerto seguro a pesar del vendaval. No necesariamente debe ser ingeniero. ¡María Corina lo es! Y nos enorgullece con el fin de principal de nuestro ejercicio profesional “Asesores del estado y guardianes del interés público”.
¡Enhorabuena colega!
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