En estos momentos en los que el mundo se encuentra a las puertas de la posibilidad de una tercera guerra mundial —con consecuencias inimaginables que podrían poner en peligro la supervivencia de la especie humana —la figura del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, irrumpe como ejemplo de gallardía y arrojo, en una lucha que podría ser comparable a la historia bíblica de David contra Goliat, por la disparidad de fuerzas con las que se libra la batalla entre ucranianos y rusos. La semana pasada publiqué un artículo describiendo el perfil genocida de Vladimir Putin, un ser oscuro que busca ocultar sus debilidades detrás de una fachada de hombre fuerte, un desequilibrado ambicioso que no tiene ningún respeto ni compasión por la vida. Esta semana considero que es importante rendirle honor a Zelenzki, el gran héroe de este tiempo, un líder cuya intención era traer la paz a su tierra, pero se vio obligado a tomar las armas para defender la soberanía de su nación.
¿Quién es Volodimir Zelenski?
Algunos medios de comunicación han analizado la figura de Zelenski, aludiendo a él como el comediante que se convirtió en presidente casi por “casualidad”, pero en realidad su trayectoria artística en los últimos años adquirió una dirección social y política que caló en su país. En sus constantes shows fue conectando con las masas, ese trabajo no se logró de un día para otro y tampoco por el azar. Para Olga Onuch, profesora de la Universidad de Manchester e investigadora sobre movimientos de protesta en el mundo “él y su equipo parecieron estar tomando mejor el pulso del electorado ucraniano por los encuentros en directo con ciudadanos corrientes”.
La serie Servidor del pueblo, realizada por su propia productora Kvartal 95, le ayudó conectar con sus futuros votantes de una manera efectiva, con el tiempo creó un partido con ese mismo nombre que lo ayudó a ganar las elecciones de 2019 con 70% de votos.
En la ficción, Zelenski representa a Vasyl Petrovych Holoborodko, un hombre que vive con sus padres y que trabaja como profesor de historia, no obstante su suerte cambia cuando en una discusión con un colega se deja llevar por la emoción y critica acaloradamente a los candidatos de las elecciones, en ese momento no advierte que está siendo grabado por un alumno, que finalmente sube el vídeo a la red, el material se viraliza y el pueblo lo convierte en presidente de Ucrania sin haber hecho campaña. El protagonista representa al ciudadano humilde que se rebela contra el establishment. Aquel trabajo traspasó las pantallas y la gente empezó a identificarlo como alguien capaz de conducir a la nación. Además realizó giras nacionales presentando junto a sus amigos y socios sketches con un mensaje crítico a la corrupción. Incluso en plena campaña presidencial en 2019 continuó con su tour.
El camino del líder ucraniano siempre ha estado marcado por giros sorpresivos. Volodimir Zelenski nació en la ciudad ucraniana de Krivói Rog en 1978, en el seno de una familia de origen judío; su victoria como presidente fue icónica porque en Ucrania los judíos fueron objeto de persecución en la Segunda Guerra Mundial y también bajo el régimen ruso.
El presidente Zelenzki realizó una licenciatura en Derecho, pero realmente no llegó a ejercer esa profesión, porque cuando tenía 17 años fue invitado al concurso de comedia KVN que lo apartó del mundo jurídico en el plano laboral. Los productores no sólo apreciaron su talento histriónico, también le dieron la oportunidad de ser guionista. Su éxito en la industria del espectáculo también le abrió paso en el cine granjeándole reconocimiento en varios países vecinos, gracias a cintas como Sin amor en la ciudad, Despacho romano y Ocho primeras citas, que lo elevaron a la categoría de súper estrella, incluso en Rusia gozó de una enorme popularidad, porque muchas de sus producciones fueron grabadas en ese idioma. También trabajó haciendo doblaje de dibujos animados en películas infantiles como Paddington, incluso resultó ganador de la versión ucraniana de Mira quién baila. Aunque al principio su carrera tuvo un gran apogeo en la comedia romántica, fue dirigiéndose de una manera exitosa hacia la sátira política.
Por otra parte, se ha especulado mucho en la prensa internacional sobre el patrimonio de Zelenski, algunas publicaciones le adjudican una importante fortuna que rondaría los 15 millones de euros.
En el terreno personal, uno de los grandes pilares en la vida de Zelenski es su matrimonio, está casado con la arquitecta y guionista cinematográfica de 44 años Olena Zelanska, madre de sus dos hijos, hoy convertida en primera dama y admirada como un ícono de la resistencia ucraniana.
Volodimir Oleksándrovich Zelenski es un hombre hecho a sí mismo, que pasará a la historia no por sus éxitos en el mundo del entretenimiento, sino por su capacidad de estar a la altura de las circunstancias y de convertirse en el líder de un país que enfrenta a una de las más injustas guerras de todos los tiempos, en dónde cada día hay más muertes, y la amenaza de Vladimir Putin de utilizar armas nucleares sigue al acecho, mientras el presidente de Ucrania se mantiene en pie de lucha, sin el apoyo necesario internacional, pero con la convicción de hacer lo correcto, por Ucrania, por su familia y por el mundo.
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