OPINIÓN

La hora nona de MCM

por Antonio Guevara Antonio Guevara

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Estamos viviendo un momento bíblico en la política venezolana. Es una etapa full de significado y simbolismo que muy bien puede remitir a alguno de los libros canónicos del cristianismo. Puede ser un momento de oscuridad y de agonía. De muerte en la cruz como el nazareno, pero también de milagros. De resurrección como el Cristo o Lázaro. Veamos.

En Venezuela se siente en este momento que MCM ha entrado en el camino de su propia hora nona y allí va arrastrando inevitablemente a EGU. A medida que se estiran los días hasta el 10 de enero y se prolonga la incertidumbre sobre el desenlace del 10E, la sociedad ha venido dando unos tumbos que pendulan desde el pesimismo hasta la neutralidad y la desmovilización después del 28J en la ausencia de un plan para materializar el cambio político en Venezuela, ante los resultados electorales evidentes que arrojan como ganador a EGU. Cobrar la factura en esa trágica ruta interna -la única factible hacia el objetivo- se ha convertido en el calvario personal de la líder de Bejucal con las 12 estaciones que recorrió el Cristo antes de ser crucificado. Un amplio sector del liderazgo opositor se ha asumido en el Poncio Pilatos criollo y la ha dejado tan sola como la 1 del reloj de pared. Se ha lavado las manos y ha convertido su neutralidad en una ventaja a favor del régimen que junto con el otro grupo que apelan como alacranes le arriman mucho en migas al caldo revolucionario para garantizar la juramentación de Nicolás Maduro inmediatamente después de las fiestas de Navidad, de fin de año y de los Tres Reyes Magos en Venezuela. Tiempos venezolanos de jolgorio y rumbas que generalmente se prolongan en visitas familiares, en playa y en montaña hasta el 15 de enero. La revolución dio esa puntada con un dedal de respaldo. Esa es la desgraciada realidad por encima del voluntarismo, del triunfalismo, de la eterna subestimación al régimen y de la sobreestimación que se le edifica al poder propio en una costumbre que se hace habitualmente desde el año 1998; y de los mensajes de feng shui tipo «María Corina no se chupa el dedo» que aúpan algunos políticos eufóricos y el grupo de generales y almirantes Yupi y dragoneantes que descubren maravillas en un plan que nadie conoce, y que ellos predican y corean en la neblina de sus emociones de escolares de pantalón corto en la cola de la cantina del colegio.

El 10 de enero puede ser la crucifixión de MCM y en la experiencia política venezolana esa muerte tiene muchos ladrones buenos y otros malos a los lados con sus cruces de anime. Desde ese Gólgota no hay resurrección posible a los tres días. Remítase a los casos de Capriles, de López y de Guaidó, y de otros en la PUD que en algún momento amasaron el fervor popular y en el tiempo se eclipsaron y se disolvieron entre el desprecio de la gente. 

Ojalá que MCM o EGU tengan alguna carta escondida en la manga, un comodín capaz de alterar los resultados que se proyectan. Sin necesidad de tirar los caracoles, de fumar un tabaco o de mirar bolas de cristal, se puede declarar que el régimen está jugando solo en la cancha interna haciendo sus jugadas y moviendo sus piezas por encima de los titulares fantasiosos y de humo de influencers, de analistas y de periodistas iluminados que con cada declaración aumentan sus seguidores y vistas en las redes sociales. El cambio político depende en Venezuela de un milagro y eso en política y la guerra es complicado y difícil. 

Hay un mensaje claro de allanamiento en las horas chiquiticas con los asedios a la Embajada de Argentina en Caracas donde está refugiado el equipo de campaña inmediato de EGU y las rondas armadas amenazantes a la residencia de la anciana madre de MCM. Esos actos forman parte del diseño operacional del régimen que va un poco más allá de sembrar terror en ambos recintos. Se trata de reducir y anular cualquier decisión que llame a una movilización planificada, coordinada y vectorizada de calle por parte de aquella. La gente en la calle y los militares fuera de sus cuarteles, en ese orden, son el camino de salida del régimen. Ellos saben que eso es, a la manera de Bangladesh, el único camino viable que pone en riesgo su permanencia en el poder. Olvídense de intervención militar de Estados Unidos, de asfixia económica, de presión internacional, de órdenes de aprehensión de la CPI, de los mercenarios de Erick Prince y de las declaraciones inútiles y amenazantes de Marco Rubio, de Rick Scott, o de María Elvira Salazar; de los comunicados insípidos de la ONU y de la OEA. La solución es vernácula y pasa por ensamblar la presión de la gente en la calle y propiciar un pronunciamiento de la FAN tipo 11A. Sobre eso obviamente habrá daños colaterales. Cuando eso ocurra, las hordas rojas entrarán a la Embajada de Argentina y a la residencia familiar en Los Chorros. Ustedes saben lo que eso significa y cómo debería afectar a MCM.

Las 3:00 de la tarde fue la hora en que mataron a Lola. Puede representar el mismo día el 10E el momento de los clavos de MCM y EGU en persogo. Sin embargo, en abono de los resultados factibles para la recuperación de la democracia en Venezuela y de cobrar la factura del 28J aún hay tiempo de hacer una apreciación de la situación de conducción y tomar nuevas decisiones que se conviertan en un plan, y el milagro tome formato de realidad. Ese diseño debe tomar como referencia la juramentación de EGU el 10E y, otros tiempos anteriores y posteriores por la posibilidad que dispone el régimen de generar violencia de salida, inestabilidad e ingobernabilidad durante la provisionalidad del régimen entrante y garantizarse un retorno al poder de la manera más rápida y expedita al estilo también del 11A. Ellos tienen planes para eso y lo han ensayado desde hace 20 años. También los tienen para recuperarlo inmediatamente. 

La solución está dentro del país con la gente movilizada y con la FAN en un rol protagónico antes, durante y después del cambio político. Bangladesh recientemente y los eventos que están en pleno desarrollo en Siria, muy bien pueden ilustrar y servir de referencia de que cuando se pone el foco en el objetivo del plan y no hay dispersión, la meta se alcanza.   

La hora nona de la crucifixión va rodando en el reloj político venezolano detrás de MCM con sus secuelas hacia EGU y el milagro de la resurrección no aparece aún. De ella y sus decisiones depende que las manecillas de ese reloj la alcancen a las 3:00 de la tarde. Como a Lola.