Quienes han leído uno que otro libro de la historia universal, saben a qué me refiero. Aunque las circunstancias no siempre sean las mismas, tienden a reeditarse. Es un simple comportamiento de algún modelo matemático desconocido que se adapta a la historia.
La curva de Gauss es cíclica. El movimiento de los planetas alrededor del Sol, así como del Sol alrededor del centro de la galaxia, es cíclico. El comportamiento cíclico de los electrones en la cuántica o del comportamiento hidrológico del agua está comprobado. No pretendo llevar este artículo a un nivel de entropía suficientemente válido, porque no me refiero a eso.
Hablemos un poco de las decisiones en cuanto a política y Estado.
Quizás no haya sido muy leído mi razonamiento cuando hice público un artículo apoyando la decisión de los entonces recién electos gobernadores por la oposición en 2017: Laydy Gómez, por Táchira; Ramón Guevara, Mérida; Antonio Barreto Sira, Anzoátegui; Alfredo Díaz, Nueva Esparta y Juan Pablo Guanipa, por Zulia, que no quiso juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente en ese momento. Lo hice pensando en la frase «París bien vale una misa».
La frase expresada -no confirmada- por Enrique IV, sintetiza en forma pragmática su decisión pública de un cambio en creencias religiosas, para obtener la Corona de Francia es ejemplar: “París bien vale una misa” es un aforismo histórico del recurso retórico en pos de la consecución de poder ante situaciones complejas, pensando siempre en el beneficio que puede generar una postura no acorde con nuestros principios, pero que redundaría en elevados beneficios colectivos.
No muchos entenderán esto. Menos la apología histórica que les entregó.
Louis Auguste. Luis XVI. Duque de Berry. Rey de Francia y de Navarra. Copríncipe de Andorra. Delfín y rey de los franceses antes del absolutismo. Monarca absoluto, y primer monarca constitucional que conjugó su salvación política con las esperanzas de una intervención extranjera, fue ejecutado. Jamás pudo interpretar que fue él mismo quien condujo a las masas a rebelarse.
Un conjunto de variables como crisis financiera, deudas, impopularidad del antiguo régimen, dio como resultado una fuerte oposición a la aristocracia francesa y a la monarquía absolutista, de la cual Luis era cuota parte.
La Toma de Bastilla, donde el indeciso por el conservadurismo Luis XVI optó por la legalidad. Legalidad que fue percibida por el pueblo francés, como un representante simbólico de la misma aristocracia que no querían en el poder.
Es solo historia universal.
@CarluchoOJEDA