OPINIÓN

La guerra entre Israel e Irán: una lógica diferente a todo lo que antes se observaba en Oriente Medio

por Jonathan Benavides Jonathan Benavides

En América Latina, los todólogos tienen enormes dificultades para analizar lo que sucede en Oriente Medio. No es para menos a su gigantesca ignorancia suman los criterios progres del wokismo. Así expresan cosas tales como: Israel no debe escalar, pues al hacerlo sólo incentiva la guerra; Israel está aislado en Oriente Medio y sus acciones sólo incrementan esa situación; Israel no está dispuesta a reconocer el derecho de los palestinos y eso genera la guerra; Las naciones árabes se hartarán de Israel y se unirán para derrotarla.

Lo anterior es poco más que un compendio de las sandeces que el progresismo suele expresar a la hora en que se refieren a Oriente Medio. Claramente su ignorancia les hace errar por mucho lo que realmente sucede en esa región del mundo. Cosas que los progres son incapaces de entender de Oriente Medio: Hace ya décadas que Israel no es visto como un Estado que nadie desea, para ser observado como la potencia regional que puede aportar seguridad y posibilidades de desarrollo para todos; Son inexistentes las oportunidades que una coalición de naciones árabes se conforme para destruir a Israel como sucedió en 1973.

Por lo expresado anteriormente, la denominada “causa Palestina” hace años que es observada con enorme preocupación por las naciones árabes: se los considera una fuente permanente de desestabilización a la paz que rige en toda la Península Arábiga, con excepción de Yemen y el resto del Oriente Medio. Los palestinos de hecho viven una larga “guerra civil” que enfrenta a las facciones de Al Fatah, que preside la Autoridad Nacional Palestina, con Hamas, que desde 2006 ejerce un control tiránico de la Franja de Gaza. Este aspecto de la situación Palestina es poco mencionado por el progresismo occidental, les resulta inasible a sus miradas propias de diletantes.

En esa situación de “guerra civil” debe de agregarse que la radicalización de los movimientos palestinos ha avanzado mucho. Aspiran a un imposible: destruir a Israel (bueno, convengamos que los progres de Occidente piensan la misma estupidez, pero evidenciando sus problemas para la geografía básica). El conflicto principal en Oriente Medio no es como 50 años atrás la aceptación del Estado de Israel, sino la voluntad de los ayatolas iraníes de hacerse del control de toda la Península Arábiga, absolutamente toda ella.

Ese conflicto es totalmente diferente al de décadas pasadas porque su naturaleza no implica a Israel exclusivamente sino a muy poderosas naciones como Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Estos observan a Israel como el único actor con voluntad para contener a Irán. Saben que Estados Unidos. ha abandonado Oriente Medio hace muchos años y simultáneamente perciben, como ustedes mis lectores, que Washington ha perdido credibilidad estratégica de manera dramática. El “estadista” Biden, ese ídolo de algunos opinadores, no ha respondido militarmente a los ataques que permanentemente sus tropas en Irak y Siria reciben de fuerzas iraníes. En su enajenación de la realidad, el progre occidental cree que escuchar juntos una canción de Joan Báez o “Imagine” de John Lennon mientras con sus celulares generan luces al compás de la música, son herramientas útiles para que alguien como los ayatolas olviden su intención de destruir Israel, Emiratos, Arabia Saudita y por qué no que los muy “racionales” Hermanos Musulmanes controlen Egipto. Les juro no tengo herramientas para la crónica estupidez del progre occidental.

Los progres que en Occidente pululan, serían solo un hato de mononeuronales hasta simpáticos si no fuese que su crónica estupidez y total rechazo a la realidad, hace que promuevan a los que quieren destruir a Occidente. Sólo un verdadero imbécil puede creer que los ayatolas son “hombres del progresismo” o que Hezbolá es cuasi una ONG islámica. En ese sentido el progre occidental opera como un aliado de muy peligrosas causas. En general los estúpidos descubren su equivocación en algún momento en que la sensatez llega a sus frágiles almas o bien cuando han sido esclavizados. En cualquier caso llegan tarde a todo siempre.

¿Cuánto dilatará Israel su ataque a Irán?; no creo totalmente que la “demora” sea responsabilidad militar. Tiendo a pensar que todo pasa por hasta qué punto Israel quiere afectar al régimen iraní y en ese sentido la repercusión política en naciones como Estados Unidos. Recuerden lo que he venido manifestando muchas veces: el “estadista” Biden (seamos claros el tipo no conduce nada, me refiero a los que realmente deciden allí) está aterrorizado que una escalada desestabilice las posibilidades que Kamala Harris y el resto del wokismo del Partido Demócrata accedan al poder. El temor se centra principalmente en una escalada sin techo del precio del crudo hoy en un promedio de U$D 72 el barril (tomando el WTI, el Brent y el Murban).

Imaginen el salto que puede tomar si Irán perdiera la posibilidad de producir o exportar su petróleo. Un petróleo “caro” genera un ambiente de extrema preocupación en el ciudadano promedio de Estados Unidos y este achaca al gobierno de turno que tenga que pagar su galón más caro: vota a otro. Estoy convencido de que una contundente respuesta israelí dirigida al régimen iraní, sea la misma como una decapitación o una severísima afectación de recursos estratégicos como el petróleo o la industria nuclear, obrará como un poderoso sedante a las ínfulas de los ayatolas; Veremos.

Las recomendaciones acostumbradas semanales de mi “inútil biblioteca”: EL NEGOCIO DE LA GUERRA por George Thayer, es un estudio revelador sobre el tráfico internacional de armamento, vasto negocio cuyas consecuencias finales son la guerra y la muerte. Un estudio de los aspectos políticos y financieros y de las personalidades que mueven este tráfico entre bastidores, desde pequeños empresarios hasta el gran andamiaje a nivel intergubernamental, que puede modificar las políticas de los países, derrocando regímenes, causando guerras o llevando a países a la quiebra. Un negocio sin ética, ni piedad que mueve una cantidad impresionante de dinero cada año; LAS NUEVAS GUERRAS por Mary Kaldor, en este innovador análisis, Kaldor sostiene que, en el contexto de la globalización, lo que concebimos como guerra, es decir, una guerra entre Estados en la que el objetivo es infligir la máxima violencia, se está convirtiendo en un anacronismo. En su lugar ha surgido un nuevo tipo de violencia organizada, que la autora denomina nueva guerra, que puede definirse como una mezcla de guerra, crimen organizado y violaciones de los derechos humanos a gran escala. Los intereses son tanto internacionales como locales, tanto públicos como privados. Se lucha por objetivos políticos particulares y se emplean tácticas de terror y desestabilización que, en teoría, están prohibidas según las reglas de la guerra moderna. Estos conflictos enfrentan, más que a los sectarismos entre sí, a éstos con una concepción cosmopolita del mundo, que es la auténtica víctima. Por otra parte, estas nuevas guerras generan y se sostienen gracias a una economía sumergida y criminalizada; GUERRA Y POLÍTICA, por Bernard Brodie, un ensayo sobre la teoría y la práctica bélicas, Brodie toma como protagonista de su libro a los Estados Unidos, y como su primer objeto de análisis las cuatro guerras que ese país ha librado en el curso del siglo XX: las dos Guerras Mundiales, la de Corea y el dramático episodio de Vietnam; PAZ Y GUERRA ENTRE LAS NACIONES por Raymond Aron, en este libro analiza las relaciones internacionales entre las potencias políticas y económicas en el periodo de la guerra fría. En este análisis da cuenta de que al finalizar la segunda guerra mundial surgieron dos superpotencias: Estados Unidos y la URSS, que se disputaban la hegemonía de la política internacional. Esta rivalidad generaba tensiones entre las superpotencias y entre los países miembros de los bloques, ya que la paz era inestable y en cualquier momento era posible el estallido de una guerra nuclear con resultados catastróficos.

@J__Benavides