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La guerra en Apure y la distracción del Koki

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Apure frontera

Foto: Archivo

 

 La distracción del Koki

Para algunos analistas las FARC y el ELN desarrollan una guerra silenciosa, un silencio que quizás le atribuyen porque no se realiza en las regiones centrales del país. Lamentablemente la prensa y la inmensa mayoría de los periodistas han sido cautivados por el desarrollo de los enfrentamientos en los que resultó abatido Carlos Luis Revete, alias el Koki,  delincuente que azotaba Caracas y el propio régimen, el ministro Reverol, le invitaba abiertamente a Miraflores para acordar mecanismos de paz.

Siendo el régimen de Nicolás Maduro un promotor de la violencia, decidieron amnistiar al Koki, otorgándole nuevos espacios para crear sus círculos violentos, donde su ley es la única autoridad, al mismo tiempo que perseguían y judicializaban a políticos de oposición y defensores de los derechos humanos, como el caso del Dr. Javier Tarazona, coordinador general de la ONG FundaRedes, que además sostuvo una línea comunicacional acertada en los conflictos que se suscitaron desde marzo de 2021 entre el Décimo Frente de las FARC y la FANB.

“Casualmente”, cada vez que se presenta un conflicto en la frontera aparecen el Koki y las acciones de violencia en la capital del país, sumado ahora al asesinato de un niño de un año en los brazos de su madre, en una embarcación de migrantes. Este último hecho perpetrado por la Armada de Trinidad y Tobago, gobierno que además es aliado de la tiranía venezolana. Su acción da para inferir sobre esa alianza que es para causarle sufrimiento, dolor y muerte al pueblo venezolano. El régimen solo emitió en pocas palabras unas débiles exigencias, que no van más allá de una escasa solicitud de disculpas, que fueron en ese mismo orden pronunciadas por el primer ministro, Keith Rowley, soslayando por completo la acción desproporcionada militarmente de la Armada de Trinidad y Tobago contra una débil embarcación de migrantes venezolanos en busca de esperanzas de vida y  libertad.

Con toda su habilidad, y poder mediático, el gobierno posicionó en el ideario colectivo que este delincuente se encontraba en Colombia, con un tejido importante de bandas. Señaló también al gobierno de Iván Duque de darle protección para desestabilizar a Venezuela, quedando al desnudo nuevamente que es el régimen venezolano el único que opera bajo las sombras de la articulación con los grupos delincuenciales, y que tiene el poderío suficiente para desmantelarlos en unas horas, siempre y cuando abandonen el redil político, siendo a su vez piezas útiles para crear elementos de distracción en medio de conflictos superiores, que conllevan al rechazo de la tiranía, no solo en el espectro local sino internacional.

La verdadera guerra se vive en Apure

El país no se ha enterado de las dimensiones de la guerra que se vive en su frontera, la FANB ha negado continuamente la existencia de las FARC y del ELN en territorio venezolano, y paradójicamente ahora se enfrentan en distintos puntos de nuestro territorio. La pérdida de soberanía es sin precedente y la actuación de las fuerzas militares no trasciende de videos acomodados, sin determinar con precisión efectos verdaderos que menoscaben la acción de estos grupos terroristas, que han obligado el desplazamiento de aproximadamente 2.000 ciudadanos apureños hasta El Vichada colombiano, cerca de 1.000 más de La Victoria hasta Arauquita, y aún no sabemos cuántos terminarán huyendo de El Amparo hasta el Departamento del Arauca colombiano.

El Estado venezolano miente al darles el nombre de Tancol (Traficantes Armados Colombianos), bien sabe que son las FARC, el ELN, la Segunda Marquetalia. Se cometió el error de permitírseles libertades desde todo punto de vista y con su poder económico sedujeron a grupos campesinos, civiles, políticos, militares, comerciantes, afectando la vida del país. Ahora se deben pagar las consecuencias de sus ramificaciones.

El general Hernández Larez publica en su cuenta de redes sociales acerca del desmantelamiento de minas antipersonas en nuestro territorio y la incautación de explosivos de fabricación colombiana, siempre intentando darle un matiz político a esta terrible realidad, y si lo tiene, es la responsabilidad histórica del régimen venezolano al concederle territorio a estos grupos. Recientemente dos campesinos de La Victoria perdieron la vida por una mina antipersona; son constantes las denuncias de escasez de cilindros de gas en estados como Barinas y Apure, y es que todos los que llegan a la frontera son utilizados para hacer bombas que han dejado innumerables víctimas con estas acciones despiadadas y terroristas.

El hecho de incautar 100 0 200 cilindros es importante, pero estos grupos tienen años llevando la delantera y minando el territorio apureño, minas que finalmente acaban con soldados venezolanos y campesinos, todos víctimas de una guerra sin ninguna necesidad. Este drama no acabará tan pronto y si no se activan mecanismos internacionales con rapidez, seguiremos teniendo victimas que lamentar por el desempeño absurdo de quienes ostentan el poder en Venezuela, que se han dado a la tarea de destruir todo a su paso.

El pueblo venezolano debe comprender que la violencia de las comunidades colombianas ya está aquí, hoy es Apure, pero en cualquier momento se presenta la violencia de las FARC de distintas formas en otros lugares de Venezuela. Es imperativo dialogar y establecer acciones para estabilizar el país y procurar la paz, pues en la guerra perdemos los ciudadanos.

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