Este tema va dirigido no a las formas verticales u horizontales de la distribución o constitución del poder, sino a las causas que originan esas líneas o formas geométricas del mismo; evocando a Euclides, todo geometriza; las ideas, las formas, las palabras, códigos y en general los símbolos, inciden y forman las organizaciones del poder, desde todas y en todas las dimensiones.
Según dice Diógenes Laercio, uno de los biógrafos de la escuela pitagórica, su fundador Pitágoras enseñaba que todo está sometido a peso, valor y medida; visto desde la perspectiva del poder, el Estado representado por la figura del presidente, primer ministro o monarca, está en la cúspide del poder total y puede ser tan benévolo o tirano como su consciencia lo determina.
En ese sentido ¿qué motiva a las personas a votar por un candidato y rechazar otro, a pesar que ambos sostienen las bases de un sistema de Estado, fundado en la condición de la concentración del poder? Las respuestas subyacen en el cúmulo de valores, informaciones, marcos de referencias, enseñados por el sistema de aprendizaje de cada nación de corte más o menos de orden global, paternalista totalitario.
Esto también explica por qué existan naciones, incluso épocas por las que las poblaciones se declinan por sistemas más democráticos que otros; las causas descansan en la filosofía, cosmovisión y religión en sí, universal, entendida ésta también de orden global a pesar de las formas que predominan en las poblaciones. Como se verá, nada es al azar, sino que, todo tiene sus causas anímicas, psicológicas.
Del sistema de enseñanza y aprendizaje va depender, no sólo del sistema democrático o no, el gobernante, la tiranía o poder de turno, sino la condición del poder, su elección, consolidación y sostenimiento; además de los posibles gobernantes en el tiempo.
Dicho de otra manera, del sistema de enseñanza junto a los marcos de referencias y sistemas de creencias, se puede hacer un balance de los potenciales candidatos y líderes con sus cualidades y políticas públicas, programas de gobierno a desarrollar qué le depara en el tiempo a una nación en específico y; de sus cambios para un sistema más democrático liberal o en retroceso a la tiranía, propinada por la propagación del estatismo, hoy de orden globalista. Esto también explica, además, porqué las naciones de sistemas tiranizantes, tales sistemas logran erigirse y consolidarse de manera que, pareciera sempiterna tal nefasta destrucción.
El sistema de gobernanza es lo suficientemente inteligente como para saber, la importancia de incidir en el aprendizaje de forma esencial, es por esa razón que la educación más que gratuita sea aún más de orden obligatoria para los miembros de la comunidad.
El sistema de creencias fundado en una serie de elementos, reglas, leyes y factores que convergen en la enfermedad del pasado; incide para que el individuo masa de manera directa, vote por sistemas estatistas, época tras época, anclados en los pactos y contratos sociales del pasado, no cónsonos con las libertades y derechos fundamentales de las personas.
Esto hace que la sociedad desde épocas remotas viva un constante choque psicológico y filosófico a la vez, entre el sistema de libertad ante un sistema de opresión, basados en modelos condicionantes de control político-económico del pasado que durante siglos no logran transformarse por modelos de libertad económica, propiamente humanas; debido al sistema de creencias, tradiciones, supersticiones, dogmas, costumbres y enseñanzas que son condicionantes en la domesticación de la sociedad, anclada a épocas ancestrales; por ello, es necesario, primero hacer consciencia de estas condiciones, creencias, para que así se pueda hacer un balance de los potenciales candidatos con sus cualidades y políticas públicas, programas de gobierno que le deparan en el tiempo a una nación en específico y de sus cambios para un sistema democrático liberal o prever así un retroceso hacia una tiranía propinada por la propagación del estatismo como política y sistema de enseñanza y aprendizaje global.