Al final todos tienen un poquito de razón, los que pregonan la fuerza y los que reclaman que la única vía es electoral y que lo demás es paja. Frente a estas posiciones surge la posibilidad de negociar, lo cual según el DRAE significa: Tratar asuntos públicos o privados procurando su mejor logro o tratar por la vía diplomática, de potencia a potencia, un asunto, como un tratado de alianza, de comercio, etc.
Es el punto a que llegan los aliados del sector mayoritario que quiere el cambio: Estados Unidos, China, la Unión Europea, el Grupo de Lima y del lado del régimen, Maduro ofreciéndose con mucho cinismo. Entonces, hay que comenzar a preparar la estrategia.
Los temas parecen obvios, cómo negociar sin trampas ni agendas traidoras, qué negociar y, por último, con quién negociar. Como ciudadana del montón, lo primero que haría es un conteo de fuerzas de los involucrados, conocer su consistencia y envergadura, lo que haces ante cualquier evento de esa naturaleza hasta en el ámbito doméstico. Para Sun Tzu en la guerra lo ideal “es vencer sin luchar”, una primera idea con la que estamos de acuerdo; pero su segunda: “la guerra se basa en el engaño y la confusión del enemigo”, hay que execrarla, porque es una negociación no una guerra.
En la negociación realmente hay que tratar por todos los medios de vencer sin luchar, pero huir con igual coraje de la posibilidad de engañar al otro, porque engañar en este caso es trampear al país. Este libro milenario recomienda entonces vencer sin luchar, que puede ser una acepción de negociar y nos lleva a reflexionar sobre el error de tratar de engañar.
En un segundo momento es imprescindible reconocer el respaldo de cada uno de los negociadores. Al régimen la lista salta de inmediato, en primer lugar el régimen cubano que ha logrado mantener en pie una dictadura de más de medio siglo, aplicando todos los trucos y la represión posible. Luego, el soporte de las FANB que parece diluirse ante las derrotas y errores de su máximo jefe, Vladimir Padrino.
Este sujeto ordenó desactivar los grupos paramilitares formados por civiles armados y ni siquiera Remigio Ceballos, su segundo al mando, retransmitió la orden. Hoy los colectivos ejercen como dueños de la violencia del Estado, arremeten armados y sin pudor ante la mirada atónita de la GNB o con su complicidad. Una segunda falla del comandante de las FANB es su abierta y descarada violación de la Constitución cuando se declara a favor del socialismo, negando la esencia de los artículos 328: “La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento”; y 330: “Los o las integrantes de la Fuerza Armada Nacional en situación de actividad tienen derecho al sufragio de conformidad con la ley, sin que les esté permitido optar a cargo de elección popular, ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político”. Lo que ha sido práctica abusiva de Vladimir Padrino actuando como militante del chavismo, arengando a las tropas en nombre de la ideología comunista se convierte hoy en una de sus principales debilidades. Entonces, el apoyo de los que ejercen la violencia se basa para el régimen en el uso de la violencia incontrolada de los colectivos y no de las legítimas FANB, ¿fortaleza o debilidad?
Es necesario ver de forma totalmente objetiva con qué recursos cuenta el régimen para responder a la debacle económica, no solo materiales sino ahondar en el arsenal de triquiñuelas ideadas por los cubanos y por Cabello, del tipo de intentar apoderarse de la AN con base en el chantaje y la compra de secuaces y luego del fracaso de la operación, calificar el evento como un fraccionamiento de la oposición (aunque sea evidente que ellos financiaron) o nombrar un TSJ a medianoche con plazos vencidos y personas sin calificativos para ejercer como jueces al igual que descalificar a la AN con base en mentiras imposibles de probar y otras trampas del mismo calibre. El inventario del contrincante en esta negociación es imprescindible, no valen las sorpresas, caer por inocente o confiar en un adversario con capacidad ilimitada de mentir, engañar y hasta asesinar por lograr su objetivos.
Del lado de la fuerza del cambio hay que hacer un acopio de energía para superar lo que han llamado infantilismos de izquierda, ningún país va a traer la pizza, harto lo han declarado, no tenemos armas, ni cuerpos armados en el interior del país, somos la gran mayoría que aspira al cambio, pero desarmada, ¿debilidad o virtud?
Hay que revalorizar la fuerza del voto porque está a nuestro favor, si vencemos la resistencia abstencionista que puede ser endiabladamente rabiosa (lo he vivido). Además, ya conocemos las triquiñuelas electorales, allí no pueden engañarnos. Pero tenemos que vencer las diferencias en nombre del país, lograr una unidad que exprese nuestra fuerza, acordar objetivos claros en la negociación. Recuerdo el consejo de amigos mexicanos para vencer al PRI después de 70 años de dominio absoluto. Solo lucharon por la limpieza del organismo electoral, fue su objetivo único y se impusieron.
Necesitamos la fuerza para negociar, si lo logramos venceremos, sin duda alguna.
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