Existen historias difíciles de creer, hay otras que son muy complicadas de entender, pienso que la historia de Rubén Gallego es difícil de creer y algo complicada de entender, y sin embargo, también creo que es de esas historias que son verdaderas lecciones de vida, una prueba del valor humano, del coraje por vivir sin importar qué circunstancia adversa se presente ante nosotros, ya que es una lección que a nadie deja indiferente, lo que le brinda una sencillez brutal.
Pero antes de hablar sobre la vida y obra de Gallego, debo sortear mis propias palabras y decir que, sobre lo difícil y complicado, existe lo maravilloso y extraordinario que tiene en especial este autor, y eso es lo que hace más digerible esta historia que no pretende credibilidad en la verdad misma, ni entendimiento en la razón propia.
Rubén Gallego es un escritor ruso de origen español, nació en la ciudad de Moscú en 1968 en la clínica del Kremlin, fue mellizo, pero su hermano mayor murió a los pocos días y él se vio afectado por una severa parálisis cerebral, que lo llevó a ser confinado en un hospital, hasta que fue apartado de su madre para que posteriormente fuese criado en distintos orfanatos de la Unión Soviética, considerado un vil desecho de la humanidad.
Y así como Rubén Gallego ha tenido que suavizar el tono en sus relatos, de igual modo yo suavizo mis palabras, pero sin dejar a un lado el horror que el escritor debió soportar desde el momento en que indefenso tuvo que enfrentarse a la naturaleza humana que lo rodeaba y a la propia adversidad física con la que nació.
A la edad de año y medio, Rubén Gallego debió soportar la crueldad humana al ser separado de su madre –Aurora Gallego, hija del dirigente prosoviético del Partido Comunista de España en el exilio, Ignacio Gallego–, a ella se le dijo que su pequeño había fallecido debido a las complicaciones que presentaba en su salud, y él, aún sin tener conciencia de su situación, ya se encontraba solo en circunstancias adversas ante un panorama nada alentador.
Por lo complejo de su padecimiento, no podía mover su cuerpo, por esta razón fue asignado a un asilo de ancianos adonde abandonaban a los minusválidos clasificados como incapaces de desarrollar un oficio; durante sus años de niñez y juventud únicamente logró mover un dedo de una de sus manos, a través del cual aprendió a expresarse.
La movilidad de uno solo de sus dedos lo motivó para aprender a escribir a través de un teclado de computadora, lo que le permitió teclear decenas de veces sus ideas y llevarlas a la palabra escrita, muy pronto esto le ayudó para escribir una novela que registra los años que vivió en los distintos orfanatos de la extinta Unión Soviética.
Es así como escribe su primer libro, Blanco sobre negro, una magistral novela escrita con un solo dedo, obra que es el resultado de la fuerza de voluntad de un hombre que nunca estuvo dispuesto a rendirse a la adversidad que la vida le planteó. Esta novela ha sido editada en diecisiete países, ganadora en 2003 del Premio Booker ruso y que narra una historia de superación producto del daño y el horror de una enfermedad.
Cabe mencionar que, Gallego ha logrado tener una movilidad mayor en su cuerpo, excepto en las piernas, pero esta discapacidad no le ha sido impedimento para alcanzar otros logros como el licenciarse en Derecho e Informática, una muestra fehaciente de su capacidad de superación.
Además de Blanco sobre negro, Rubén Gallego ha escrito más recientemente la novela Ajedrez, en la que retoma su experiencia, pero esta vez, con un magistral juego intelectual cargado de valores históricos, sociales y humanos.
Sin lugar a dudas, la literatura de Rubén Gallego es una literatura que posee un estilo ácido, inteligente y capaz de elevar el alma humana por encima de su propia naturaleza.
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