OPINIÓN

La FANB chavista no está en condiciones de enfrentar a Guyana

por Humberto González Briceño Humberto González Briceño

Para entender la naturaleza de las acciones que toma el régimen chavista y descifrar cuál es su verdadera intención lo que nunca hay que perder de vista es que siempre sus planes y programas buscarán asegurar la permanencia del Estado chavista al precio que sea. Si esta noción de “al precio que sea” no se tiene clara se puede caer en dispersiones, divagaciones y hasta en contradicciones como las que hoy acosan a la falsa oposición venezolana. Una falsa oposición prisionera de sus propias fantasías y clichés según los cuales con una combinación de incentivos y amenazas creíbles el chavismo accedería, algún día,  a entregar el poder.

Los últimos movimientos del régimen chavista, después del referéndum del Esequibo, efectivamente apuntan a una estrategia que en el mediano y, eventualmente, largo plazo el objetivo ulterior es usar el conflicto con Guyana como una justificación para suspender o posponer legalmente las elecciones que estarían programadas para el 2024.

La reunión entre Irfaan Ali y Nicolás Maduro terminó con una declaración retórica y diplomática de ambos mandatarios comprometiéndose “…a continuar con el diálogo sobre cualquier otro asunto pendiente de importancia mutua y a abstenerse ya sea de palabra o de hecho, de intensificar cualquier conflicto o desacuerdo derivado de cualquier controversia”.

En los días siguientes Vladimir Padrino López, ministro de Defensa de Venezuela, en otro ejercicio retórico manifestaba su complacencia con la declaración y agregaba que las “FANB estaban preparadas para cualquier escenario en disputa con Guyana” sugiriendo, por supuesto, que las fuerzas militares venezolanas tendrían la capacidad para asumir un enfrentamiento bélico de estas características.

Sin embargo, el régimen chavista y su ministro de la Defensa saben perfectamente el tipo de fuerza armada que tienen. Esta es una Fuerza Armada diseñada para imponerse por la fuerza sobre la población civil desarmada y no para defender las fronteras ni el territorio de Venezuela. El precio que paga el chavismo por tener una Fuerza Armada incondicional es tener a su vez un cuerpo desprofesionalizado, plagado de corrupción, y desmoralizado, todo lo cual afecta sensiblemente su capacidad de operar sobre todo en una situación para la cual jamás estuvo preparada.

El coronel José de Jesús Gámez Bustamante, preso político militar del régimen chavista, explica con claridad los dos aspectos fundamentales, desde la doctrina militar, en los cuales falla dramáticamente las FANB chavistas.

1) APRESTO OPERACIONAL. Esto implica el comprobado potencial del armamento bélico. Según el Coronel Gámez Bustamante “La FANB no cuenta con sistemas de armas para enfrentar ni por minutos a una potencia como Los Estados Unidos. El gobernante más inepto, incapaz, ignaro e infame de la historia republicana de Venezuela, como fue Hugo Chávez, para nada modernizó al estamento militar. El equipo adquirido a Rusia, proviene de la chatarra bélica empleada por los rusos en Afganistán. El armamento adquirido a China es prácticamente desechable”.

2) PODER RELATIVO DE COMBATE. Esto implica el número de efectivos combatientes, su adoctrinamiento, su adiestramiento y su voluntad para combatir, además el contexto logístico y financiero. Sobre este punto el coronel Gámez Bustamante agrega: “El soldado venezolano, es lo más cercano a un indigente, motivado a que el servicio militar obligatorio no es forzoso sino por convicción, tal como debe ser. Pero la fallida revolución para nada despertó, en más de 23 años usurpando el poder, los valores patrios tales como servir a la patria cumpliendo con el servicio militar”.

Las observaciones del coronel Gámez Bustamante sobre una Fuerza Armada que hace alarde de poder enfrentar a Guyana y su alianza militar internacional, no son más que la constatación de la profunda crisis que atraviesa ese cuerpo militar. Esta crisis se expresa en el alto número de bajas y deserciones, la cantidad alarmante de suicidios y de asesinato de oficiales sin determinar responsables, los accidentes letales por el uso de material y equipo militar inservible y hasta la situación depauperada y miserable en que se encuentra la mayoría de los oficiales y tropa que son alentados por sus superiores que se rebusquen y se conviertan en emprendedores para mitigar el estado de indigencia.

Una Fuerza Armada de estas características no está en condiciones de enfrentar a Guyana y su alianza militar internacional. Pero este grado de desmantelamiento y deterioro no es ningún secreto para los operadores del régimen, ni para el propio Padrino López. Ellos saben que, más allá de las declaraciones altisonantes, lo que está en juego no es la recuperación del territorio Esequibo, el cual ellos ya dan por perdido, sino la permanencia del chavismo en el poder.

El chavismo intentará hacerle creer a propios y extraños que está dispuesto a ir a la guerra por el Esequibo, pero ellos más que nadie saben que, al menos por ahora, no habrá tal guerra sencillamente porque las fuerzas militares venezolanas no están en condiciones. El argumento de la guerra será relativamente útil para que el chavismo suspenda o posponga la farsa electoral de 2024 por un tiempo.

Pero una vez producida la inminente sentencia de la Corte Internacional de Justicia mutilando ese territorio a Venezuela, como resultado de una infame coalición de intereses contra Venezuela y la negligente e irresponsable gestión del chavismo en la materia, ya entonces el régimen no podrá esconderse tras la retórica ni continuar evadiendo sus responsabilidades. Ese sería el único escenario en el cual el chavismo se vería obligado a tratar de impedir por vía de fuerza la ejecución de una sentencia que sería respaldada militarmente hasta por países que hoy son aliados del régimen.

Sobre este contexto hipotético, pero altamente plausible, es sobre el cual los oficiales y comandantes de la actual FANB chavista deben decidir si prefieren cambiar su comandante en jefe hoy o esperar 1-2 años, cualquiera sea el momento en que la Corte Internacional de Justicia tome su decisión.

@humbertotweets