Venezuela atraviesa la etapa más complicada de su historia: cercada por una dictadura, con un éxodo sin precedentes y sufriendo el rechazo de varios países que han sucumbido ante las propuestas del régimen con tal de recibir beneficios petroleros. Todo el trabajo que se había logrado en estos años se ha desmoronado ante la mirada atónita de millones de venezolanos que han puesto sus sueños y su vida al servicio de una causa que fue traicionada por varios de los políticos de la llamada «oposición».
Hoy el camino del país luce incierto, todo apunta a que cada vez más naciones seguirán el ejemplo de la administración Biden y terminarán por irle abriendo las puertas a Maduro para “legitimar” una dictadura manchada con la sangre de millones de inocentes.
No es sencillo salir de una dictadura cuando la mayoría de los líderes de oposición están del lado del tirano, juegan a confundir al pueblo y blanquean la imagen del opresor prestándose a farsas electorales y sentándose a dialogar con quien no tiene ningún respeto por la vida; son cómplices de un genocidio.
En esa obra macabra que está teniendo lugar en Venezuela, el régimen ha diseñado toda una fachada de supuesta mejora económica en la que algunos artistas e influencers se han prestado a participar. Al margen de las banalidades de ese show mediático sigue existiendo uno de los más grandes dramas de este siglo: un país secuestrado por una organización criminal.
La dictadura venezolana cuenta con una sólida chequera a costa del erario público, que le permite tener bastantes aliados asegurados.
Hoy el mayor obstáculo es no dejar que el mundo olvide que en Venezuela no hay democracia. Cada vez más medios le han dado la espalda a la causa de la libertad, gracias a los mensajes contradictorios que dieron los pésimos seudolíderes políticos que tenemos, quienes pasarán a la historia como los traidores más grandes de la historia nacional.
Por otra parte, ya ni siquiera muchos YouTubers quieren hablar del drama de Venezuela porque con ese tema no monetizan mucho dinero porque las reproducciones venezolanas no generan tantos ingresos como las de otras naciones. Muchos de ellos prefieren hablar del problema de Ucrania. En este panorama nuestra patria sigue resistiendo.
Los venezolanos siempre han sabido echar para adelante aún en medio de la adversidad, hoy nuestra gente sigue ansiando un cambio. Por encima de todos los reveses y el olvido mediático e internacional no hay mal que dure cien años. El pueblo está resuelto a encontrar la manera de retomar su libertad elevándose por encima de la mediocridad partidista de quienes voltearon la mirada para no ver lo que está ocurriendo, el tiempo pondrá las cosas en su lugar y nuestra Venezuela volverá a brillar y será más grande y próspera que nunca antes.
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