Lo que benefició a Donald Trump en las elecciones de 2016 ahora lo está ahogando. Las encuestas colocan que, en este momento, tiene 205 votos de los colegios electorales seguros, mientras que Joe Biden tiene 232; como es conocido, el primero que alcance el número mágico de 270 se convierte en el presidente electo de Estados Unidos.
De los 50 estados que eligen al presidente de los norteamericanos, 6 están en disputa, estos son: Michigan (16 votos), Wisconsin (11 votos), Florida (29 votos), Pensilvania (20 votos), Carolina del Norte (15 votos) y Arizona (11 votos).
De todos los escenarios que podemos considerar, vemos mucho más lógico que Biden se convierta en el presidente de Estados Unidos; pero, como saben, en las elecciones de esta gran nación es muy difícil predecir qué pasará y más sin haber empezado la campaña oficialmente.
Basándonos en proyecciones de todas las encuestas, podemos determinar 3 escenarios posibles.
Empezaremos con el más inviable, pero a la vez más extraordinario. El día de las elecciones podría ocurrir un empate técnico y se tendría que elegir al presidente en el Congreso y no a través del voto. Este resultado ha ocurrido en otras ocasiones; si recuerdan mi artículo de las elecciones de 1824, se acordarán.
Si en noviembre, Wisconsin, Arizona y Michigan votan por Biden, y Carolina del Norte, Florida y Pensilvania votan por Trump, tendríamos un empate de 269 votos para cada candidato y no habría mayoría. En este caso, la Cámara baja (Representantes) del Congreso elegiría al presidente de los Estados Unidos y la Cámara alta (Senado) elegiría al vicepresidente. La constitución de las cámaras nos daría a un presidente demócrata y a un vicepresidente republicano; esto debido a que la Cámara de Representantes está constituida por mayoría demócrata y la Cámara del Senado por republicanos. Este escenario es posible únicamente con 5% de probabilidades, pero tendrían que entrar en juego muchos factores.
Para que la victoria sea de Trump, tiene que lograr consolidarse en Pensilvania y Florida, no hay otra opción. La campaña de Trump debe destinarse a la franja Este de los Estados Unidos para lograr cumplir con estos objetivos y conquistar el voto latino en sus alocuciones. Temas como el de Venezuela y Cuba serán de gran importancia para esta campaña republicana. Tanto así, que vimos esta semana cómo se han manipulado unas declaraciones donde ubican a Trump del lado de los dictadores y Biden con mensajes en contra de la dictadura en Venezuela. Pero ganando Pensilvania, Florida y Carolina del Norte no le daría la victoria; tendría que conquistar Arizona, que en las últimas elecciones les ha dado el apoyo a los republicanos. La estrategia del actual presidente está clara: a por el voto latino y a por el voto de la franja Este de Norteamérica.
La posible campaña republicana:
1.- Consolidar un movimiento más real contra el régimen de Venezuela.
2.- Un vicepresidente con raíces hispanas, como Ted Cruz o Marco Rubio. Personalmente, elegiría a Marco Rubio, por ser un gran defensor de los derechos de los venezolanos y cubanos y por ser de Florida, lo que constituiría una gran alianza electoral para noviembre 2020.
3.- Dirigir sus discursos al electorado del Este, en horario estelar y con grandes mensajes de unión, fuerza y de rescate económico tras el coronavirus.
4.- Culpar a otras naciones de lo que está ocurriendo en Estados Unidos con el covid-19. Mensajes como: “El país venía muy bien hasta que nos lanzaron este virus”, “no teníamos información clara de la Organización Mundial de la Salud”, podrían lograr desvincular las culpas de la administración y llevar al electorado a creer en estas situaciones.
Las probabilidades de que esta victoria se materialice, al día de hoy, son de 30%. Existen grandes probabilidades de que en febrero de 2021 Trump deje de ser el presidente de Estados Unidos.
El tercer escenario y, al día de hoy, el más probable, es la victoria de Joe Biden frente a Donald Trump. La campaña de Biden, podría darse el lujo de perder en la Florida y en Pensilvania si logra conquistar los otros 4 estados. Si logra sumar Arizona, Wisconsin, Michigan y Carolina del norte obtendría 284 votos electorales que podrían colocar a Biden en la oficina oval en el invierno.
La posible estrategia demócrata:
1.- Seguir con la presión de los afroamericanos, que debilita el apoyo a Trump.
2.- Lograr consolidar los apoyos en el Norte, con un acercamiento más personal.
3.- Una vicepresidente afroamericana como Stacey Abrams, Michelle Obama o Kamala Harris para conseguir el apoyo de la comunidad afroamericana y conquistar el voto femenino.
4.- Hablar poco. Lo malo de Biden es que se le notan más los años que a Trump; hablando mucho en público, muestra una fatiga importante y unos deslices poco controlables en sus respuestas. Si logra aparecer mucho y hablar poco, se convertirá en el presidente número 46 de los Estados Unidos.
Hoy en día, Joe Biden es el candidato que tiene más probabilidades de convertirse en el presidente electo, con 65% de intención del voto.
Veremos una campaña emocionante, llena de innovación y con gran presión para ambos candidatos. Los debates serán claves y la lucha por los titulares será impresionante. Seguiremos evaluando la ruta a noviembre.
Para mayor información sobre las encuestas en tiempo real, te recomiendo entrar en el siguiente enlace: https://edition.cnn.com/election/2020/presidential-polls que es donde se encuentra la información más actualizada y la que utilizo para el análisis.