OPINIÓN

La estrategia china

por Alberto López Núñez Alberto López Núñez

Hace unos días el amigo y gran promesa de líder conservador Andreas Althoff me hizo llegar un resumen de un extraordinario libro Unrestricted Warfare, publicado en 1999 por los coroneles chinos Quiao Lang y Wang Iangsu. En él estos oficiales de la inteligencia china describen la estrategia de “guerra irrestricta” de China, me propongo hacer una sucinta descripción de tal estrategia.

Como preámbulo señalan los autores que la guerra moderna consiste en “usar todos los medios, incluyendo fuerza armada o no amada, así como medios letales y no letales para obligar que el enemigo acepte los intereses de uno”. Destacan el uso de la tecnología como el instrumento esencial de la nueva estrategia: «La tecnología está haciendo lo máximo para extender el contemporáneo campo de batalla hasta un grado que es virtualmente infinito… Incluso el último refugio del ser humano -el mundo interior del corazón- no puede evitar los ataques de la guerra psicológica”.

Queda pues claro de entrada la importancia de la tecnología en la lucha por el poder mundial y le da razón a Trump en enfocarse en esta área en su enfrentamiento con el rival chino; mientras que Obama en sus ocho años de gobierno, dejó que China tomara la delantera tecnológica por su buenismo frente al enemigo y Biden que fue segundo al mando en ese gobierno continuará con esa tónica, Trump se apresta a consolidar su estrategia de contención del gigante chino en donde este ha concentrado sus esfuerzos y está ganando: la tecnología.

Este avance tecnológico es tan primordial que los autores aseveran que: “En la era informática, la influencia ejercida por una bomba nuclear es quizás menor que la influencia ejercida por un hacker. Más letales que los hackers y una amenaza más grande en el mundo real son organizaciones no estatales cuya simple mención ya causa temor en el mundo occidental”. Vaya que oración tan devastadora, estamos bajo un nuevo paradigma estratégico en el cual se minimiza la amenaza nuclear y se potencia al hacker y sí a las organizaciones de Soros, por ejemplo, Soros es más temible que una bomba nuclear. Los autores así lo explicitan “juzgando bajo estos estándares, ¿quién puede decir que George Soros no es un terrorista financiero?” Eso lo era en los noventa, hoy en día su radio de acción se ha expandido y Soros es un terrorista social y político, además de económico.

Los autores chinos señalan una amplia gama de guerra no convencional: comercial, financiera, guerra “estilo fundación”: “podemos ver claramente el papel que desempeñan varios tipos de fundaciones instaladas por grupos transnacionales y por millonarios cuyas fortunas compiten con las de naciones. Esas fundaciones controlan los medios de comunicación, controlan subsidios para organizaciones políticas y limitan cualquier resistencia por parte de las autoridades, lo que resulta en un colapso del orden nacional y en el derrumbe del gobierno legalmente autorizado”. También citan la guerra ecológica, psicológica, contrabando, mediática, de drogas, de redes, cultural, etcétera.

Estamos pues bajo otro mundo completamente diferente del contemplado en la estrategia tradicional y China y sus cómplices como Soros están ganando esta guerra no convencional. Es una guerra global, donde se concentran en Estados Unidos y por eso la vital importancia del triunfo de Trump, pero también realizan esa guerra irrestricta en países como Colombia, en donde el farcsantismo, aliado del sorismo y del narcoterrorismo comunista, están realizando esa nueva estrategia para destruir al Estado colombiano.

El farcsantismo está utilizando la combinación de todas las formas de lucha y los demócratas estamos pensando en derrotarlo solamente por elecciones. Así como en Venezuela le dieron 19 años de ventaja al socialismo del siglo XXI, en Colombia ya le dimos 10 años y considerar que bajo el acuerdo de entrega del país al narcoterrorismo comunista podemos vivir democráticamente es una ilusión que la pagaremos caro. El comunismo se apresta a tomar el poder en 2022; si no nos preparamos para enfrentarlo con nuevas estrategias de combinación de las formas de lucha, caeremos en una tiranía irreversible. El mundo está viviendo una reacción frente al totalitarismo del marxismo cultural, los triunfos de Trump, Jhonson, Bosonaro, la caída del socialismo del siglo XXI en Ecuador, Bolivia, Uruguay así lo demuestran, unámonos a ese nuevo giro político o lo lamentaremos eternamente.