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La estocada final de Maduro: apoderarse de la oposición

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No tiene sentido comentar algo que ya todos sabíamos que iba ocurrir. Me refiero al secuestro por parte del TSJ de Maduro de los principales partidos de la oposición venezolana: Acción Democrática y Primero Justicia, y sobre este particular les puedo decir que tenemos más de un año alertando sobre el propósito de Maduro de retomar el control de la Asamblea Nacional mediante elecciones convocadas bajo sus propias reglas. Por cierto, algo que siempre han hecho los chavistas desde que llegaron al poder. En esta ocasión se han asegurado de colocar piezas más elaboradas en su teatro electoral, de modo que esperan superar la ficción de las elecciones presidenciales en las que Maduro venció a Henri Falcon. Ahora los criminales de Miraflores están obsesionados con elaborar una boleta electoral con la mayor cantidad de siglas de los grandes partidos, claro que antes se aseguraran de colocar a directores hechos a su medida.

Acción Democrática y Primero Justicia, dos de los principales partidos de la oposición, ahora se suman a Copei, MAS y Avanzada Progresista, formando parte del nuevo arete político de la estrategia de Maduro para terminar de apoderarse de Venezuela. Esta jugada quiebra por completo la logística operacional de la oposición, cada vez más acorralada y llevada al terreno del juego de los chavistas.

Como se ha vuelto natural, en las redes sociales hay un estallido de cólera, circulan cualquier cantidad de opiniones e interpretaciones sobre este asunto. Uno muy destacado es el rumor referido a un acuerdo subterráneo con Maduro para obligar al partido del pueblo a entrar en el juego electoral usando a Bernabé Gutiérrez. Lo cierto es que todo tiene sentido dada la actual coyuntura política en la que no se han logrado los objetivos planteados para el cese de la usurpación de Maduro, y en este mundo de pragmatismo y utilitarismo en el que se ha convertido la política venezolana se puede creer que los jefes políticos entienden el riesgo de ausentarse de las elecciones. Saben que a los chavistas les importa un bledo lo que opine o piense la comunidad internacional, que ellos convocarán sus elecciones y les dará igual si nadie se presenta, lo que significa que arrasarán con todos los cargos, tal como ocurrió en 2005 cuando la oposición se retiró de la contienda alegando falta de confianza en el CNE; sin embargo, eso no inmutó al chavismo, que para ese momento ganó todos los escaños (165 puestos).

Y esta estrategia de abstención en la oposición ha rendido sus frutos de forma sistemática, pero a favor del régimen de Maduro, pese a que el tema de fondo del que hablamos es de escenarios electorales totalmente fraudulentos que la oposición ha denunciado consistentemente con pruebas ante los diversos organismos internacionales. Lo cierto es que al final el régimen continúa en el poder.

Todo el mundo sabe el tipo de sistema que impera en Venezuela, que tenemos un régimen que como toda dictadura maquilla sus resultados para presentarse ganadores, pero es poco lo que se ha avanzado habida cuenta de que ningún país o bloque comunitario ha convertido sus sanciones en mecanismos de liberación o de intervención humanitaria, que es después de todo la única forma de devolver la democracia a Venezuela.

La oposición en este momento se encuentra sumamente dividida ante el hecho de que incluso en el peor de los escenarios generados para la caída de Maduro, ellos no han podido realmente cesar al dictador, su estrategia de calle ha sido bloqueada y contenida a sangre y fuego por los colectivos y grupos mercenarios armados del chavismo  madurismo, enfrentar política contra armas ha sido nefasto para la oposición y como bien dije antes, sus mismos dirigentes se han negado públicamente a solicitar ayuda internacional, lo que es equivalente a una intervención humanitaria. Yo entiendo que lo han hecho de ese modo porque sospecho que saben que esta iniciativa carece de apoyo real factico en la comunidad internacional, que permanece expectante pidiendo diálogo y negociación (Estados Unidos, Noruega y Unión Europea). Tampoco ningún partido político venezolano se ha declarado en desobediencia, o le ha declarado abiertamente la guerra a Maduro en nombre del rescate de la Constitución o por la libertad. Así que, ni modo, bajo esas condiciones de debilidad, cuestionamientos y dudas, la oposición está probablemente recibiendo de Maduro lo que esperaba, ni más ni menos que un paquete de medidas legales que les obligarán a la desaparición política.

Ahora, habría que preguntarse si algunos líderes de la oposición pudieran estar jugando a cuadro cerrado con Maduro para llevar a los partidos al escenario electoral, y en ese caso con seguridad lo estarán haciendo de forma oculta y no habrá forma de saberlo, a menos que saquen sus cabezas al acercarse la fecha electoral.

En todo caso, de producirse la convocatoria electoral bajo estas circunstancias, el madurismo podría quedarse hasta con 95% de las curules de la Asamblea Nacional, pues la abstención sería altamente significativa. Ahora, producto de los acuerdos políticos, estos podrían generar un espacio de ganancia para la oposición de probablemente hasta 30% de diputados, y en lo que respecta a esta llamada “nueva oposición parlamentaria”, seguramente destacarán figuras como Henri Falcón, Claudio Fermín, Enrique Ochoa Antich, Bernabé Gutiérrez y toda una nueva fauna de oportunistas hasta ahora desconocidos.

Bien dice el dicho: lo que mal empieza, mal termina. Yo no tengo una bola mágica, pero lo repetí hasta la saciedad, esto iba a ocurrir y la pregunta es qué podemos hacer en este contexto. Probablemente esperar, pero lo que sí entiendo es que simplemente creer que la Asamblea Nacional del presidente Guaidó va a sostenerse en el tiempo solo con el apoyo virtual y digital de algunos países es una quimera. Ningún país va a permanecer solidario más allá del tiempo necesario y de la naturaleza de su propio gobierno, máxime si la plataforma de la Asamblea Nacional termina ahogándose en el olvido y en la inutilidad, que es el riesgo que corre de no producirse un hecho que mueva a la sociedad venezolana.

Tendría la Asamblea Nacional que generar un nivel de ruido solo comparable a un escenario de lucha por la existencia, porque de eso hablamos, de la existencia de la última institución libre y democrática de Venezuela. ¿Cómo lo hará?, ¿quién los acompañará?, ¿hasta dónde estarán dispuestos a llegar?

De continuar esta terrible tragedia en los partidos de la oposición, será poco lo que quede de la Venezuela libre. Los criminales de Miraflores no se conformarán con las siglas, pronto veremos escenas de desalojo en las casas de los partidos. Lo lamento por mis amigos, tengo muchos en Acción Democrática, que es mi  casa también, fue la casa de mi papá, ha sido un refugio para muchos venezolanos y es realmente lamentable lo que ha acontecido.

Venezolanos, así actúa el criminal de Miraflores, toma lo que no es suyo, asalta con una justicia hecha a su medida, y todavía hay quienes lo piensan, algunos creen que el diálogo puede resolver esto.

Finalmente, yo creo que los adecos deberían prestar más atención a lo que dice Diego Arria, ver más hacia su propio pasado, entender más a Carlos Andrés Pérez, tomar la energía y el coraje de ese líder y volverlo fuerza indetenible. Nos leemos en una próxima ocasión aquí en El Nacional.

@estebanoria

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