Nuevamente la supuesta “oposición” deja entrever la posibilidad de un “proceso electoral” como única salida a lo que ellos denominan una “crisis profunda”. El cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres pasaron a la historia del olvido, es un periódico de ayer.
Los mismos personajes que en enero llamaron usurpador al innombrable de Miraflores, hoy sacan a la luz pública la posibilidad de unas “elecciones”. Ellos (MUD) pueden nombrar una comisión preliminar para renovar el Consejo Nacional Electoral, pueden invitar al Grupo de Contacto, a la ONU, a toda organización internacional que ellos consideren necesario y el resultado seguirá siendo a favor del chavismo, por la simple razón de que en el país gobierna un régimen extranjero desde La Habana, Cuba, con apoyo de rusos y chinos.
Es imperdonable que después de veinte años de estafas, después de comprobarse los fraudes descomunales del chavismo, esta dizque oposición pretenda llevar a los venezolanos al camino que ya llevamos dos décadas transitando y con los comunistas vinculados al terrorismo y narcotráfico internacional como únicos beneficiados.
Venezuela cayó al abismo, poco a poco se está desintegrando. Un país donde lo único que está cesando es la raza humana, un país donde la guerrilla y grupos terroristas del Lejano Oriente toman territorio, un país saqueado por potencias extranjeras, un país acostumbrado a que papá Estado les resuelva la vida, un país sometido a la peor catástrofe humanitaria de la historia, no puede tener como salida una vía que ya hemos probado cientos de veces acudiendo a llamados para “votar”. Ese debe ser un tema superado por los venezolanos.
Nuevamente, me permito recordarles a los venezolanos que aquí no estamos enfrentando a Jaime Ramón Lusinchi, Carlos Andrés Pérez o Rafael Antonio Caldera, ni siquiera estamos frente a la dictablanda/dictadura de Marcos Pérez Jiménez, estamos frente a una organización criminal (PSUV) con vínculos con los grupos criminales extremistas internacionales. De tal manera que proponer un escenario electoral es simplemente un vil colaboracionista del crimen organizado en el poder.
A estas alturas no podemos llamar “errores” a estas acciones, no es la primera vez que nos invitan a ser partícipes de fraudes electorales, no es la primera vez que se frena la protesta de calle y la presión internacional para sentarse a “dialogar”. Ya tenemos una larga data de dicha acciones, por lo tanto, no hay errores. Todo esto que estamos viviendo ha sido pactado en Noruega y Barbados, y finiquitado en la Casa Amarilla. Es el más vil colaboracionismo, es la entrega total de lo poco que queda de Venezuela al régimen longevo de aquella isla en ruinas llamada Cuba. El régimen de los Castro ha sido auspiciador de ese fulano “diálogo” que se inició en Noruega, lugar donde Juan Manuel Santos se doblegó ante los terroristas bajo la batuta precisamente de La Habana. No hay salida electoral en Venezuela con los 20.000 cubanos en el país que ha denunciado el secretario general de la OEA Luis Almagro, una información que maneja el gobierno interino de Guaidó. No hay salida electoral, solo es una estafa que se traduce en cohabitación.
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