OPINIÓN

La encrucijada del país

por Luis Ochoa Terán Luis Ochoa Terán

 

A tres meses del 10 de enero, el país continúa aletargado, la actividad económica prácticamente en pause, la gente desencantada y desesperanzada, el sector político como en suspenso, sea estratégicamente u obligado por la sensibilidad del gobierno y este último, desesperado sin encontrar camino, aislado y, mientras tanto, recurre desgraciadamente a la más fácil solución para ellos “ la represión” que es la más difícil para reencontrar un camino de entendimiento y solución al estancamiento político en que estamos inmersos; para colmos, nos encontramos en el peor de los entornos geopolítico enmarcado en una guerra interminable en Europa, una escalada de conflicto en el medio oriente con perspectiva de agravamiento con consecuencias hacia a una gran conflagración y como si fuera poco, el proceso electoral americano el 5 de noviembre, que será determinante para la resolución de nuestro conflicto político o su agravamiento.

No cabe la menor duda de que el gobierno no puede mostrar la actas de su ambicionado triunfo, por lo tanto, el gobierno como la oposición se encuentran entrampados en sus posiciones extremas, además, los liderazgos con gran peso e influencia en la toma de decisiones, de uno y otro sector político, no permiten construir puentes para un diálogo constructivo que dé espacio a una solución política o al menos, en la edificación de un Nuevo Proyecto País donde todos participemos, nos encontremos y nos permita encaminarnos no solo a enmendar los desastres cometidos sino a trabajar en una apertura política democrática como lo exige, no solo el país entero sino la institucionalidad democrática regional.

Es una incuestionable realidad que una gran mayoría del PSUV quiere un cambio institucional que, se vio expresado en las urnas, pero en ningún momento su desaparición, por el contrario, lo que aspiran es tener nuevamente la posibilidad de explorar en libertad otras alternativas de gobierno  que este proceso político ha esfumado; no obstante, lo más importante, es que buscan una renovación de un liderazgo más amplio y con visión menos autocrática, más moderna, más participativa y más democrática, es lo que se desprende de las elecciones del 28J.

De la tradicional oposición, igualmente el país está cansado, de un liderazgo errático que hemos tenido por veinte años y que vimos su resultado en las elecciones pasadas. El país busca alternativas novedosas y modernizadoras que refresquen el ambiente político y nos permita encaminarnos en un innovador proceso económico que impulse nuevamente el desarrollo del país, no tecnocrático y excluyente, sino que permitan que  fluyan los distintos sectores de la vida nacional, permita el ascenso social de acuerdo a sus capacidades, instauremos eso que hemos perdido que se denomina meritocracia y que este gobierno a execrado con su revolución bolivariana de in igualitarismo hacia abajo.

Tenemos tiempo hasta el 10 de enero próximo para poder sentarnos a conversar y acordarnos en la construcción de un Nuevo Proyecto País, sin retaliaciones, ni venganza, por el contrario, de acuerdos, pensando en la gente, reconociendo los errores y corrigiéndolos, por lo que es indispensable, primero que  todo, recuperar el país de este estadio en que se encuentra y para ello,  incorporando sin mezquindades a los mejores, no importa en el bando político donde estén, para así, poder construir juntos la moderna democracia que queremos, sin persecuciones y en donde la libertad, el respeto a los derechos humanos y  la voz del soberano sea inapelable.

Tenemos la gente, tenemos la capacidad y tenemos los recursos para transformar a Venezuela y devolverle el sitio que le corresponde en la Comunidad Intencional, desgraciadamente solo nos falta la voluntad política y un liderazgo que tenga la generosidad y la grandeza, de dedicarse a trabajar por la gente y para la gente. Estamos en la encrucijada más importante de nuestra historia después de la de independencia, asumamos cada uno de nosotros la responsabilidad que nos exige en esta hora el país y la historia.