OPINIÓN

La empresa y sus dragones

por Rafael Egáñez Anderson Rafael Egáñez Anderson

A lo largo de la serie de artículos acerca de la empresa y alquimia se han mencionado conceptos de como transitar el camino para llegar al centro mismo de toda organización, a su núcleo, a ese espacio inmaterial que conceptualiza de manera concentrada todo aquello impreso en su ADN y es percibido por los usuarios, clientes y empleados, como el corazón energético mismo que bombea el producto del deseo de sus fundadores y por lo cual fue creada, materializada y puesta en marcha como una entidad con vida propia.

Ese centro se mantiene indefectiblemente de la energía de cada uno de los individuos que la soportan; un número de personas que mantienen la postura, protegen y conducen su desarrollo y de manera organizada, caminan atravesando esos estadios descritos en la Divina Comedia de Dante, en momentos como los de hoy donde no es solo un factor exógeno por considerar sino la sumatoria de muchos en un mismo momento; basta con solo abrir la prensa, atender al llamado de varios de nuestros trabajadores o conversar entre amigos para poder constatar al término de la inmediatez la realidad que nos rodea.

Observar la obra de Miguel Ángel El tormento de San Antonio hace gráfica la manera con la cual uno lucha contra los dragones que nos atacan, así como también a las empresas desde adentro y desde afuera; es importante diseñar una lista de limitaciones y estructuras autoimpuestas que nos separan del camino de la creación consciente y real, de aquello que deseamos férreamente como lideres y que nos hace difícil el transitar para el logro de aquel camino adonde nos dirigiremos.

Si el conjunto de principios de su organización están claros y validados, las tácticas construidas con base en lo que acontece hoy en el eterno presente, las técnicas que usa están adecuadas para defender las estrategias, los presupuestos y procedimientos alineados con el plan, además del seguimiento a los cambios debidamente programados, entonces usted esta listo para poder afrontar de manera clara ese camino candente del momento en el que vivimos y así, solo así podrá ser lo suficientemente innovador y consecuente para hacer entrega de los logros.

Si la cultura de su organización aún no se ha ajustado a lo actual y la mente de todo aquel que trabaje no ha sido preparada en el marco de lo que hoy pasa, estando clara la separación de lo que realmente ocurre vs la realidad, entonces usted estará luchando contra esos dragones que la individualidad genera y en sumatoria -junto a aquellos mismos que la empresa posee- sumirán el futuro inmediato de la compañía hacia la pérdida de su centro y por ende a sufrir los avatares de una falsa conciencia construida sobre estructuras y bases caducas de tanto andar y no abiertas a entender, limitadamente, la existencia de un nuevo camino.

Si lo llaman a innovar sin considerar estos detalles, tendrá entonces frente a usted uno de los dragones a vencer. No solamente lo representa el acto de innovar per se sino de aquel que lo llama a innovar de manera inconsciente. Cuídese. El plan de innovar parte desde usted como líder, en generar ese cambio en su perspectiva personal que le permitirá ver lo real en aquello que se le plantea, luego de lo que usted comunica a su equipo a través de comandos limpios, puros y reales de cambio y de ahí, a la innovación, habrá un paso seguro habiendo considerado el balance de fuerzas internas necesarias para que los procesos sean comprendidos y aterrados como se debe.

Considerar las herramientas necesarias que lo ayudarán en ese proceso, es un trabajo arduo lleno de obstáculos pero merece la pena. Todo supone que usted entiende que en su entorno hay un cúmulo de energías que deben fluir. Ellas al ser negativas se estancan y actúan violentamente, así como también cuando son positivas corren y son útiles en toda su extensión. Si no sabe cómo, pida ayuda. Todo parte de planificar la transición por donde usted transita y que ese camino debe estar libre y limpio de impurezas que le ayuden a evitar cruzarse o interactuar con aquello que usted no quiere o no espera que pase. La transición pasa a ser un plan y ella misma se convierte en una meta.

Planificar la transición le permitirá estar preparado para afrontar cualquier proceso. Innovar productos, técnicas, herramientas de gestión, nuevos rumbos para el equipo, se hará de manera más fácil si usted ha diseñado correctamente cómo hacer la transición desde un punto A hasta un punto B y en sucesivo. Mucho de todo esto es gente y de cómo se comprende antes de comenzar lo nuevo. Como es adentro es afuera.

Intente no caer en letargo y apaciguamiento. Evite procrastinar. Aparte el ego y acepte la ayuda necesaria para cambiar si lo ve necesario. Haga frente a todas esas acciones discordantes muy propias de un humano que lo apartan como líder de gestionar inmediatamente los cambios que deben afrontarse para seguir adelante. Hacer equipo le ayudará a fomentar la creación de una fuerza unificada que servirá de soporte muy necesaria en momentos críticos. La unión hace la fuerza y rompe con la individualidad. Cree un balance de fuerzas entre su gente. Le permite tomar lo mejor de cada uno y sirve de terapia grupal para ayudar a algunos a salir adelante en momentos extremos. Actúe ya. Saque lo mejor de usted y lidere el cambio. Innove responsablemente.

Aún se mantiene la premisa de que lo más difícil es encontrar a los valientes que deseen “cambiar aquello que no desean cambiar”. Atrévase.