La libertad de prensa nunca se había visto tan amenazada como ahora en España desde que se restauró la democracia. Desde el Gobierno de Pedro Sánchez se recurre cada vez con más frecuencia a los ataques, insultos, amenazas, intimidaciones, vetos y señalamientos de periodistas para intentar amedrentar a los medios independientes. Cuando un informador publica una noticia incómoda, sabe que es muy probable que le acabe cayendo encima un chorreo de descalificaciones.
El propio Sánchez alienta el señalamiento a los periodistas cada vez que habla de «derecha mediática» o «fachosfera». Pero el ministro más activo en la persecución de la prensa española es Óscar Puente, que ha llegado a calificar a periodistas críticos como «matones» y a un medio de comunicación de «contenedor de basura», mientras el resto del Gobierno le aplaude o justifica. «Podrán decir muchas cosas sobre el ministro Puente, pero hay algo en lo que el ministro Puente es absolutamente respetuoso: nunca insulta, no insulta», afirma la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría.
Ni preguntas ni entrevistas ni viajes
A un periodista independiente le resulta prácticamente imposible poder preguntar en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros porque el Gobierno de España se ocupará de que no le den turno de palabra. Ha habido ocasiones en las que Moncloa no ha convocado a los medios críticos y sí a los afines para cubrir determinados actos. En los viajes internacionales de Pedro Sánchez, en los que los periodistas viajan gratis en el avión oficial (solo pagan el hotel y comidas), se ha vetado a medios independientes. Y algún jefe de prensa ministerial ha llegado a sacar de un chat de difusión de noticias a un periodista por no atenerse a la doctrina monclovita.
Cada vez son más frecuentes los actos en España en los que los periodistas son recluidos en una sala aparte, de la que no pueden salir, para que sigan las intervenciones por una pantalla de televisión, sin tener opción de ver ni preguntar a ninguno de los presentes. Y conseguir entrevistar al presidente del Gobierno es una quimera para cualquier medio independiente, puesto que Sánchez solo acude a los afines, en los que tiene prácticamente asegurado que no le harán ninguna pregunta incómoda.
Denuncias a periodistas por acoso
Los ataques a la prensa desde el Gobierno empezaron en tiempos de Pablo Iglesias, quien llamaba «gentuza» a los periodistas independientes, decía que había que «naturalizar» los insultos a la prensa y llegó a afirmar que «la existencia de medios de comunicación privados ataca la libertad de expresión».
Sobre la presentadora de televisión Mariló Montero, dijo: «La azotaría hasta que sangrase”. E incluso, a través de Podemos, difundió un vídeo señalando a periodistas como Ana Rosa Quintana, Federico Jiménez Losantos, Vicente Vallés, Eduardo Inda, Carlos Herrera, Susanna Griso y Francisco Marhuenda, entre otros. «Ellos ya han hablado mucho», decía Podemos.
Iglesias llegó a denunciar ante los tribunales por acoso a sus hijos a un periodista que en 2019 se acercó en varias ocasiones a su casa de Galapagar y que hizo grabaciones, aunque la Justicia acabó absolviendo al informador. Contrasta que los mismos que criticaban aquello salgan ahora en defensa de los informadores que se acercaron a la vivienda de Isabel Díaz Ayuso.
De Iglesias a Puente
Una vez desaparecido Pablo Iglesias de la política española, el pódium lo ha ocupado Óscar Puente, quien ya venía entrenado de Valladolid. En solo cuatro meses ha batido todos los récords de insultos, ataques y descalificaciones a la prensa a través de las redes sociales. La tuvo con Risto Mejide, a quien le dijo: «A mí no me asusta ningún matón por mucho programa de televisión que tenga. Conmigo pinchas en hueso».
Pero el principal blanco de sus ataques en estos momentos es The Objective, uno de los medios más incómodos con el Gobierno. Puente hace burlas de su nombre (lo llama The Ojete) y lo ha calificado de «contenedor de basura».
En esta labor de descalificación al periodista crítico, Puente cuenta con la ayuda del director de Comunicación del PSOE, Ion Antolín Llorente, quien el pasado agosto impidió que los periodistas cubrieran la reunión de la Ejecutiva Federal del partido en plenas negociaciones con los separatistas.
Antolín también calificó el programa El Hormiguero de «trumpismo en prime time» y a las hormigas las llamó «escorpiones». Y llegó a amenazar con retirar las credenciales de acceso a los actos del partido a los «seudomedios» que cubrieron la protesta de Ferraz en Nochevieja.
También se ha sumado a esta campaña el portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Patxi López, quien llegó a llamar «nazi» a un periodista y se niega a responder las preguntas de determinados informadores.
Van 68 comunicados de la APM
La situación es tan extrema que en los últimos cuatro años, la Asociación de la Prensa de Madrid ha hecho 68 comunicados en defensa de la libertad de prensa en su sentido más amplio, contra intimidaciones, agresiones en manifestaciones, señalamientos en redes sociales, prohibición de acceso a ruedas de prensa, discriminación de medios, supresión o limitación de preguntas en ruedas de prensa y distintas situaciones de este tipo.
Artículo publicado en el diario El Debate de España