La dictadura de Venezuela es la culpable directa de la peor ola migratoria en el continente y una de las más numerosas en todo el mundo. El nefasto régimen que desgobierna al país en estos últimos 23 años ha pisoteado a un pueblo que huye del grupo de delincuentes más corrupto de la historia patria, la peor gerencia, los servicios públicos en el piso, escasez de todo tipo de productos o a precios exorbitantes, que solo pueden ser comprados por los miembros de la dictadura y los llamados enchufados, los poderes del Estado secuestrados que siguen órdenes de La Habana y un país invadido por cubanos, rusos, iraníes, chinos, las FARC, el ELN y las temidas sangrientas bandas criollas.
Aunque el destino de esta migración forzosa es principalmente hacia América Latina, la huida de estos venezolanos hacia Estados Unidos, sin duda alguna, es la más peligrosa de todas, por la cantidad de muertes que esta desventura ha ocasionado. Los emigrantes venezolanos no solo padecen el abuso criminal de los llamados coyotes, sino la falta de una política migratoria coherente por parte de Estados Unidos y los países vecinos, una que les permita estar legales, por lo cual es necesario el desarrollo de acciones concretas y aquellos que cumplan con los requisitos, puedan optar a la residencia.
Además, los organismos internacionales deben ir más allá de unas simples denuncias, en el entendido de que esta tragedia es esquivada por países que tratan de lavarle directa o indirectamente la cara al régimen madurista, solicitando el levantamiento de las sanciones o haciendo negocios que solo sirven para hacer más fuerte al desgobierno venezolano.
Los venezolanos que no encuentran una manera legal de entrar a Estados Unidos, en su gran mayoría hacen uso de un grupo de traficantes humanos, conocidos como los coyotes. Estos intermediarios cobran altas cifras de dinero, haciendo promesas donde no les dicen a los migrantes indocumentados, el peligro que corren al utilizar ese tipo de servicio. Los coyotes utilizan todo tipo de sistema de transporte y no son los mejores. Los migrantes viajan en embarcaciones inseguras, soportando altas temperaturas que se provocan en camiones cerrados y gran parte de la travesía la hacen a pie, caminando por el desierto, y ya a mitad de camino o antes, entienden que no hay ninguna certeza de que puedan llegar a su destino.
Solo este año, de enero a mayo, se calcula que 17.262 migrantes venezolanos han atravesado el Tapón del Darién, conocido como “el infierno en la Tierra”, donde la muerte acecha. En las últimas semanas se estima que han fallecido 100 venezolanos o más, sin contar los de otras nacionalidades. Lo cierto es que por este paso entre Colombia y Panamá o Selva del Infierno, son los venezolanos los migrantes más numerosos en la actualidad. Lo peor es que muchos de estos venezolanos que emigran, lo hacen también para huir de la inseguridad, pero cuando llegan a estos parajes inhóspitos son víctimas de robos, violaciones y algunos hasta son asesinados. Para completar esta tragedia, la Selva del Infierno está infectada de narcotraficantes, animales salvajes y culebras venenosas, entre otras calamidades. Con relación a este tema, el comisionado ante la secretaria de la Organización de los Estados Americanos, David Smolansky, afirmó: “Los venezolanos han superado en 2022 a los haitianos, cubanos y colombianos como la población migrante más grande en cruzar el Darién. Desde enero hasta mayo se estima que 17.262 migrantes y refugiados venezolanos han atravesado ese tapón, el infierno en la Tierra. El año pasado lograron entrar a Estados Unidos al menos 150.000 venezolanos. Ese país es el principal destino de los migrantes venezolanos que atraviesan la selva de Darién”
Podemos deducir entonces que en Venezuela las cosas no están tan bien como la tiranía quiere aparentar. Las cifras indican que en solo un año la cantidad de venezolanos que han tratado de entrar a Estados Unidos aumentó en 12.000%. Podemos seguir añadiendo más cifras de los detenidos por ingresar de manera ilegal: solo en los 3 primeros meses de 2022 fue de 58.630. Pero México también dificulta el tránsito de los venezolanos a Estados Unidos. El gobierno de López Obrador, amigo de la dictadura venezolana, les exige visa a los migrantes venezolanos, complicándoles más el dificultoso viaje de los venezolanos hacia el país del norte.
De hecho, Estados Unidos y México reconocieron públicamente las fallas de la política migratoria de ambos países. Esas declaraciones por parte de los respectivos gobiernos se hicieron en respuesta al lamentable suceso del 27 de junio de 2022, en San Antonio, Texas, donde fallecieron 50 migrantes de diferentes nacionalidades encerrados en un camión debido a las altas temperaturas.
La política migratoria de Estados Unidos, México y todos los países involucrados en la ruta de los venezolanos y otras nacionalidades que escogen como destino Estados Unidos, deben cambiar y adaptarlas a esta nueva realidad. Hacen falta nuevas leyes que sean más justas, acuerdos más humanos entre los diferentes países involucrados en estas travesías y por supuesto una posición fuerte y coherente para terminar de una vez por todas con los gobiernos autoritarios de la región que son la raíz del problema migratorio y sus nefastas consecuencias.
Con la dictadura venezolana no puede haber un doble discurso por parte de los países que se consideran verdaderamente democráticos. El caso de Estados Unidos, que por un lado sanciona y por otro lado trata de comprarle petróleo a la dictadura. La presente administración de Estados Unidos no debe flexibilizarse, porque no se puede estar bien con Dios y con el diablo. Ahora con el nuevo gobierno en Colombia, y con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, Colombia podría comprarle petróleo a la dictadura venezolana. Tanto en el caso de Estados Unidos y de Colombia, por supuesto que pueden comprar petróleo en otros mercados y no a una dictadura.
Si los ingresos de la venta de petróleo se invirtieran en el mejoramiento de los servicios públicos que favorecieran al pueblo sería otra cosa. Pero la realidad es que ese dinero servirá para aumentar la corrupción y fortalecer la dictadura de Venezuela, además de que tendrá nuevos ingresos para apoyar a las dictaduras de Nicaragua y Cuba. Si no se resuelve el problema que es la inhumana dictadura en Venezuela, las políticas migratorias de los países de la región no serán suficientes para evitar el éxodo masivo de los venezolanos. Existe una crisis migratoria que nadie puede negar y que afecta a todo el continente, directa o indirectamente. Los organismos internacionales deben involucrarse de manera expedita, con acciones concretas para solucionarla. “No se fue de su país buscando riquezas. Buscaba una calle donde pudiesen caminar sus hijos” Erik Del Búfalo.
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