A mediados del mes de marzo del año en curso todos los venezolanos vimos reaparecer la Policía Nacional contra la Corrupción con la detención de los primeros 5 jerarcas de los 61 que a la fecha de escribir este artículo han sido detenidos de manera épica, mostrando ante la comunidad internacional un modus operandi atípico en el proceso judicial, como por ejemplo el uso de uniformes carcelarios para los detenidos.
Luego de más de un mes de haber iniciado una cruzada contra la corrupción, hay varios elementos que valen la pena destacar y analizar uno a uno. El primero de ellos sin lugar a dudas es la Ley de Extinción de Dominio, que de 46 artículos que contiene este elemento jurídico, aprobamos la semana pasada en la legítima Asamblea Nacional 19 artículos; y es propicia la ocasión para informar a nuestro pueblo que el presupuesto para este año 2023 es de apenas 8 millones de dólares, mientras el Parlamento de Narnia (AN 2015) dispone para este año 2023 de más de 49 millones de dólares, es decir, 6 veces más.
Como decía en días pasados el colega diputado Luis Eduardo Martínez, no sé si sea “para información, reflexión o indignación”, lo cierto es que son casi 50 millones de dólares para que unos pocos continúen disfrutando de un dinero que es de todos los venezolanos, y usurpando los cargos que vencieron el 5 de enero de 2021. Estos recursos que provienen de cuentas bancarias que se encuentran en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, serán usados por unos pocos “empleados” paralelos, en contraposición a los más de 4.000 trabajadores –entre fijos, contratados y jubilados- que laboran todos los días en la Asamblea Nacional real, y no disponen de esa cantidad de dinero para dignificar su salario.
Continuando con el tema principal de este artículo, surgen varias preguntas, pero la más inquietante es qué es de la vida del exministro Tareck el Aissami, más allá de todos los cuentos y rumores que han circulado en las redes sociales. Su última aparición en público fue el pasado 6 de marzo, pero ya son 5 semanas que ni siquiera un mensaje en Twitter publica, desde que puso su renuncia, la cual Nicolás Maduro aceptó, pero nadie ha visto la carta de dimisión, mucho menos la entrega de su despacho al nuevo superministro Pedro Tellechea.
Asimismo, detenciones como la de Hugo Cabezas confirman una verdad del tamaño del cielo, y es que la corrupción no empezó con el chavismo sin Chávez. Como lo dije en un artículo anterior, el cual titulé: “Más allá de las detenciones y confiscaciones”, es un sistema que está viciado y debe ser desmontado desde el interior de las instituciones renovando con nuevos valores la cultura política de la sociedad venezolana.
La opinión pública ha mostrado su decepción ante los resultados de la lucha contra la corrupción, especialmente entre la base chavista. La falta de acción previa por parte del gobierno para abordar el problema ha generado desconfianza en la ciudadanía, que se siente huérfana en la lucha contra la corrupción.
Desde Unidad Visión Venezuela invitamos a todos los ciudadanos a unirse en la lucha contra la corrupción, pero también a debatir sobre otros temas importantes como la defensa del Esequibo y la economía del país. Para nosotros, no existen corruptos buenos ni malos y esperamos que todos los involucrados en tramas de corrupción, independientemente de su afiliación política, sean castigados.
Para finalizar, la lucha contra la corrupción en Venezuela debe continuar y es importante que el gobierno muestre un mayor compromiso y dedicación en este tema. Los ciudadanos también tienen un papel clave en la denuncia de actos de corrupción y en la promoción de un debate nacional sobre temas importantes para el país.
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