OPINIÓN

La derrota del madurismo y los escenarios políticos

por Rafael Ramírez Rafael Ramírez

A 28 días de las elecciones presidenciales, la derrota del madurismo es evidente. El gobierno se desmorona, justamente, por haber traicionado y acabado con el legado y la obra del Presidente Chávez, sumiendo al país en las más profunda crisis de nuestra historia, dejando a nuestro pueblo en la pobreza y la desesperanza. Esta derrota es del madurismo, no del chavismo; es una derrota de maduro, no de Chávez.

Todo el país ha presenciado en la calle, en las redes sociales, las masivas manifestaciones de rechazo a nicolás maduro y cualquiera de los exponentes del madurismo. No son capaces de concentrar de manera espontánea y voluntaria al pueblo. A duras penas, con su maquinaria de coacción, utilizando sus mecanismos de control social, pueden reunir personas para sus concentraciones que, ahora son, en estricto sentido de la palabra, escuálidas.

Los jerarcas del madurismo están desconectados de la realidad. Al jefe del PSUV, tan dado a la acusación y al insulto fácil, le lanzaron a la cara una bolsa de harina de los Clap, al grito de “para que te la comas tú”.  Ésto sucedió en una de sus propias concentraciones, en un claro ejemplo del sentimiento popular de rechazo a todos ellos.

El enorme descontento contra el gobierno, abre las puertas a cualquier escenario en el país. El madurismo se ha encargado, todos estos años, de perseguir y aniquilar al chavismo, destruyéndolo como una opción política. Ahora tienen en la calle lo que ellos promovieron.

Lo que resulta cierto, es que el chavismo no tiene candidato, no existe orgánicamente. Sin embargo, las ideas y los avances alcanzados con el gobierno del Presidente Chávez, están aún en la consciencia y el sentimiento de una parte importante de nuestra población; con la certeza de que con Chávez, estábamos construyendo un gran país, Soberano, y donde el “vivir bien” del pueblo, la Constitución y las leyes, eran el marco de la actuación de su gobierno.

El madurismo, después de destruir al chavismo, trata, de manera cínica, de capitalizar este sentimiento, pero el tiempo se les acabó; nadie les cree, así maduro, ahora en un arrebato de falsedad extrema, invoque a Dios o al Evangelio, luego de haber violado los Derechos Humanos y Fundamentales de todos los venezolanos.

Para hablar en nombre de Chávez, hay que tener moral y ética para hacerlo, tener la coherencia entre la palabra y la acción, así como,  la legitimidad de haberse mantenido, bajo cualquier circunstancia, leal a su ideario político. No se puede, después de haber destruído el país y entregado la patria, venir a pedir apoyo en nombre de Chávez. LOS CHAVISTAS NO VOTARÁN POR MADURO. 

Entonces, lo que debemos hacer los chavistas que estuvimos con Chávez y lo reivindicamos, es NO apoyar a maduro, pues ésto sólo contribuye a seguir confundiendo y manipulando al pueblo, apoyando una opción de derecha, que actúa al margen de la ley y la Constitución, pero en nombre de Chávez.

Los chavistas debemos reagruparnos, en torno a nuestros principios fundamentales, tal como lo definió el Toby Valderrama en su artículo, al ejemplo de la actuación y obra del Comandante, para luchar, nuevamente, para conquistar una patria soberana, popular, por la libertad de los presos políticos, de los trabajadores presos, de los inocentes secuestrados, por el respeto a los DDHH, que cese la represión, el miedo; tenemos que luchar por un gobierno que tenga como marco, la Constitución y las leyes y como propuesta fundamental, los Objetivos Históricos del Plan de la Patria.

El chavismo y el país, deben prepararse para los escenarios políticos que se abren con la inminente derrota electoral del madurismo, sabiendo que, ellos harán todo lo que esté a su alcance para mantenerse en el poder, pues, como hemos comentado, en el avión de maduro no caben todos. Vamos a identificar al menos, tres escenarios posibles, partiendo de la premisa evidente de que maduro pierde electoralmente. Veamos:

Cualquier acción que escamotee el triunfo electoral y le permita al gobierno mantenerse en el poder; incluso, con  una aventura militar con Guyana, siempre contando con el apoyo de la Fuerza Armada.

Este escenario, tiene el inconveniente para el madurismo, del enorme costo político que significaría impedir la instalación de un  nuevo gobierno tras una derrota electoral, con la desestabilización y confrontación que esto generaría. Por ello, este escenario, lo podemos denominar El escenario Bolsonaro”.   

Será un proceso electoral sin acompañamiento internacional, ni de la Unión Europea, ni de Brasil, ni de Colombia. Mientras que, la del Centro Carter, tal como ha dicho la misma organización, es restringida, lo cual, no garantiza para nada la pulcritud y transparencia del proceso.

El escenario del fraude ya está en marcha y se concretará cuando el mismo 28, a pesar de lo que suceda en el proceso de votación, el señor Elvis Amoroso, proclame a maduro vencedor, tal como hizo de manera absolutamente desfachatada cuando declaró que en el fallido referéndum sobre el Esequibo habían votado a favor 10 millones de venezolanos, ¡algo que no sucedió ni con el presidente Chávez!

Por ello, este escenario lo llamaremos El escenario del referéndum del Esequibo”.

Igualmente, es un escenario con un alto costo político, puesto que la gente en la calle no se puede ocultar. El resultado electoral le pone números a lo que es una expresión política electoral en la calle, es decir, debe haber una correspondencia entre lo que sucede en la calle, las percepciones y los resultados, con los números de votos. Y esta correspondencia debe estar garantizada por la Observación Internacional y por todos los mecanismos de testigos de mesa y de auditorías que deben acompañar al proceso, así como, por un órgano electoral (CNE) equilibrado; o por lo menos, que no esté encabezado por un connotado público y, notoriamente, agente del madurismo, dispuesto a hacer lo que sea para favorecer a su jefe.

En este escenario, el gobierno, nuevamente utilizando al Tribunal Supremo de Justicia y sus jueces o al fiscal sicario y al mismo CNE, ejecuta una acción administrativa o judicial para impedir la elección del candidato con mayor opción electoral. Esta acción se haría de manera que no de oportunidad de reagrupar la intención del voto hacia otro candidato, que, de cualquier forma, estará siempre sujeto a los ataques y maniobras ilegales del gobierno.

En este escenario, existe la variante de que el madurismo decida, ante la evidencia de la calle, con cualquier excusa, suspender o postergar las elecciones. Pensando, de esta manera, poder “desinflar” la calle y neutralizar, por la vía del cansancio o la resignación, el sentimiento generalizado de que hay una oportunidad cierta y real de salir de maduro.

En la variante de este escenario vuelven a aflorar con fuerza, las disputas internas entre los jerarcas del madurismo. Ya lo dijimos en nuestro artículo en referencia a la escalada de la violencia represiva del gobierno a principios del año, cuando maduro de forma destemplada dijo en el discurso del 15 de enero ante la Asamblea Nacional, cuando, como cualquier dictador tropical, afirmó que “el candidato soy yo”; y a partir de allí, se incrementó la represión y le dio una patada al “Acuerdo de Barbados”.

A lo interno del PSUV, donde no existe ningún tipo de debate, ni posibilidad de discusión sobre la situación política del país –hace tiempo, éste dejó de ser un partido chavista y revolucionario– por lo que la candidatura de maduro fue impuesta por los jerarcas del madurismo.

Por ello,  el mensaje de maduro iba destinado a lo interno del madurismo, a sus jerarcas, donde, desde hace tiempo, sus distintos grupos de poder, no sólo están convencidos de que maduro es un pésimo candidato, cosa que ha quedado demostrada en esta desastrosa campaña electoral, sino que, existen factores del madurismo que aspiran a ser ellos quienes encabecen una transición.

Esto quedó en evidencia con el encarcelamiento de Tareck el Aissami, que pasó un año protegido por maduro luego de haber desaparecido 21.000 millones de dólares en petróleo de Pdvsa y que, ante las evidencias y pruebas mostradas por el Sebin, de que el exministro se preparaba para ser él una opción de poder, fue finalmente encarcelado y expuesto al escarnio público –como suelen hacer–, para mostrar al madurismo lo que sucede a quienes tienen sus propias aspiraciones.

Esta variante del escenario descrito, con la suspensión y postergación de las elecciones, puede involucrar, igualmente, la sustitución de maduro como candidato, lo cual, entre otras cosas, sería lo menos malo que podría suceder en el caso de ellos; aunque, cualquiera que venga del madurismo será arrasado en las elecciones.

El escenario descrito, lo podríamos llamar del Sacudón, en alusión a la forma como el madurismo sacó del gobierno a los sectores chavistas, por allá en 2014; tal como en aquel evento, el madurismo haría “lo que le da la gana”, pero sólo para postergar por un tiempo su derrota, manteniendo al país en el abismo.

En su prepotencia, el madurismo no entiende, no quiere entender, que el problema es maduro y los jerarcas del madurismo, que el fracaso es de todos ellos; que, aunque quieran achacárselo a Chávez, al socialismo, a las sanciones, al precio del petróleo o a cualquier otra excusa, el pueblo no es pendejo, está harto de todos y cada uno y hará lo que sea, más aún si es dentro de la Constitución, para sacarlos del poder.

Todos estos escenarios, cualquiera de ellos, sobre todo si maduro logra mantenerse en el poder por la fuerza, llevará al país a una situación de conflicto; esto es una consecuencia lógica de la actuación del gobierno, el madurismo cosecha lo que sembró.

El papel de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana será crucial en la defensa de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y su principio base de que “la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo”. Que cada quien asuma sus responsabilidades históricas.

El chavismo, independientemente de lo que hagan los jerarcas del madurismo, o de cualquier escenario que se presente, tiene el deber de estimular la participación política del pueblo, de cualquier tipo, y tiene la responsabilidad histórica de reconstruirse como fuerza, de ser un componente político activo, acompañar al pueblo en sus luchas y volver a la Constitución, al camino de Chávez.

Quiero insistir nuevamente: la estabilidad del país, la vigencia de la Constitución, la reconquista de las garantías sociales, de los derechos humanos, de nuestra soberanía, no se producirá, ni se sostendrá, sin la participación activa del chavismo de Chávez. Óigase bien, del chavismo, no del madurismo. El pensamiento de Chávez, lo mejor de sus propuestas, sus grandes aciertos, su camino, tienen una vigencia extraordinaria para afrontar la difícil tarea de reconstruir la patria. ¡El chavismo tiene la palabra!