Desde hace ya varios años, se vive un avance de regímenes autoritarios en todo el mundo. Este auge ha quebrado el optimismo que surgió tras el fin de la Guerra Fría en los años noventa del siglo pasado, cuando se produjo un importante surgimiento o restauración de gobiernos democráticos a nivel global. Frente a este reflujo autoritario, surge la pregunta: ¿está Colombia hoy en día bajo la sombra de esta amenaza? Si este es el caso, ¿cómo la podemos contrarrestar?
En las últimas dos décadas se ha producido un amplio y preocupante retroceso de la democracia en todo el mundo. A nivel global, 15 países de 86 han perdido sus gobiernos democráticos. Basta mencionar que, actualmente, una alta proporción de la población mundial –alrededor del 70%– viven bajo regímenes semidemocráticos o abiertamente autocráticos, los cuales están presentes, principalmente, en Asia y África, aunque también Europa y América Latina están viviendo un aumento de este tipo de gobiernos. Incluso, estamos observando un retorno de los golpes militares. Por ejemplo, en los últimos tres años se han producido siete golpes en el África subsahariana, que constituye una de las regiones más pobres e inestables del mundo: Chad, Guinea Bisáu, Malí, Sudán, Burkina Faso, Gabón y Níger.
En el siguiente gráfico intentamos una síntesis sin duda muy polémica del balance efectuado por la Unidad de Inteligencia de la revista The Economist (EIU) y su “Índice de Democracia”, aun cuando también nos apoyamos en el prestigioso informe “El estado de la democracia en el mundo” del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), con sede en Estocolmo.
Una idea básica de ambos balances es que en la actualidad los sistemas políticos no pueden ser clasificados de manera binaria, es decir, como democráticos o autoritarios, debido a la existencia de una multiplicidad de zonas grises. Por ello, en la clasificación de los regímenes políticos que lleva a cabo The Economist desde 2006, se utilizan tres categorías básicas: regímenes democráticos (tanto plenos como deficientes), regímenes híbridos y regímenes autoritarios. Esta clasificación se basa en un promedio ponderado de 60 indicadores agrupados en 5 categorías: procesos electorales y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del gobierno, participación ciudadana y cultura política.
La clasificación no incluye a los “Estados colapsados”, en los cuales existen numerosos centros de poder en disputa como Somalia, Libia o Sudán del Sur. Tampoco se incluyen los microestados continentales, como Andorra, Liechtenstein, Mónaco o San Marino, ni los isleños en Oceanía (como Kiribati, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, etc.) y en el Caribe (Antigua y Barbuda, Dominica, San Vicente, etc.). En total, se incluyen 165 de los 193 Estados miembros de Naciones Unidas, además de dos que no disponen de ese estatus. Mientras que Noruega ocupa el primer lugar en la clasificación, en el fondo se encuentra Corea del Norte.
Aun cuando no hay una disminución significativa del número de países que designan a sus gobernantes mediante procesos electorales, sí hay una clara tendencia hacia el aumento del ejercicio despótico del poder por mandatarios electos. Por ello, es interesante constatar que muchos de los regímenes autoritarios incluidos en el gráfico llevan a cabo elecciones periódicas.
Sin embargo, las hemos denominado “autocracias electorales”, pues, si bien existe un multipartidismo de derecho, en realidad se trata de sistemas unipartidistas de facto: por ejemplo, Teodoro Obiang con el Partido de Guinea Ecuatorial, ha ganado todas las elecciones desde 1987 con más del 92% de los votos emitidos. Una situación similar se observa en Angola con el Movimiento Popular de Liberación de Angola desde 1975, en la República Popular del Congo con el Partido Congoleño del Trabajo desde 1997, en Ruanda con el Frente Patriótico Ruandés desde 1994, o en Singapur, en donde el Partido de Acción Popular gobierna sin interrupción desde 1959, un hecho que lo convierte en el partido de gobierno más longevo del mundo.
En Rusia, Vladimir Putin ejerce la jefatura de gobierno desde 1999, ya sea en persona o en “cuerpo ajeno” como lo fue con Dimitri Medvédev, y nuevamente este año se ha presentado como candidato en los comicios que llevarán a cabo en marzo, en un proceso electoral marcado por la censura y la falta de competencia. En efecto, la principal figura de oposición, Alexéi Navalny, está encarcelado y otras voces disidentes no tienen ningún acceso a los medios de comunicación.
En América Latina esta es, sin duda, la situación en Nicaragua y Venezuela y, muy probablemente va a ser el caso de El Salvador en los próximos años bajo el liderazgo personalista de Nayib Bukele.
¿Cómo contrarrestar esta tendencia?
Hoy en día, estamos observando un retroceso en la “tercera ola democrática”, según la expresión del profesor Samuel Huntington, quien subraya que anteriormente hubo dos olas y sus respectivas contra olas: una entre 1828 y 1926, cuando el sufragio universal fue introducido en 29 países de Europa y América; y otra entre 1943 y 1962, cuando veinte antiguas dictaduras evolucionaron hacia sistemas semi o plenamente democráticos tras la victoria de los aliados en la II Guerra Mundial y el proceso subsiguiente de descolonización.
Esta nueva ola, según Huntington, comenzó a partir de la “Revolución de los Claveles” en Portugal el 25 de abril de 1974, que puso punto final al Estado Novo (1933-1974), y el derrumbe del campo socialista a partir de la caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989. Esta ola democratizadora, que se extendió por todo el mundo, hoy en día muestra un relativo agotamiento e, incluso, retroceso debido a diversos factores.
Se trata, sin duda, de una situación muy paradójica. En los últimos dos meses, numerosos periodistas y analistas de la prensa mundial han resaltado el sorprendente número de procesos electorales que se van a celebrar este año: alrededor de 70 países, representando aproximadamente el 49% de la población mundial, ya han llevado a cabo o celebrarán en los próximos meses elecciones de distinto nivel (presidenciales, legislativa o locales). Estos comicios incluyen las elecciones en Estados Unidos y Rusia, así como en el Parlamento Europeo, los cuales, sin duda, tendrán un profundo impacto a nivel global.
Pero ¿este enorme número de elecciones realmente representa un avance para la democracia? O, por el contrario, dado que muchas elecciones son una simple fachada para “legitimar” regímenes autoritarios, ¿es necesario mirar estos comicios con mayor cautela? Este es el cuestionamiento que plantea un interesante estudio de la Universidad de Gotenburgo (State of the world 2017: autocratization and exclusion?), el cual señala que, si bien no se ha observado una disminución en el número de países con sistemas electorales, simultáneamente se está presentando una tendencia hacia el ejercicio autocrático del poder, surgido de las urnas.
¿Y Colombia qué?
En las últimas semanas, se han multiplicado los pronunciamientos, tanto del gobierno como de las fuerzas opositoras sobre el riesgo inminente de una ruptura institucional en Colombia. Por un lado, el presidente Gustavo Petro ha venido denunciando un supuesto clima de conspiración en curso, mientras que por el otro, miembros de la oposición afirman que el gobierno se dirige hacia una “deriva autoritaria”. Este clima de conspiranoia de ambos lados puede terminar en un debilitamiento de las instituciones democráticas y afectando la estabilidad macroeconómica del país.
Por ello, considero que es indispensable hacer un llamamiento a todos los líderes del país para allanar caminos de diálogo y entendimiento. Desgraciadamente el “club de los expresidentes” está quebrado en mil pedazos (Pastrana versus Samper, Uribe versus Santos) y el sistema de partidos está totalmente fracturado, con 37 partidos gozando hoy en día de personería jurídica.
A pesar de ello, si retomamos las lecciones del pasado, en Colombia las crisis políticas se han solucionado, con muy contadas excepciones, mediante “acuerdos nacionales”, tales como la Unión Republicana (1910), la Concentración Nacional (1930), la Unión Nacional (1946) y el Frente Nacional (1958).
Steven Levitski y Daniel Ziblatt, en su comentado libro Cómo mueren las democracias (Ariel, 2018), proponen una matriz con cuatro indicadores para evaluar si existe una tendencia autoritaria en curso en una nación: un rechazo o la débil aceptación de las reglas de juego democrático, el cuestionamiento de la legitimidad de los adversarios políticos, la intolerancia o el fomento de la violencia y la predisposición a restringir las libertades civiles de la oposición, incluidos los medios de comunicación.
¿Es este el caso de Colombia hoy en día? Si es así, ¿seremos capaces los colombianos, de todas las tendencias políticas, de construir un espacio de concordia para evitar que el país se deslice hacia el abismo? Ante el aumento de regímenes autoritarios en todo el mundo, las alertas están encendidas.
Eduardo Pizarro Leongómez es profesor emérito de la Universidad Nacional de Colombia. Ha sido presidente de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) e integró la Junta Directiva del Fondo de Víctimas de la Corte Penal Internacional.
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ANEXO
Regímenes monárquicos, autocráticos y autocracias electorales hoy en el mundo
América | Año | País | Tipo de gobierno | |
1 | Presidente Daniel Ortega | 2007 | Nicaragua* | Autocracia electoral |
2 | Presidente Nicolás Maduro | 2013 | Venezuela | Autocracia electoral |
3 | Presidente Miguel Días-Canel | 2019 | Cuba | Partido único |
4 | Presidente Nayib Bukele | 2019 | El Salvador | Autocracia electoral |
5 | Presidente Ariel Henry | 2021 | Haití | Régimen interino |
Europa | ||||
1 | Presidente Alexander Lukashenko | 1994 | Bielorrusia | Autocracia electoral |
2 | Presidente Vladimir Putin | 2012 | Rusia* | Autocracia electoral |
3 | Primer ministro Viktor Orban | 2010 | Hungría | Autocracia electoral |
4 | Presidente Recep Tayyip Erdogan | 2014 | Turquía | Autocracia electoral |
5 | Presidente Ilham Aliyev | 2003 | Azerbaiyán | Autocracia electoral |
6 | Presidente Kassym-Jomart Tokayev | 2019 | Kazajistán | Autocracia electoral |
Asia | ||||
1 | Emir Haibatulá Ajundzadá | 2021 | Afganistán | Emirato islámico |
2 | Rey Hamad bin Isa Al Khalifa | 1999 | Bahréin | Monarquía |
3 | Sultán Hassanal Bolkiah | 1967 | Brunéi | Sultanato |
4 | Primer Ministro Hun Manet | 2023 | Camboya | Monarquía |
5 | Presidente Xi Jinping | 2013 | China | Partido único |
6 | Presidente Ismaïl Omar Guelleh | 1999 | Yibuti | Dictadura de hecho |
7 | Líder Supremo Ali Khamenei | 1989 | Irán | Dictadura de hecho |
8 | Presidente Thongloun Sisoulith | 2021 | Laos | Partido único |
9 | Rey Salman bin Abdulaziz | 2015 | Arabia Saudita | Monarquía |
10 | Presidente Bashar al-Assad | 2000 | Siria | Dictadura de hecho |
11 | Presidente Emomalii Rahmon | 1992 | Tayikistán | Dictadura de hecho |
12 | Presidente Recep Tayyip Erdogan | 2014 | Turquía | Autocracia electoral |
13 | Presidente Serdar Berdimuhamedow | 2022 | Turkmenistán | Partido único |
14 | Presidente Rashad al-Alimi | 2022 | Yemen | Régimen interino |
15 | Presidente Min Aung Hlaing | 2021 | Birmania | Dictadura militar |
16 | Presidente Kim Jong-un | 2011 | Corea del Norte | Partido único |
17 | Sultán Haitham bin Tariq Al Said | 2020 | Omán | Sultanato |
18 | Emir Tamin Al Thani | 2013 | Qatar | Emirato |
19 | Presidente Mohamed bin Zayed | 2022 | Emiratos Árabes | Monarquía federal |
20 | Presidente Nguyen Phu Trong | 2011 | Vietnam | Partido único |
21 | Primer Ministro Lee Hsien Loong | 2004 | Singapur | Partido único de facto |
22 | Presidente Shavkat Mirziyoyeb | 2016 | Uzbekistán | Partido único de facto |
África | ||||
1 | Presidente Abdelmadjid Tebboune | 2019 | Argelia | Autocracia electoral |
2 | Presidente João Lourenço | 2017 | Angola | Partido único |
3 | Presidente Évariste Ndayishimiye | 2020 | Burundi | Autocracia electoral |
4 | Capitán Ibrahim Traoré | 2022 | Burkina Faso | Junta Militar |
5 | Presidente Paul Biya | 1982 | Camerún | Dictadura personalista |
6 | General Mahamat Déby Itno | 2022 | Chad | Junta Militar |
7 | Presidente Félix Tshisekedi | 2019 | RDC | Electoral |
8 | Presidente Denis Sassou Nguesso | 1997 | R. del Congo | Autocracia electoral |
9 | Presidente Abdel Fattah al-Sisi | 2014 | Egipto | Autocracia electoral |
10 | Presidente Teodoro Mbasogo** | 1979 | Guinea Ecuatorial | Dictadura personalista |
11 | Coronel Mamady Doumbouya | 2021 | Guinea | Junta Militar |
12 | Presidente Umaro Sissoco Embaló | 2020 | Guinea Bissau | Autocracia electoral |
13 | Presidente Isaias Afwerki | 1993 | Eritrea | Partido único |
14 | General Brice Clotaire Oligui | 2023 | Gabón | Junta civil-militar |
15 | Coronel Assimi Goita | 2021 | Malí | Junta civil-militar |
16 | General Abdourahamane Tchiani | 2023 | Níger | Junta Militar |
17 | General Abdelfatah al Burhan | 2021 | Sudán | Junta civil-militar |
18 | Rey Mswati III | 1986 | Suazilandia | Monarquía |
19 | Presidente Paul Kagame | 2000 | Ruanda | Autocracia electoral |
20 | Presidente Faure Gnassingbé | 2005 | Togo | Autocracia |
21 | Presidente Yoweri Museveni | 1986 | Uganda | Autocracia electoral |
22 | Presidente Emmerson Mnangagwa | 2017 | Zimbabwe | Autocracia electoral |
*En algunos casos los mandatarios incluidos ya habían ejercido el poder antes. Por ejemplo, Daniel Ortega o Vladimir Putin habían ocupado la presidencia entre 1985 y 1990 y entre 1999 y 2008 respectivamente.
** Actualmente es el jefe de Estado no monárquico con más tiempo en el poder en el mundo.
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