Ante el comienzo de otro encuentro de diálogo entre el madurismo y la oposición que mantiene el apoyo de la comunidad internacional, se hace imprescindible que ambos factores políticos, no solo se reconozcan mutuamente, sino que entiendan que el país no puede continuar por el camino de la emigración, la hiperinflación, la recesión, la pobreza, la miseria, el hambre, los paupérrimos «salarios y pensiones», la violación de los derechos humanos, la destrucción de los servicios públicos, la degradación educativa y de salud, un pésimo sistema de vacunación anticovid-19, y llegar al extremo de silenciar las protestas con una totalitaria «ley del odio» que permite un constante encarcelamiento de presos políticos bajo la mínima excusa de «desestabilización».
Hacemos mención de tales puntos, porque al parecer dentro del madurismo y la oposición solo existen para los primeros las «sanciones», y para los segundos «elecciones libres».
En tal sentido, ¿El madurismo tiene un plan que demuestre al país que levantadas tales sanciones va a beneficiar el nivel de vida de los venezolanos y habrá una mejora significativa de los servicios públicos, así como la educación y la salud? O por el contrario, continuará con su repetitivo discurso, y de concretarse tal punto a su favor, después se dirá que no puede haber una mejora en salarios, pensiones y servicios públicos porque «nada se puede hacer de la noche a la mañana».
Sobre la oposición, quienes piden elecciones «libres y justas» y nos atenemos al marco constitucional, ¿acaso las elecciones de gobernaciones y alcaldías no son un escenario para que reagrupen fuerzas y puedan demostrar a la inmensidad de electores que tienen el interés del país sobre los intereses individuales?
Y si es así ¿por qué no realizan un llamado general de elecciones primarias -lo que tanto piden al madurismo- libres y sin manipulación de cogollos partidistas, para que sea el pueblo quien elija a sus representantes regionales y municipales? ¡Pues no! Porque en este caso lo que vemos es una gran división política, al punto de que hasta públicamente existen videos de supuestos sectores de «oposición» que dicen tener hasta 400.000 dólares para «derrotar» a la gobernadora del Táchira {1}, situación que se repite en otros estados y ciudades.
O sea, que hay grupos que además de tener ingentes recursos en divisas que en vez de emplearlos para las inmediatas necesidades de la gente, se atreven a asegurar que tales cifras monetarias -con desconocimiento de su origen- son para derrotar a la propia oposición. ¡Vaya unión politica e «interés por la patria»!
El madurismo como alternativa política está en su punto más bajo. Acabamos de ver unas elecciones «primarias» en donde apenas si votó por ellos 15% de los inscritos -donde seguramente hay cifras sobrestimadas- con muchas divisiones e inconformidades internas, y además, más allá de supuestas reglas maduristas, ver el cómo se designan candidaturas a gobernaciones y alcaldías por parte de la cúpula del PSUV, quienes no participaron en tales comicios, y en algunos casos hasta son ajenos a los espacios geográficos en que han sido «asignados» como candidatos. Verbigracia, la cúpula del poder aplica una especie de islam político del talibán, en donde palabras más, palabras menos, dicen a cualquiera que levante su voz de descontento que se ponga su «burka revolucionaria», porque si no serán «ajusticiados» por las leyes maduristas.
Que el PSUV demuestre su totalitarismo es algo que no asombra a los sectores democráticos, pero quienes haciéndose llamar «democráticos» y exijan elecciones libres al madurismo, y sean estos sectores de oposición, quienes no solo se nieguen a las elecciones primarias, sino a dividir aún más la lucha contra quienes han hundido al país en la más absoluta destrucción económica y social, se convertirán en otros cómplices y responsables de todos los hechos negativos que confronta Venezuela.
¡Basta de tener hipócritas en las direcciones de los partidos! Si el llamado G-4 ahora sentado en diálogo con el madurismo, pretende imponer candidaturas sin plantear elecciones primarias, pues lejos de ayudar a encontrar una salida del madurismo en el poder, consolidará su permanencia aunque estos solo tengan aproximadamente 20% de las preferencias electorales.
El G-4 tiene la decisión en las elecciones primarias para afianzar un camino de esperanza por la nación ante la anomia que la carcome de manera implacable. Lo contrario, pues, habrá llegado la hora de que entreguen la conducción política opositora de Venezuela. Solo les queda esta oportunidad, y los resultados serán evaluados el próximo 21 de noviembre.
@_jvivassantana
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