Por el equipo editorial
Desde el magisterio venezolano solo existe una inmensa tristeza, decepción y depauperación educativa y social, ante un régimen que ha destruido por completo el proceso de enseñanza, aprendizaje y conocimiento en todos los niveles: inicial, básica, bachillerato y universitaria.
A la par de semejante tragedia, el madurismo liquidó la carrera docente en todos sus pregrados, posgrados y especialidades. Da igual ser un docente recién graduado que un doctor en Educación con más de 15 años de experiencia; o lo que es peor, tener en las aulas a un “egresado” de lo que el propio régimen ha llamado “chamba juvenil” quienes con culto a la personalidad y formados con bazofia política son llamados “educadores”. Total, sea cual sea el nivel de un docente, tendrá un “salario” promedio de 10 dólares al mes, algo así como 0,33 centavos de dólares por día, un estándar que incluso se encuentra por debajo de los límites de sobrevivencia que establece la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Además de una infraestructura pública en ruinas que carece de mínimas instalaciones aptas para el ejercicio público de la educación, ahora el régimen con el retorno de Héctor Rodríguez al Ministerio de Educación, asegura que con pintar fachadas se soluciona un problema de fondo, donde la mayoría de tales “planteles” ni siquiera cuentan con agua para los baños, o en su defecto sus instalaciones eléctricas son nudos de peligrosidad extrema, y sería utopía hablar de servicio de internet en escuelas y liceos, en los cuales tampoco existen materiales pedagógicos, deportivos, comedores, o tan sólo pupitres, pero el flamante “ministro” sugiere educación virtual sin computadoras; aunque en el fondo tal vez no sea “demagogia” porque la virtualidad es lo único que intenta hacernos ver el madurismo.
Igualmente, Héctor Rodríguez se “auto declara” docente, pero omite decirnos por sus repetidos videos, desde una rechazada red presidencial, de cuánto son sus ingresos mensuales, mientras vestido de marcas y mostrando un celular de alta tecnología y llega en lujosa camioneta con escoltas a cualquier “plantel” para decirle a los docentes que “ahora sí” lo que no ha hecho el madurismo en 12 años, él lo va lograr en meses. Es decir, habrá para los estudiantes escuelas dignas, y los educadores tendrán salarios suficientes para vivir, acompañados de pólizas de salud para nosotros y nuestros familiares, y, por si fuera poco, suponemos que los docentes que se han muerto sin recibir sus prestaciones sociales, serán canceladas con todas las de la ley a sus herederos.
Héctor Rodríguez con todo ese discurso, solamente demuestra la ineptitud, la indiferencia y sobre todo el odio que el madurismo generó sobre la educación, los estudiantes y los docentes de toda la geografía nacional. Es más, nada dice sobre las amenazas que están recibiendo muchos docentes por no entregar las direcciones de sus redes sociales o por negarse a «reconocer» a Nicolás Maduro como “presidente”. Si a alguien se le ocurre exigir las actas eso sería considerado “traidor a la patria” y llevado a la cárcel por “delitos de odio”, mientras irónicamente él, como ministro, nos habla de “paz”.
La misma red que Nicolás Maduro acusó de totalitaria, el ya fracasado ministro desde su pasado ejercicio, se refugia en ella para seguir mostrando toda la destrucción educativa en que han hundido a Venezuela. Héctor Rodríguez solo ha quedado para mostrarse con un vulgar “tiktoquero” donde hasta las oraciones que pronuncia son la barbarie de la ignorancia de un “ministro de educación”. A Héctor Rodríguez, en el medio de la demagogia madurista, solo le ha quedado usar Tik-Tok de manera frenética para mentir, mentir y mentir. La educación ha muerto en Venezuela.